El proyecto Incubazul de Cádiz busca más 'startups' que sumar a la iniciativa

El sector azul, centrado en los mares y océanos como motor económico, ya aporta un valor añadido bruto de 218.000 millones de euros al año en la Unión Europea, según datos de la Comisión, y en Cádiz poco a poco va ganando terreno gracias al fomento de iniciativas como Incubazul. Esta incubadora de proyectos de alta tecnología, impulsada por Zona Franca de Cádiz y cuyo objetivo es atraer al emprendedor, generar espacios de oportunidad y posibilitar la llegada de iniciativas tecnológicas en torno al sector azul, actualmente se encuentran en una nueva fase de captación de empresas que concluirá el próximo 13 de enero.

Desde Zona Franca de Cádiz explican que los criterios de selección pivotarán en torno al "de la tecnología, valorándose positivamente aquellas que cuenten con una tecnología diferencial, a lo que se suma la capacidad para hacer llegar al público final el producto o servicio ofrecido. Entre estos requisitos también está el potencial de mercado, además del grado de maduración del proyecto y su viabilidad".

Esta es ya la tercera convocatoria de captación. A ella se unen dos más: una primera, que logró agrupar a ocho proyectos, y otra, cerrada en septiembre, que consiguió aumentar esa cifra a 23. En esta lista de startups se encuentran Skintunafish, una compañía que crea cuero de atún a través de un proceso de curtición vegetal; Buceo Conciencia, una agencia certificadora de cursos de biología marina en el marco del buceo recreativo; o Premium Catamarans que desarrolla de catamaranes inteligentes para navegación autónoma y recopilación de datos oceánicos. También Productos La Salá, empresa dedicada a la recolección y venta en fresco de Salicornia, el espárrago del mar; Aquiestero, dedicada a la promoción de actividades turísticas y ocio sostenibles en espacios naturales de los litorales; Tudestino Sostenible, compañía orientada al asesoramiento en materia de sostenibilidad que se materialicen en la obtención de un distintivo para los establecimientos; y Trash Peak, una compañía que fabrica tablas de surf ecológicas a partir de plásticos recogidos de las playas españolas.

Según afirman desde el Consorcio, "Incubazul trata, por tanto, de acompañar, alimentar y consolidar iniciativas empresariales con base tecnológica y que se vinculen al mar y a sus recursos naturales a través de un programa integral de aceleración que, además, tiene el valor añadido de contar con la colaboración de Telefónica, la encargada de dirigir, desarrollar y dinamizar el programa de aceleración de los proyectos seleccionados".

Estos nuevos proyectos, una vez seleccionados, transitarán por distintas fases antes de llegar a su consolidación. La primera de ellas es la incubación como tal, metafóricamente la presemilla. En este momento, desde Incubazul trabajarán con iniciativas empresariales incipientes durante unos cuatro meses prorrogables a otros cuatro. Después llegará la aceleración, es decir, la plantación de la semilla y su primer crecimiento. En esta fase, que también durará unos cuatro meses, se construirá el modelo de negocio y se facilitarán las condiciones necesarias para ser comercializables. Por último, llegará el periodo de la consolidación, un espacio de tiempo en el que la empresa se está implementando en el mercado cuya duración máxima es de cinco años.

Pero Incubazul no es solo una idea y eso se transmite también en su sede. “Su propio diseño, elaborado por Carquero Arquitectura, es símbolo de economía circular, ya que está configurado por contenedores marítimos reciclados, que habitualmente tienen una vida útil de 10 a 15 años”, añaden fuentes del Gobierno de la región.

La economía azul como futuro

En realidad, este tipo de economía es tan diversa como innovadora. Con el mar como núcleo de actuación, los subsectores a los que llega transitan desde la biotecnología hasta la investigación sobre cómo el potencial del océano puede aumentar la resistencia a los efectos de cambio climático, pasando por las energías renovables, el transporte marítimo y portuario y el análisis o las soluciones a la contaminación de los plásticos marinos.

Esta diversificación hacen de la economía azul uno de los sectores con mayor crecimiento y proyección en Europa y a nivel mundial. Según un informe de la UE, factura unos 750.000 millones de euros y aproximadamente 5,4 millones de trabajadores viven de los sectores ligados directamente a los mares. Por ello, el Ejecutivo europeo reconoce la importancia de los mares y océanos como motores de crecimiento, a la vez que promueven actuaciones encaminadas a hacer de los océanos y su sostenibilidad un hábitat de desarrollo económico y social.

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En concreto, en España hay unas 945.000 personas empleadas en este sector y el valor agregado bruto que aporta ronda los 32.700 millones de euros anuales. Tal y como añaden desde el Consorcio de la Zona Franca de Cádiz, “la Comisión Europea estima que, en España, el peso de este sector es del 5% del empleo y del 3% del valor añadido bruto, muy por encima de países de nuestro entorno como Francia (1,4% del empleo y 1% del valor agregado bruto), Italia (2,3% y 1,5%) o Reino Unido (3,2% y 1%)”. Dentro del país, en Andalucía se prevé que en los próximos diez años se podrían crear hasta medio millón de empleados, a tenor de lo explicitado por Javier Noriega, el presidente del Clúster Marítimo-Marino de la comunidad andaluza.

La Unión Europea es la encargada de cofinanciar Incubazul a través de la Fundación Incyde. En este sentido, hasta el 80% de los fondos proceden del Feder, dentro del Programa Operativo Plurirregional 2014-2020. Así pues, en marzo de 2020, obtuvo una subvención de 2,5 millones de euros para una inversión total de 3,15 millones. En noviembre de 2022, se le dotó nuevamente con 1,5 millones de euros para una inversión total de 1,9.