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¿Tiene Vox un problema en Melilla? Un sector crítico habla de "compadreo" con el PP
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¿Tiene Vox un problema en Melilla? Un sector crítico habla de "compadreo" con el PP

La dirección nacional defiende a los actuales responsables de la gestora frente a quienes denuncian “compadreo” con el PP. Su gestión se compara con la de Ceuta, referente para Vox

Foto: José Miguel Tasende, presidente de la gestora de Vox Melilla, interviene ante los medios tras la última interparlamentaria. (Vox)
José Miguel Tasende, presidente de la gestora de Vox Melilla, interviene ante los medios tras la última interparlamentaria. (Vox)

Si hay dos puntos fundamentales para la construcción del discurso ideológico de Vox, esos son las ciudades autónomas. La frontera con Marruecos, la presión migratoria, el factor religioso, la seguridad ciudadana o la presencia militar son ingredientes indispensables para retroalimentar su retórica. Pero mientras Ceuta se ha convertido en el arquetipo, con una presencia habitual en medios, iniciativas con proyección y diputados protagonizando ásperos enfrentamientos en vídeos virales, hay quien piensa que Melilla ha entrado en una desconcertante irrelevancia. Una situación que se estaría tratando de revertir para evitar una hipotética fuga de afiliados y que el PP recupere parte del electorado perdido en los anteriores comicios locales. Un portavoz del partido niega la división interna, defiende el trabajo que se está haciendo y vincula estas informaciones con “personas que ya no tienen ninguna responsabilidad y que quieren dañar”.

Fuentes del partido consultadas por El Confidencial explicaron que el supuesto malestar estalló a finales de septiembre, cuando en la ciudad melillense desembarcaron miembros de la formación de distintos ámbitos para fiscalizar y tutelar la labor de la gestora. La excusa, apuntaron, fue la celebración de una reunión interparlamentaria —fijada para junio, pero que se fue posponiendo—, aunque el motivo subliminal del encuentro sería la “irritación” de algunas personas “con lo que está sucediendo”. ¿Y qué está ocurriendo? Pues según las citadas fuentes, una “nula actividad” del partido en la ciudad, “un compadreo con el PP en los plenos de la asamblea y un nulo aumento de afiliados”.

Foto: El líder de Vox en Melilla, Jesús Delegado (segundo por la izquierda), junto al secretario general de Vox España, Javier Ortega Smith (segundo derecha), uno de los dirigentes de Vox que critica Delgado. (EFE)

Vox Melilla se encuentra actualmente dirigido por una gestora tras la conflictiva salida del anterior presidente, Jesús Delgado Aboy, quien en unos audios destapados por este periódico desvelaba las tiranteces con los líderes de la formación: “Si nos echan, España entera sabrá cómo funcionan. A mí la única sensación que me da es que [el partido] se ha creado para el lucro de cuatro o cinco personas, que son la cúpula. Cada día estoy más convencido de ello”. Palabras pronunciadas en una reunión con militantes en la que también daba a entender que era una opinión compartida en ejecutivas provinciales.

Aboy dimitió de su cargo en enero del año pasado —posteriormente, fue denunciado por comprar lencería con la tarjeta del Colegio de Médicos— y un mes después se anunciaba que José Miguel Tasende presidiría a las personas que interinamente pilotarían el partido.

En el partido, hay quien piensa que Ceuta ha sacado mayor rédito de sus resultados

Esta inestabilidad pudo descolocar a los 2.655 melillenses que en los pasados comicios locales otorgaron dos diputados y el 7,76% de los sufragios a la marca de Santiago Abascal. Unos resultados muy inferiores a los obtenidos por el partido en Ceuta —seis diputados y el 22,37% de los votos—, pero que se duplicaron en las generales del 10-N —5.692 apoyos— hasta superar unas siglas consolidadas como son las del PSOE. Pero hay quien cree dentro del partido que este crecimiento fue un reflejo de la evolución de Vox a nivel nacional y sostienen que el rédito que se ha sacado a los resultados ha sido muy dispar en las ciudades autónomas. Mientras que el equipo ceutí acumula parabienes, la labor de la gestora de Melilla habría despertado algunos recelos.

Uno de los factores de distorsión entre ambas es la presencia en las redes sociales. Principal canal de Vox para difundir su mensaje, cualquiera que siga sus cuentas ha podido constatar su permanente hiperactividad, por lo que extraña la “inactividad” melillense. Si, por ejemplo, se comparan los perfiles de Twitter, la preponderancia ceutí es apabullante, ya que acumula más de 16.600 tuits frente a los 3.885 de Melilla. Bien es cierto que el de Ceuta se abrió antes, pero el impacto de sus representantes es infinitamente superior. Sobre todo el de Carlos Verdejo, secretario y portavoz de Vox Ceuta. Sus vídeos de duros enfrentamientos con diputados del PSOE y del PP se difunden con gran rapidez, hacen las delicias de los más cafeteros y se cuelan en los telediarios nacionales y las portadas de los periódicos más importantes. Algo que no pasa con sus homólogos melillenses, que exhiben formas más correctas.

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Esto, en parte, se achaca a la supuesta postura gregaria que en algunos sectores de la formación se piensa que tiene la gestora con respecto a los populares. Una estrategia que desentona con la mantenida en Andalucía, Madrid o el Congreso de los Diputados, donde el ‘pressing’ a sus hipotéticos socios naturales es constante. Las fuentes consultadas, incluso, hablan de un “compadreo” que está mermando la acción del partido y que se plasmaría en una ausencia de “iniciativas con proyección”. Al contrario que en otros lugares, “no se enfrentan al PP abiertamente”. Y eso no se entiende, porque es el principal partido al que pueden ‘robar’ votantes para seguir creciendo, aunque sí explicaría el estancamiento en la afiliación que presuntamente se está criticando en el seno de la formación.

“Los simpatizantes no van a los actos” en el número que supuestamente querría la dirección, como puso de relieve la extrañeza mostrada por el secretario general, Javier Ortega Smith, cuando a finales del pasado mes de mayo acudió a la inauguración de la nueva sede en la ciudad y “no había casi afiliados”, explica una fuente próxima.

Todas estas circunstancias, al parecer, habrían generado cierta inquietud en las altas esferas del partido, que aprovecharon la interparlamentaria Melilla-Ceuta para que personas con mando en plaza fiscalizaran la situación y tutelaran a los miembros de la gestora para que siguieran la estela del partido. Entre los presentes, diputados de la Península, pesos pesados a nivel autonómico y el propio Verdejo.

El presidente de la gestora afirma que la relación con la dirección es fluida y constante

No obstante, un portavoz nacional de Vox negó cualquier problema, recelo o malestar con un “no hay nada de eso”. “En la interparlamentaria, no se tocó el tema de Melilla” desde ese enfoque, precisó a este periódico, para añadir que estas informaciones provienen de personas que “solo pretenden dañar al partido” y apuntar a dos excargos que “hace tiempo que no tienen responsabilidades en Melilla”.

La citada fuente recalcó la satisfacción existente con Tasende y su equipo y expuso “datos objetivos”: “En el último año, ha crecido su afiliación por encima de la media nacional. Su presencia en medios de comunicación ha subido, pasando —en los últimos 18 meses— de 230 impactos mensuales en medios a 318. Y en redes sociales se ha duplicado el número de seguidores y triplicado el de impactos”.

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El presidente de la gestora, en declaraciones a este periódico, no ocultó su sorpresa por el hipotético malestar que habría en su formación y explicó que tiene una “relación fluida, constante”, con la dirección. “Si hay cualquier problema, contactan y lo expresan con total confianza”, manifestó José Miguel Tasende, que confirmó que en la pasada Interparlamentaria había un representante del partido llegado desde Madrid, pero desmintió que fuese para ‘leerles la cartilla’.

Explicó que están abiertos a las sugerencias que ayuden a mejorar la acción de Vox en la ciudad autónoma, porque “la dirección nacional es la dirección”, aunque precisó que él también defiende posturas contrarias cuando cree que son las acertadas.

Si hay dos puntos fundamentales para la construcción del discurso ideológico de Vox, esos son las ciudades autónomas. La frontera con Marruecos, la presión migratoria, el factor religioso, la seguridad ciudadana o la presencia militar son ingredientes indispensables para retroalimentar su retórica. Pero mientras Ceuta se ha convertido en el arquetipo, con una presencia habitual en medios, iniciativas con proyección y diputados protagonizando ásperos enfrentamientos en vídeos virales, hay quien piensa que Melilla ha entrado en una desconcertante irrelevancia. Una situación que se estaría tratando de revertir para evitar una hipotética fuga de afiliados y que el PP recupere parte del electorado perdido en los anteriores comicios locales. Un portavoz del partido niega la división interna, defiende el trabajo que se está haciendo y vincula estas informaciones con “personas que ya no tienen ninguna responsabilidad y que quieren dañar”.

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