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“El mejor regalo de Reyes para un trabajador del Polígono Sur es una oportunidad”
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El paro, en el barrio más pobre de España

“El mejor regalo de Reyes para un trabajador del Polígono Sur es una oportunidad”

El desempleo se ceba en esta zona de Sevilla donde la marginalidad es un problema añadido: "Si decimos que somos de las Tres Mil Viviendas, no nos contratan"

Foto: Alumnas del taller de confección de la Fundación Don Bosco, en el Polígono Sur de Sevilla. (J. L. Losa)
Alumnas del taller de confección de la Fundación Don Bosco, en el Polígono Sur de Sevilla. (J. L. Losa)

Rosario es vecina de La Oliva, uno de los seis barrios que componen el Polígono Sur de Sevilla, donde se encuentran las tristemente célebres Tres Mil Viviendas. Estos días se afana, junto con sus compañeras, en finalizar el taller de textil (confección industrial) que durante más de un año ha recibido en la Fundación Don Bosco.

Su mirada se llena de esperanza cuando habla del futuro inmediato. “Me acabo de dar de alta como autónoma y quiero hacer cosas con mis compañeros, así que ponlo ahí para que nos lleguen los clientes”. Rosario pertenece a una familia numerosa —como tantas del barrio— y tiene una hija de 26 años que sí trabaja —“es profesora de estética y le va muy bien”— y que la ha animado a reorientar su vida gracias a esta formación, que supone “una nueva oportunidad”.

Hoy, en el aula del taller casi vacía por las vacaciones de Navidad, la acompañan Mónica, del cercano barrio del Cerro del Águila —“yo no había cosido en mi vida y mira ahora lo que soy capaz de hacer con estas máquinas”— y Cruz, emigrante de Venezuela, con quienes está terminando un encargo de la multinacional sevillana Iturri.

Foto: Las familias que abandonaron el barrio sevillano del Polígono Sur. (EFE)

A ellas tres les anima el éxito de su compañero de taller Moisés, también del Polígono Sur, que junto con Isabel, del barrio de Torreblanca, ha montado una iniciativa llamada Reciclatex, para el reciclaje y reutilización del textil industrial —ropa de cama, toallas y trapos que proceden de lavanderías industriales de hospitales, hoteles o residencias y que estén dañados—. La empresa se encarga de recogerlas y transformarlas para que puedan ser reutilizadas por empresas de limpieza industrial y mecánica.

Rosario y sus compañeras confían en que el esfuerzo y la ilusión que han puesto en las clases durante toda esta formación —en la que también han creado vínculos personales y sociales— tengan su recompensa y les ayuden a salir de su situación actual.

Este taller de textil que ahora finaliza es uno de los muchos que se imparten en el centro social de la Fundación Don Bosco en el Polígono Sur, unas instalaciones que se abrieron hace ocho años y que el pasado mes de julio visitaron los reyes Felipe y Letizia para interesarse por la labor que realizan en el barrio más pobre de España.

placeholder Los Reyes, en su visita a las Tres Mil Viviendas de Sevilla. (J. L. Losa)
Los Reyes, en su visita a las Tres Mil Viviendas de Sevilla. (J. L. Losa)

Así lo acredita el Instituto Nacional de Estadística, que en su último informe de indicadores urbanos ('Urban Audit 2017') señalaba que esta zona de Sevilla volvía a liderar la pobreza de las grandes capitales españolas, con una renta media anual de 5.112 euros por habitante. Claro que hablar de cifras oficiales es realmente complicado en esta zona, donde la economía sumergida y los problemas de exclusión alcanzan cotas muy elevadas.

El Polígono Sur está compuesto por seis barrios que ocupan 144 hectáreas de la ciudad, y donde viven unas 40.000 personas, un 28% de ellas de raza gitana. Oficialmente, sus niveles de desempleo rondan el 50% y hay un paro registrado de 7.500 personas, según los últimos datos del Observatorio Argos.

Además, cuenta con un nivel educativo muy bajo, con un 65% de vecinos del barrio que no ha completado sus estudios básicos, frente a solo un 2% de universitarios y un 6% de personas que han cursado estudios de FP, a pesar de que existen hasta 16 centros educativos —ocho colegios, cuatro institutos, tres escuelas infantiles y un centro de adultos—.

placeholder Antonio Mengual, director de la Fundación Don Bosco, en el Polígono Sur de Sevilla. (J. L. Losa)
Antonio Mengual, director de la Fundación Don Bosco, en el Polígono Sur de Sevilla. (J. L. Losa)

Por ello, “aquí, formación y empleo van de la mano”, según insiste el director territorial de esta institución, Antonio Mengual, quien destaca que uno de los mayores retos a los que se enfrentan las cerca de 50 personas que trabajan en este centro es “convencer a los que vienen pensando en que les busquemos un empleo de que lo que tienen que hacer realmente es formarse”.

Este último año han sido cerca de 1.200 las personas atendidas, de las que la mitad ha encontrado un empleo. Para ayudarles, la fundación cuenta con numerosos programas, en función de las edades y necesidades. “Por ejemplo, a un chico de 16 años que deja los estudios y quiere que le ayudemos a buscar trabajo, le tenemos que decir que lo primero es aprender un oficio, y antes incluso que eso, debe aprender una serie de habilidades sociales (desde saber comportarse a trabajar en equipo) que muchos aún no tienen. Es decir, buscamos su retorno educativo para completar su formación básica”.

Algo parecido explica Carlos Borrero, profesor del taller de electricidad, que trabaja en este centro desde que se abrió hace ocho años y que explica que “se trata de acompañar a los chicos porque vienen cada vez más perdidos”. “Les enseñamos un oficio y es un orgullo ver cómo puedes ayudar a otras personas a encauzar sus vidas”, explica.

placeholder Carlos Borrero, profesor de electricidad en la Fundación Don Bosco. (J. L. Losa)
Carlos Borrero, profesor de electricidad en la Fundación Don Bosco. (J. L. Losa)

Muchos de estos chicos no tienen estudios básicos, ni siquiera han cursado la ESO (Enseñanza Secundaria Obligatoria). Afortunadamente para ellos, la fundación está homologada para emitir la certificación profesional de nivel 2, que acredita la formación en competencias clave como lengua y matemáticas, y que está reconocida por el Ministerio de Trabajo a través del Servicio Público Estatal de Empleo para poder acceder a un puesto de trabajo.

En muchas ocasiones, los itinerarios formativos duran dos años, “tiempo que los alumnos no tienen”, reconoce Mengual, “porque lo que necesitan es llevar algún ingreso a casa”. Para ello, “intentamos compaginarlo y conseguirles trabajos temporales mientras siguen formándose en su oficio”. El centro cuenta con convenios con decenas de empresas de primer nivel.

La mayoría de las empresas que colaboran con ellos son del sector comercio, de la hostelería y hoteles. El Corte Inglés, Alcampo, Supermercados Mas, Calzados MaryPaz, Repsol, Kentucky Fried Chicken… “Hay personas a las que formamos para mozo de almacén, servicios de limpieza, carniceros, fruteros, camareros, camarera de piso, dependiente de gasolinera. También estamos dando cursos de instalaciones eléctricas, de fibra óptica…”.

placeholder Recreación de un bar en el aula de hostelería de la Fundación Don Bosco. (J. L. Losa)
Recreación de un bar en el aula de hostelería de la Fundación Don Bosco. (J. L. Losa)

Ahora se encuentran especialmente ilusionados con el acuerdo alcanzado con Factoría F5 para desarrollar talleres de formación en informática y nuevas tecnologías, una de las cosas más demandadas por los más jóvenes y también por las propias empresas. Para ello, la Fundación Don Bosco será colaboradora de esta red de escuelas digitales solidarias, inclusivas y gratuitas, dedicada a ofrecer oportunidades en el mundo de la programación y del desarrollo web a personas en situación de vulnerabilidad.

El director del centro reconoce con tristeza que pertenecer al Polígono Sur es un lastre que estigmatiza a la hora de encontrar empleo. “Si decimos que somos de aquí, no nos contratan”, le dicen los chavales. Afortunadamente, cada vez son más las personas que conocen la labor de este centro formativo y social, “algo a lo que ha ayudado la visita de los Reyes el pasado verano, que nos está ayudando a abrir puertas”.

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Este centro, de los Salesianos, es quizás el más conocido, pero no el único que se dedica a la integración sociolaboral de los vecinos de este distrito, donde hay cuatro institutos que imparten Formación Profesional —IES Polìgono Sur, Ramón Carande, Romero Murube, Domínguez Ortiz— y numerosos programas de la Administración pública y del tercer sector (ONG y fundaciones).

De hecho, es uno de los distritos con más inversión por habitante, pero quizá los recursos no siempre están consiguiendo la transformación del Polígono Sur, “que a veces parece un agujero negro o un pozo sin fondo”.

Desde el año 2003, hay un comisionado para el Polígono Sur que representa al Gobierno, la Junta y el ayuntamiento, pero que no tiene presupuesto, así que su labor es movilizar estas administraciones, las organizaciones del tercer sector y la iniciativa privada para llevar a cabo proyectos que cambien la realidad de la zona.

placeholder Jaime Bretón, comisionado del Polígono Sur de Sevilla. (J. L. Losa)
Jaime Bretón, comisionado del Polígono Sur de Sevilla. (J. L. Losa)

Desde el pasado año, su responsable es Jaime Bretón, quien ha tenido que afrontar desde esta responsabilidad la situación creada por el estado de alarma y el confinamiento, por lo que el empleo era algo casi secundario. Lo importante ha sido dar de comer a familias sin ingresos y encerradas en casa tres meses. Ahora llega el momento de lo segundo: insistir en ayudarles a buscar una forma digna de vivir.

Bretón asegura que un 20% de la población del Polígono Sur vive en la exclusión —“y constato el fracaso de las administraciones públicas ahí”—, pero insiste en que hay un 80% de los vecinos que viven en un estado de “fragilidad y debemos impedir que caigan al otro lado”. “La gente vive de empleos muy poco cualificados, venta ambulante, chatarra, chapuzas, empleadas del hogar”, y cuando llegan situaciones como esta, no pueden acogerse a ERTE ni ayudas de autónomos, e incluso a veces ni a ayudas sociales, porque no existen oficialmente para la Administración”.

Frente a ello, este responsable público apuesta por potenciar la actuación de la denominada Red de Empleo, una actuación conjunta de las numerosas entidades y asociaciones que trabajan en el Polígono Sur, que saben llegar donde las administraciones públicas no llegan. Además, insiste en ir sembrando la idea de la búsqueda activa de empleo entre los jóvenes para que no se conformen con una posible ayuda pública.

Foto: Imagen del Programa de Lucha contra la Pobreza Infantil. (Foto: Juan Bezos)

Una de las iniciativas que más éxito han tenido ha sido la Feria de Empleo, que este año celebró su tercera edición en febrero —antes de la pandemia— y que supuso un salto de calidad tanto por el número de empresas y entidades que quisieron estar presentes —desde el Ejército a Telefónica— como por el interés despertado entre los vecinos del barrio (tanto jóvenes como mayores).

En total, participaron 38 empresas, 21 entidades y cinco institutos de Enseñanza Secundaria, además de distintas administraciones, entre las que se encuentra la Consejería de Empleo, Formación y Trabajo Autónomo de la Junta, con una especial labor en este ámbito.

De este departamento depende el CADE (Centro Andaluz de Emprendimiento) ubicado en el Polígono Sur, que apoya, fomenta y asesora a los autónomos y emprendedores de la zona —la mayoría, pequeños comerciantes que tienen sus negocios en el barrio—, a los que la Junta también ofrece locales y naves gratis para desarrollar su actividad.

Foto: Imagen: Learte

Jaime Bretón quiere resaltar y agradecer la implicación de numerosas empresas privadas que colaboran con todo tipo de programas en el Polígono Sur, entre las que destacan algunas como CaixaBank —que pone más de un millón de euros anuales—, Cajasol, Telefónica, Grupo Konecta, Martín Casillas, Persán o Ayesa, por citar solo algunas.

Además, sueña con atraer algunas de esas empresas al barrio. Para ello, ha pedido al ayuntamiento y al Gobierno que cedan alguno de los 11 solares vacíos existentes en el Polígono Sur a aquella compañía que se quiera instalar y se comprometa a emplear a los vecinos. Por ejemplo, la empresa Konecta, de José María Pacheco, ha mostrado su disposición a instalar allí uno de sus enormes 'call centers'. Esta empresa está muy implicada en este distrito a través de su Fundación Alalá, que busca la integración social y la educación de niños y jóvenes en riesgo de exclusión social, utilizando la cultura, el arte y el deporte como herramienta de motivación.

Junto a ello, en su particular carta a los Reyes Magos, Jaime Bretón pide que los fondos europeos Next Generation se acuerden el Polígono Sur, adonde le gustaría que llegara un ramal del tranvía de Sevilla. Sin embargo, más allá de la transformación urbana, su mayor deseo sería que “los vecinos que se van del barrio para poder mejorar decidieran volver o quedarse porque encontraran aquí un lugar donde se puede vivir y prosperar”.

Rosario es vecina de La Oliva, uno de los seis barrios que componen el Polígono Sur de Sevilla, donde se encuentran las tristemente célebres Tres Mil Viviendas. Estos días se afana, junto con sus compañeras, en finalizar el taller de textil (confección industrial) que durante más de un año ha recibido en la Fundación Don Bosco.

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