La búsqueda del niño que cayó a un pozo en Málaga se complica por un derrumbe

Un derrumbe de tierra en el interior del pozo de 110 metros de profundidad y apenas 25 centímetros de diámetro donde este domingo cayó Yulen, un niño malagueño de dos años, ha complicado la búsqueda del pequeño en el municipio de Totalán. Durante toda la madrugada, un centenar de efectivos ha trabajado sin éxito debido a la "complejidad técnica" que conllevan las tareas de rescate porque el pozo "no contaba con protección alrededor", según ha explicado el diputado provincial responsable del Consorcio de Bomberos de Málaga, Francisco Delgado Bonilla.

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Junto a esta brigada, efectivos de la Guardia Civil, incluido el Equipo de Rescate e Intervención de Montaña y el Grupo de Especialidades Subacuáticas (GEAS); de la Policía Nacional y Local; de la Empresa Pública de Emergencias Sanitarias (EPES) y de Protección Civil, así como con empresas privadas que también colaboran en la búsqueda, han trabajado incasablemente hasta que el robot encargado de acceder con una cámara al orificio se ha topado con un tapón de "arena húmeda" a 75 metros de profundidad que se habría producido por un desprendimiento de tierra.

A esa misma altura, la cámara captó una bolsa de chucherías que podría haber portado el pequeño. ¿Has visto el Telediario?”, cuenta una vecina esperanzada a la abuela de de Yulen: “Ha aparecido un paquete de gusanitos”.

El dispositivo de búsqueda se basa únicamente en la información proporcionada por la familia, que relató a la Guardia Civil cómo el niño había caído en el agujero y aseguró haber escuchado sus llantos en un primer momento, de forma que no hay ninguna investigación abierta porque "lo importante es rescatar al niño", según ha subrayado el portavoz de la Guardia Civil en Málaga, Bernardo Molto: "El dispositivo va a estar en funcionamiento todo el tiempo que sea necesario".