Es noticia
El 'pitufeo' de La Paca, el camello de la comunidad LGTBI de Torremolinos
  1. España
  2. Andalucía
Hallaron más de 16.000 euros

El 'pitufeo' de La Paca, el camello de la comunidad LGTBI de Torremolinos

Expandió su negocio a través de aplicaciones de contactos para homosexuales y ganó tanto dinero que al ser detenido muchos buscaron un trastero donde pudo esconder parte de su botín

Foto: El alijo incautado. (Policía Nacional)
El alijo incautado. (Policía Nacional)

La Paca, como era conocido en las zonas de ambiente, se mostraba educado con los agentes. Ni un reproche, ni un arrebato de ira, a pesar de que el registro que presenciaba con sus ojos suponía el principio del fin de su lucrativa carrera como traficante. Una actividad delictiva que lo había encumbrado como el principal camello de la comunidad LGTBI de Torremolinos, con un impresionante catálogo de drogas –que incluía mefedrona– que suministraba tras contactar con sus clientes a través de aplicaciones de ligue para homosexuales.

Su caída arrancó meses atrás de que los investigadores de la UDEV II de la Comisaría de Torremolinos-Benalmádena le pusiesen los grilletes. Y como suele ocurrir en estos casos, su captura empezó con “una llamada anónima” que los agentes creen que realizó “un amante despechado” y que dio un nombre: Francisco Manuel P.P.

Foto: Plantación de marihuana en El Ejido, Almería. (Guardia Civil)

El informante dibujaba a un cuarentón que había hecho de la zona de ocio de La Nogalera su particular espacio de actuación y que había depurado un singular y contemporáneo 'modus operandi' para captar clientes y distribuir las drogas. El entonces sospechoso “tenía perfiles en distintas aplicaciones de contactos, como Wapo, donde utilizaba el apodo de La Paca, y a través de ellas recibía mensajes con los pedidos de los clientes”, señalaron a El Confidencial fuentes cercanas al caso. Peticiones de todo tipo, a la altura del amplio catálogo de sustancias que ofrecía: éxtasis, MDMA, cocaína, GHB, mefedrona, ketamina, popper y hasta pastillas contra la disfunción eréctil, le incautaron durante el registro que acompañó a la operación Delta.

Los investigadores hallaron más de 16.000 euros, muchos de ellos en sobres escondidos detrás de cuadros y en una carpeta donde se clasificaban los ingresos según la droga. Un botón de los grandes beneficios que había obtenido y que fue el precursor de un rumor sobre un misterioso trastero en el municipio torremolinense donde La Paca supuestamente habría escondido buena parte de su botín. Una impresionante cantidad de dinero que muchos buscaron como un tesoro en una isla desierta.

Pero si nuestro personaje creía que sus problemas habían acabado en el momento en que pasó a disposición judicial es porque no sabía que era el turno de los agentes del Grupo de Investigaciones Patrimoniales y de Localización de Activos de la Comisaría Provincial de Málaga.

Foto: Mefe. (iStock)

El caso de Francisco Manuel P.P. llegó a la mesa del jefe de grupo y, tres años después del importante operativo de sus compañeros de la UDEV II de la Comisaría de Torremolinos-Benalmádena, han logrado desentrañar la madeja de una red familiar de blanqueo en la que hasta había implicado a su sobrina de 7 años. El presunto camello de la comunidad LGTBI supuestamente utilizaba un mediático sistema de blanqueo que sedujo a más de un político: el 'pitufeo'. O, lo que es lo mismo, reintroducir el dinero ilícito en el circuito legal a través de pequeños ingresos realizados por personas de confianza y que en este caso no superaban los 100 euros.

Las alertas de los investigadores dispararon cuando se percataron de que el detenido había puesto en marcha una peluquería “que no solo carecía de actividad, sino que tampoco tenía local”, explicaron fuentes cercanas al caso, que agregaron que a través de esta sociedad se había realizado la compra de una vivienda. Los agentes advirtieron al juez de una posible operación de blanqueo que empezó a ponerse interesante cuando el arrestado presentó una serie de contratos de préstamos privados para tratar de justificar la procedencia de los fondos. Sin darse cuenta, había ofrecido una valiosa información para que abriesen nuevas líneas de trabajo policial en su contra.

El detenido había puesto en marcha una peluquería "que no solo carecía de actividad sino que tampoco tenía local"

El acusado había suscrito la mayoría de los créditos con su madre y sus hermanas Almudena y Pilar, pero los investigadores, tras perfilar a estos nuevos actores, llegaron a la conclusión de que era imposible que pudiesen hacer esos desembolsos: “Se constató que no tenían capacidad para ello, ya que sus ingresos eran insuficientes. Por ejemplo, Francisca –la progenitora– percibía 400 euros mensuales y firmó un contrato por el que dejaba a su hijo 16.500 euros”, manifestaron las fuentes consultadas.

A estas indagaciones se sumaron las declaraciones contradictorias de los distintos sospechosos, que finalmente acabaron siendo imputados por blanqueo de capitales por el Juzgado de Instrucción número 4 de Torremolinos, que instruye la causa.

Los efectivos del Grupo de Investigaciones Patrimoniales y de Localización de Activos acabaron descifrando todas las claves del presunto entramado puesto en marcha por los acusados: “El principal investigado –presuntamente– había abierto una cuenta corriente que a su vez tenía otras asociadas a miembros de su familia. Una incluso relacionada con una sobrina de 7 años. Con cierta asiduidad, ingresaba en ellas pequeñas cantidades de dinero procedente de la venta de estupefacientes. A veces 20 euros, otras veces 30, 50, pero nunca más de 100”. El siguiente paso era que sus familiares, una vez acumulada una importante cantidad, supuestamente le reembolsasen el dinero en forma de préstamos personales.

Foto: La Playa de La Carihuela de Torremolinos, vacía este pasado miércoles (Toñi Guerrero).
TE PUEDE INTERESAR
De Benidorm a Torremolinos: el covid convierte en zombis los iconos del turismo
Víctor Romero. Benidorm Agustín Rivera. Torremolinos Fotos: Toñi Guerrero

“Las transacciones eran pequeñas para no levantar sospechas y porque así tienen una justificación más fácil”, añadieron las fuentes consultadas, para recordar que el principal acusado presuntamente llegó a decir que el dinero que ingresaba en la cuenta vinculada a su sobrina era “para sufragar sus futuros estudios”. Con este supuesto método de blanqueo, y según la investigación policial, Francisco Manuel adquirió dos inmuebles –un piso en Torremolinos y una casa en El Rubio (Sevilla)– por un importe en torno a los 250.000 euros.

Ambas propiedades han sido bloqueadas y el principal acusado se encuentra a la espera de que se celebre el juicio. El conocido como camello de la comunidad LGTBI de Torremolinos se sentará en el banquillo de los acusados por delitos por tráfico de drogas, blanqueo de capitales y falsedad documental. Pero no estará solo. Puede que le acompañe parte de su familia. Una circunstancia que no evitó que volviera a las andadas y ser detenido de nuevo, a pesar de que había depurado el método y obligaba a sus clientes a consumir la droga en su casa. Un domicilio lleno de estatuas de vírgenes y santos.

Un amigo al que no veía hace años

Operar en su círculo de confianza y apoyarse en sus seres queridos era la seña de identidad de Francisco Manuel P.P. en sus presuntas operaciones de blanqueo. Aunque en una ocasión se saltó esta regla, y le costó caro. Concretamente, un cargo de falsedad documental por supuestamente falsificar la firma de un amigo en uno de los contratos de préstamos privados. Según informaron fuentes cercanas a la investigación, la víctima conoció al principal imputado años atrás y tuvieron una relación tan cercana que le dejó dinero una vez que cayó enfermo. Esta ayuda se formalizó a través de una gestoría y tras aportarse datos personales como el número de DNI. La investigación ha probado que el supuesto camello de la comunidad LGTBI de Torremolinos presuntamente utilizó esta información para involucrar a su amigo confeccionando un falso contrato de préstamo privado. Un hecho del que la víctima sólo fue consciente cuando lo citó la Policía Nacional y que también ha llevado a la imputación de un abogado.

La Paca, como era conocido en las zonas de ambiente, se mostraba educado con los agentes. Ni un reproche, ni un arrebato de ira, a pesar de que el registro que presenciaba con sus ojos suponía el principio del fin de su lucrativa carrera como traficante. Una actividad delictiva que lo había encumbrado como el principal camello de la comunidad LGTBI de Torremolinos, con un impresionante catálogo de drogas –que incluía mefedrona– que suministraba tras contactar con sus clientes a través de aplicaciones de ligue para homosexuales.

Blanqueo LGTBI Delincuencia
El redactor recomienda