Gadafi y un incendio: la 'pedrea' de 3,2 millones del banco libio en Málaga

Entre la lista de personas físicas y jurídicas a indemnizar por los seis bomberos forestales condenados a cárcel como autores por imprudencia del incendio forestal que en 2012 calcinó 788,65 hectáreas en los municipios malagueños de Pujerra y Júzcar se encuentra el Lybian Arab Foreign Bank (LAFB). Una entidad financiera pública que se hizo cargo de la gestión de los numerosos bienes que Muamar el Gadafi tenía en Málaga y que actualmente es titular de una finca que sufrió daños valorados en 3.161.370 euros. Los miembros del Plan Infoca considerados culpables deberán afrontar el pago total de más de cuatro millones de euros, aunque el tribunal señala como responsable civil subsidiaria a la Agencia de Medio Ambiente y Agua (Amaya) y eso les abre una ventana de oportunidad ante una previsible incapacidad para abonar el millonario importe.

La resolución emitida por el juzgado de lo Penal número 11 de Málaga señala que las llamas afectaron a una finca ubicada en el "paraje monte la Hiedra-Ballesteros" y que pertenece al LAFB. Con base en "valoraciones agroforestales, estadísticas de producciones y precios del mercado", se establece que la cuantía de los desperfectos causados durante los tres días de incendio ascienden a 3,1 millones de euros.

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Esta es la cuantía más importante que, "de forma conjunta y solidaria", deberán afrontar los bomberos procesados, aunque todo indica que será la Junta de Andalucía la que finalmente tenga que abonar todas las cantidades al ser considerada responsable subsidiaria. Tras el Lybian Arab Foreign Bank, es el propietario de la finca La Raijana el que percibirá la segunda indemnización más elevada —403.636,50 euros—, seguido de la propia Administración regional, cuyos gastos de extinción se cifraron en 248.818,22 euros. Los titulares de los terrenos conocidos como La Raijanilla y Los Ballesteros deben percibir 173.530 y 22.507,50 euros, respectivamente; mientras que la movilización y labor de la Unidad Militar de Emergencia (UME) se estimó en 96.564 euros.

Los algo más de 3,1 millones de euros que percibirá la entidad financiera libia podrían considerarse una peccata minuta si se comparan con el valor de las propiedades que Gadafi adquirió en la Costa del Sol a partir de la década de los 90 y que lo convirtieron en uno de los latifundistas más importantes de la provincia malagueña. Entre sus bienes más valiosos, los terrenos que se extienden por los términos municipales de Estepona, Benahavís, Pujerra y Júzcar, y cuya superficie se cifra en 65 kilómetros cuadrados, mayor que la de localidades como Torremolinos o Benalmádena.

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El banco libio gestiona propiedades, entre las que se encuentra una con un nombre que volvió a la actualidad el pasado verano: La Resinera. Es la finca donde en el mes de junio se declaró un complejo incendio que calcinó casi 5.000 hectáreas y que tiene una curiosa historia. Pero La Resinera ya era conocida por su pasado reciente. Su anterior dueño fue un inversor libio que la adquirió allá por los 80 tras desembolsar 1.000 millones de las antiguas pesetas —seis millones de euros— con la intención de construir un parque temático. La idea original era que se llamara La Montaña Mágica e incluso se comentó que la compañía Disney valoró ese emplazamiento para su proyecto de Eurodisney.

Aparcada esta posibilidad, los planes iniciales se recondujeron hacia el sector urbanístico y se ideó una promoción inmobiliaria de 2.000 viviendas, un campo de golf y un hotel. La iniciativa privada, que al parecer también incluía un geriátrico y un palacio de exposiciones, se trasladó al Ayuntamiento de Benahavís en febrero de 2011, poco antes de las revueltas en Libia que pondrían fin a la dictadura de Gadafi. Pero al igual que ocurre actualmente con Rusia, la Unión Europea (UE) acordó medidas sancionadoras y bloqueó los activos del régimen.

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EFE

Con la inmovilización de la propiedad, se evitó que el dirigente libio y su entorno pudiesen "utilizarla con alguna finalidad lucrativa o con ánimo de sacarle rendimientos económicos", informaron entonces fuentes del Ministerio de Asuntos Exteriores, a cuyo frente estaba Trinidad Jiménez.

El proyecto constructor quedó aparcado desde entonces y son muchas las voces que se oponen al mismo porque gran parte de la zona está protegida por su alto valor ambiental. Solo 500 hectáreas de La Resinera, que se ubican entre Benahavís y Estepona, son urbanizables. De ahí que, cuando se desató el último incendio —causado por la imprudencia de unas personas que realizaban unos trabajos—, hubiese quien expresase sus sospechas.