Un cóctel, un edificio okupado y una foto con Felipe VI: la polémica ‘cultural’ de Málaga

La vicerrectora de Cultura de la Universidad de Málaga (UMA), Tecla Lumbreras, sabía que sus palabras iban a escocer, así que no se anduvo por las ramas: “Voy a soltar una perlita que a lo mejor al Ayuntamiento... La clausura la vamos a hacer en La Invisible, por eso de reciclar, ¿no? Gracias por dejarnos el espacio”. Era 3 de noviembre y la rueda de prensa de presentación de la 32 edición del Festival de Cine Fantástico Fancine cobraba un protagonismo especial. La organización anunciaba que la gala final de este evento cinematográfico tendría lugar en el patio de La Casa Invisible. Toda una declaración de intenciones. Porque esa decisión implicaba respaldar al colectivo social y cultural que okupa este edificio público por cuya recuperación litiga el Consistorio desde hace años. El gesto ha sentado mal entre los rectores municipales porque la Administración local patrocina el encuentro cinematográfico. Otra victoria de los impulsores del centro en la batalla por el relato.

La noche de este jueves será cuando tenga lugar la polémica gala en un inmueble que lleva 15 años okupado. El Consistorio, que lleva tiempo alertando de sus deficientes condiciones de seguridad, se encomienda a la decisión de los tribunales para recuperar este equipamiento, ubicado en el número 8 de la calle Andrés Pérez, en pleno centro de la ciudad. La persona que más beligerante se ha mostrado tras la última polémica ha sido la concejala de Cultura y Deporte, Noelia Losada. La edil de Ciudadanos, y candidata de este partido para las próximas municipales, no se mordió la lengua y, a preguntas de La Opinión de Málaga, recordaba que el edificio “debería estar desalojado” —tras comunicarse una nueva orden de lanzamiento—.

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“¿Cómo van a dar un cóctel? ¿Con qué medidas de seguridad? ¿Con qué suministros? ¿Con qué clase de permisos?”, se preguntaba, para después proponer una medida drástica: “Lo que puede hacer el Ayuntamiento de Málaga es mandar a la Policía y pedir los permisos. Y si no —los tienen—, pues clausurarlo, evidentemente”. El centro social aseguró en un comunicado que el inmueble, “rehabilitado en 2015, cumple con todas las garantías de seguridad”; circunstancia que, afirma, ha sido corroborada por “informes técnicos favorables de la Gerencia de Urbanismo, que certifican su buen estado y seguridad”.

El hecho de que la UMA haya confiado en La Invisible resulta especialmente irritante en el Consistorio porque es patrocinador del Festival de Cine Fantástico. Es decir, parte del dinero que ha desembolsado para apoyar este evento, finalmente irá a parar al centro social y cultural que pretende desalojar. No se sabe cuál será la cantidad exacta, lo único que dijo Lumbreras al respecto es que “tenemos otras [sedes], pero valen carísimas”, por eso se decantaron por La Casa Invisible.

El centro social que okupa el edificio municipal desde hace 15 años ha recibido importantes apoyos

Pero el proceso judicial que el Ayuntamiento mantiene abierto choca con los importantes apoyos que recaba La Invisible entre el ámbito de la cultura nacional e internacional. Por ejemplo, del Ministerio de Cultura, con su incorporación a la Comisión de Arte Contemporáneo; o del Museo Reina Sofía, con quien organizó un congreso internacional sobre el futuro de las políticas culturales en Europa. Una homologación pública que cae como una gota malaya sobre la imagen externa del equipo de Gobierno municipal y que compromete su posicionamiento estratégico.

Este debilitamiento se hizo palpable hace exactamente una semana, cuando uno de los miembros del colectivo compartía mesa y mantel con Felipe VI. El encuentro se produjo en la cena de la edición número 54 de la Conferencia Anual del Comité Internacional de Museos y Colecciones de Arte Moderno que se celebró hace una semana en Mallorca, donde el arquitecto malagueño Kike España pronunció la ponencia Specters of Picasso para hablar sobre “cómo la ciudadanía puede crear espacios de participación y encuentro”. Como era lógico y esperable, este hecho fue utilizado por el centro social y cultural para presionar al alcalde de Málaga, Francisco de la Torre. “Hasta Su Majestad el Rey se ha sentado en una mesa con La Invisible [...] ¿Cuándo nos vemos para hablar de la cesión [del edificio]?”, le interpelaban en redes sociales.

No obstante, si desde el colectivo ciudadano esgrimen estos logros para defender su permanencia en el inmueble, el actual equipo de Gobierno, y el Partido Popular, concretamente, siente el respaldo de los miles y miles de malagueños que durante lo últimos 20 años han avalado en las urnas sus políticas, y no con pocas mayorías absolutas.

Cierto es que las concentraciones y manifestaciones llevadas a cabo por los miembros de La Invisible han convocado a muchas personas, pero no se puede obviar que el respaldo electoral de De la Torre es abrumador. Un aval político que se hace extensible a su gestión cultural y que en los últimos 20 años ha convertido a Málaga en la ciudad de los museos. Porque detrás de este conflicto subyace un debate entre dos modelos: uno enfocado al gran público, con un espíritu mainstream y espacios expositivos y muestras con una sólida proyección mediática; frente a una visión más “participativa” y “heterogénea” construido sobre una estructura “representativa”. “Otra forma de hacer las cosas”, como se definen en el centro social.

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El primero, como es imaginable, lo representaría el Consistorio y el resto de administraciones que ha impulsado pinacotecas y exposiciones de todo tipo; mientras que el segundo lo encarnaría La Invisible, con una propuesta más independiente, fuera de los circuitos convencionales y comerciales.

Sus impulsores reclaman desde hace tiempo la cesión del céntrico edificio, aunque saben que su horizonte judicial más probable es el desalojo. El equipo de Gobierno es consciente de que buena parte de su electorado, y de la ciudadanía, no comprendería que diese pasos atrás ante la okupación de un bien público, pero también calibra el coste reputacional que provocaría una intervención policial para ejecutar el desahucio.

Losada no ha sido invitada a la gala de esta noche, aunque tampoco tenía pensado acudir. No se espera que ningún edil del PP o Ciudadanos haga acto de presencia.