PSOE y PP vuelven a insultar a los andaluces para reprobar a Duran

Duran i Lleida puede dormir tranquilo después de sus ‘insultos’ al pueblo andaluz y haber dicho que el dinero del PER se gasta en los bares. El Parlamento se había propuesto reprobarle. Sin embargo, la sesión plenaria en la que se ha debatido la petición conjunta se ha resuelto con una bronca entre socialistas y populares, con un corolario de insultos de líderes de cada partido a los andaluces. Conclusión: peor que Duran, cualquiera; lo que se entiende como pueblo andaluz tiene motivos para estar atónito, y el peor enemigo de Andalucía no es el ‘catalán’ sino el partido de enfrente.

En principio, la suspicacia de la Cámara andaluza era tal que incluso hubo quejas de diputados cuando la Presidencia pronunció el nombre de Duran en catalán. Tuvo que reproducirlo en castellano. A partir de aquí, empieza el incendio no ya por la “dignidad” andaluza, sino por el “y tú más”, donde cada cual expone como en un mercadillo de despropósitos los agravios que los andaluces han tenido que sufrir del partido de enfrente.

La portavoz del PP, Esperanza Oña, para quien Duran ha atacado a “las víctimas -los andaluces- en vez de a los verdugos -el Gobierno socialista de la Junta-”, abrió la caja de los truenos. “El PSOE sólo se acuerda la dignidad del campo andaluz cuando quiere sacar tajada”, y a partir de aquí recordó a Maragall cuando se lamentó de que “los catalanes tuvieran que pagar los subsidios de los campesinos” o “cuando no quiso darle ni una gota de agua catalana a los andaluces”.

Felipe González y los Mercedes del PER

Duran ya tenía motivos para estar contento. Sin embargo, los agravios contra Andalucía, según Esperanza Oña, continúan cuando “Felipe González dijo que los jornaleros andaluces utilizan el dinero del PER para comprarse Mercedes”, o cuando el propio Griñán “hace cuatro días, dijo que tal vez en Andalucía sobran los subsidios y ya no se puede seguir viviendo del cuento”.

Frente a estos “insultos”, los socialistas andaluces han mantenido siempre una actitud cobarde, servil y sectaria”, según Esperanza Oña. Sin embargo, para la portavoz popular, si Andalucía no “estuviera a la cola del paro y del desarrollo” no se producirían ataques como los que sufre la comunidad, y en esa precaria situación, “después de 30 años de gobierno, los verdugos son los socialistas, y las víctimas, los andaluces. ¿Quién ofende más a Andalucía, Ana Mato cuando habla de educación, o ustedes –refiriéndose a los socialistas- con más de un millón de parados? Ustedes presumen de progresistas pero no traen progreso, presumen de lo que carecen”.

La portavoz socialista, Susana Díaz, la “dama de hierro” del partido en Andalucía, sacó su propio memorial de agravios y hasta llegó a tocar una tecla extremadamente delicada al recordar la muerte de Ernest Lluch a manos de ETA, para decir que había una forma de ser catalán distinta a la de Duran.

La Marquesa y el pita, pita

Para la portavoz socialista, los peores agravios contra los andaluces han partido de Esperanza Aguirre, a quien para marcar el sentimiento clasista recordó como “Marquesa de Murillo y Grande España”, cuando dijo “que el Gobierno del PSOE se lleva el dinero a Sevilla para hacer allí pita, pita”. Díaz continuó con Vidal-Quadras, “cuando dijo que Blas Infante era un cretino integral”, o Ana Mato, que recientemente ha cuestionado la Educación en Andalucía asegurando que había alumnos que tenían que sentarse en el suelo en las escuelas, apoyándose en una foto de Prensa.

La portavoz socialista recurrió incluso a Rajoy, asegurando que “si llega al Gobierno va a revisar las prestaciones por desempleo”, dejando así sobre el ambiente un pico de la precampaña y un amago hacia el voto del miedo.

De nada sirvió en esta ocasión el interés del portavoz de IU, Diego Valderas, que reparó en el escaso valor de un debate de estas características e intentó plantear otro sobre la situación de la comunidad, sumida en una grave deriva de desempleo.

A pesar de todo, la reprobación fue aprobada en el Parlamento andaluz, aunque a estas alturas Duran i Lleida tiene motivos suficientes para no despeinarse. Según lo que se ha visto en el pleno contra “el enemigo” catalán, los verdaderos enemigos de los andaluces están dentro de los dos grandes partidos. O al menos eso es lo que han dicho sus portavoces.