El polémico hotel rascacielos de Málaga se retrasa entre el rechazo a su altura y diseño

¿Qué falta para que el proyecto del hotel-rascacielos del Puerto de Málaga sea una realidad? En realidad, ni la Autoridad Portuaria lo sabe al 100%. La previsión ("si las cosas van sobre ruedas", apunta a El Confidencial su presidente en funciones, Paulino Plata), es de un plazo de dos años para empezar a poner la primera piedra.

Los inversores de Qatar, a través de la empresa Andalusian Hospitality, continúan con su interés en el proyecto de 150 metros de altura y que alcanzaría una inversión no inferior a 120 millones de euros. En varias ocasionas han amagado con abandonar la iniciativa si se encontraban con más obstáculos burocráticos.

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El proyecto se encuentra actualmente en fase de trámite de alegaciones. Luego lo tendrá que aprobar la comisión de Urbanismo del Ayuntamiento de Málaga y posteriormente el pleno municipal. Lo último sería la aprobación en una reunión del Consejo de Ministros.

"El hotel es muy importante para el futuro del Puerto y para mí hubiera sido una gran satisfacción llevarlo a cabo", admite Plata, quien la próxima semana dejará su cargo en manos de Carlos Rubio, ex subdelegado del Gobierno en Málaga y 'cerebro' de Pablo Casado en la provincia malagueña durante la campaña de las primarias del PP. Rubio no quiere hablar de sus planes. "Aún no tengo la información".

Fachada marítima

La oposición al proyecto es amplia entre diversos agentes sociales. Entre ellos, Icomos, órgano asesor de Unesco, y sobre todo en formaciones políticas de izquierda de la ciudad. Ahora intentan que en esta fase se consiga, al menos, una rebaja en la altura y en un cambio en diseño para que sea menos invasivo para la fachada marítima de Málaga.

El grupo Málaga para la Gente (IU) está trabajando en las alegaciones juntos a expertos jurídicos y de ingeniería. "Es un trabajo arduo. Aún nos queda", declaró a este diario el portavoz de este grupo, Eduardo Zorrilla. El plan pasará por un cambio en el Plan del Puerto de Málaga que impida la construcción del rascacielos. El argumento se centrará en el impacto en el paisaje.

"Una obra de arquitectura con tal impacto visual debería salir de un concurso internacional. Gustaría o no, pero la ciudadanía lo aceptaría"

José Antonio Caffarena, ingeniero de Caminos, Canales y Puertos, fue director de la Autoridad Portuaria de Málaga. "Una obra de arquitectura con tal impacto visual debería salir de un concurso internacional. Gustaría o no, pero la ciudadanía en esas condiciones lo aceptaría", señala a El Confidencial. Para Caffarena, el Ayuntamiento debería debatir "en profundidad con entidades y arquitectos de reconocido prestigio el impacto del rascacielos proyectado".

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El hotel supondría también una "deficiencia" en los accesos de esta zona de la ciudad. El propio alcalde de Málaga, Francisco de la Torre, aunque sigue apoyando el proyecto y ve "más ventajas que inconvenientes", ya visualiza esos problemas que en la presentación de la iniciativa nunca resaltó.

¿Y los inversores? Habla José Seguí, autor del proyecto: "Pues a la espera... si es posible bien. Y si no, pues me imagino que no pasará nada".