Es noticia
Andalucía recibe a Rubalcaba en medio de una guerra total por las listas electorales
  1. España
  2. Andalucía
LAS BASES LOCALES SE REBELAN DE CÁDIZ A ALMERÍA

Andalucía recibe a Rubalcaba en medio de una guerra total por las listas electorales

El candidato Pérez Rubalcaba llega hoy a Andalucía como quien entra en un campo de minas que él mismo ha sembrado con sus decisiones sobre listas

Foto: Andalucía recibe a Rubalcaba en medio de una guerra total por las listas electorales
Andalucía recibe a Rubalcaba en medio de una guerra total por las listas electorales

El candidato Pérez Rubalcaba llega hoy a Andalucía como quien entra en un campo de minas que él mismo ha sembrado con sus decisiones sobre listas electorales para el 20-N, apoyadas por José Antonio Griñán. Desde Almería a Cádiz pasando por Córdoba o Jaén, las bases del PSOE-A bullen como una olla a presión a punto de reventar mientras ven revolotear a los paracaidistas para encabezar las listas en provincias donde no se les quiere. El propio Rubalcaba fue paracaidista en Cádiz, adonde llegó por orden de Zapatero para sustituir a Carmen Romero. Pero entonces había más que repartir. Hoy, en el PSOE todos empujan para no quedarse fuera del presupuesto cuando llegue la travesía del desierto tras la debacle electoral.

¿Dónde colocamos a Rosa Aguilar? Rubalcaba y Griñán han acordado que vaya por Almería para evitar que el partido reviente en Córdoba, donde a la ex alcaldesa comunista no se le quiere. Pero esta decisión de la cúpula ha encontrado un foco de oposición. Se trata del sector del partido que fue desalojado del poder provincial por los fieles a Griñán en la última crisis socialista en esta provincia. La cuestión ahora es saber si Griñán tiene poder para colocar a Aguilar, impuesta por Rubalcaba, al frente de la lista almeriense. Si ello ocurre, habrá un sector del partido que se negará a hacer campaña para la paracaidista.

Mientras tanto, en Córdoba, donde se enteran por los medios de lo que Griñán y Rubalcaba pactan en materia de listas, se recrudece la guerra interna. Rubalcaba y Griñán quieren al embajador Luis Planas como cabeza de cartel, pero Carmen Calvo sigue conspirando para colocarse ella en ese puesto. A esta batalla se une la crisis del partido en la que cada cual trata de agudizar las contradicciones internas y la debilidad del secretario provincial, Juan Pablo Durán, para hacerse saltar por los aires.

Cabaña espera escondido con la navaja

En Cádiz, detrás de la imagen de Manuel Chaves, que por fin y “porque no podía fallarle a la militancia gaditana y andaluza” ha aceptado encabezar la lista al Congreso, se esconde González Cabaña con una metafórica navaja en la mano. Cabaña, alcalde de Benalup, le ha plantado cara a Rubalcaba y quiere ser diputado en el Congreso a pesar de que el candidato ha dicho que no admite alcaldes en la listas. Conspirador nato, principal artífice de la crisis de los chavistas contra los griñanistas, Cabaña está dispuesto a apoyarse en los órganos locales y provinciales del partido del que es secretario provincial para autoimponerse. Ese es el procedimiento reglamentario para él y no las normas que dicte un candidato como Rubalcaba que ni siquiera es secretario general del partido.

Nadie se atreve a abrir la guerra con Zarrías

La ejecutiva local del PSOE de Jaén está abierta en canal. La secretaria general, Carmen Peñalver, se sienta sobre un barril de pólvora. Sin embargo, la crisis se está tratando de congelar hasta después de las elecciones. Jaén es feudo de Gaspar Zarrías y abrir una guerra en esta provincia sería como dar un salto hacia el suicidio colectivo en el partido. A pesar de todo, es en Jaén donde puede haber un consenso mayor a favor de la consejera Micaela Navarro, del equipo electoral de Rubalcaba, para que encabece la lista al Congreso. Detrás de ella iría Zarrías, que tampoco quiere arriesgarse a quedar a la intemperie.

Conatos menores pero no por ello menos preocupantes son los que existen en Málaga (donde Rubalcaba pretende colocar a la ministra Trinidad Jiménez, considerada como “paracaidista”, ya que pese a que nació allí no ha hecho nunca vida ‘orgánica’ en el partido en la provincia) o Sevilla (cuya cabeza de lista finalmente la ocupará Alfonso Guerra para evitar un doloroso y peligroso proceso de renovación), con asignaturas pendientes que reventarán si la derrota electoral socialista es la que se espera.

En cualquier caso, la mayoría de estos focos no son más que la consecuencia de que, por primera vez en el PSOE, las listas electorales se estén componiendo por mandato de alguien que no es secretario general del partido, mucho antes de que lleguen las propuestas que han tenido que pasar por los órganos locales, provinciales y regionales, y eligiendo para ello a candidatos que nada tienen que ver con el día a día de las provincias a las que llegan desbancando a los políticos locales.

El candidato Pérez Rubalcaba llega hoy a Andalucía como quien entra en un campo de minas que él mismo ha sembrado con sus decisiones sobre listas electorales para el 20-N, apoyadas por José Antonio Griñán. Desde Almería a Cádiz pasando por Córdoba o Jaén, las bases del PSOE-A bullen como una olla a presión a punto de reventar mientras ven revolotear a los paracaidistas para encabezar las listas en provincias donde no se les quiere. El propio Rubalcaba fue paracaidista en Cádiz, adonde llegó por orden de Zapatero para sustituir a Carmen Romero. Pero entonces había más que repartir. Hoy, en el PSOE todos empujan para no quedarse fuera del presupuesto cuando llegue la travesía del desierto tras la debacle electoral.

Alfredo Pérez Rubalcaba