Rubalcaba da la bofetada a Chaves: Griñán presidirá la Conferencia del PSOE

La decisión de Pérez Rubalcaba de designar a José Antonio Griñán para que presida la Conferencia Política que el PSOE va a celebrar en Madrid el próximo fin de semana y en la que se trazarán las líneas generales del programa del candidato supone una bofetada a Manuel Chaves, que, como presidente del partido, muchos le señalaban como el elegido. La decisión de Rubalcaba se produce días después de que Chaves cobijara en su lista al Congreso por Cádiz a González Cabaña, alcalde de Benalup, que retó al propio Rubalcaba diciendo que había que anteponer los estatutos del partido a las palabras del candidato, que advirtió de que no era conveniente que los alcaldes figurasen en las candidaturas.

La razón que expone Rubalcaba para justificar su inclinación por Griñán para que presida la Conferencia Política del PSOE es la importancia de la federación andaluza dentro del partido. Sin embargo, no parece gratuito el hecho de que se haya producido en un contexto en el que Rubalcaba ha tenido que soportar una “rebelión” en Cádiz, circunscripción electoral por la que ha sido diputado en la pasada legislatura, en la que González Cabaña, con la bendición de Chaves, se ha impuesto a los criterios del candidato.

Rubalcaba inspeccionó el terreno

Ya una semana antes de que se produjera en Cádiz la reunión del comité provincial que aprobó la lista electoral del 20-N con el escándalo de la salida de los críticos de la sala, Rubalcaba había visitado la provincia y se había interesado por la situación interna del partido, siempre sometido a guerras intestinas. Al candidato se le ofrecieron garantías de que todo se resolvería sin problemas, y el propio Chaves confiaba en imponer su autoridad moral para evitar enfrentamientos.

Los hechos, sin embargo, demostraron sólo días después que Chaves no controlaba los movimientos de oposición contra Cabaña, secretario provincial del PSOE en Cádiz y persona de su confianza en la guerra interna contra Griñán. El escándalo que provocaron los críticos -entre ellos, representantes de las ciudades más populosas de la provincia- supuso un duro revés para Rubalcaba, que perdía así una batalla no por menor menos sintomática ante un alcalde, Cabaña, que se colaba en la lista al Congreso sin reparar siquiera en las consecuencias internas que se derivaban para el partido y su imagen electoral.

En cualquier caso, la presencia andaluza en la Conferencia Política no va a tener un líder concreto. A las diferencias entre Chaves y Griñán se une la proliferación de reinos de taifas en muchas provincias donde existen cuentas pendientes ya incluso con el propio Rubalcaba, a quien le reprochan que haya hecho públicas las cabeceras de lista (sobre todo en el caso de Córdoba, con Rosa Aguilar)  antes de que los órganos locales y provinciales del partido se definieran, atribuyéndose así el candidato funciones de secretario general que no tenía.