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La soberanía alimentaria acerca a los extremos: Sumar y Vox apuestan por el kilómetro cero
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La pelea por el voto del agro

La soberanía alimentaria acerca a los extremos: Sumar y Vox apuestan por el kilómetro cero

La izquierda y el partido ultraconservador han puesto el foco en el sector agrario y ganadero. Un 12% del PIB andaluz procede esa actividad, en el ojo del huracán a raíz de la polémica de los regadíos de Doñana

Foto: El dirigente de Vox Jorge Buxadé en una de sus visitas a Andalucía durante la campaña. (Cedida)
El dirigente de Vox Jorge Buxadé en una de sus visitas a Andalucía durante la campaña. (Cedida)

Uno de los primeros compromisos de IU cuando llegó al Gobierno andaluz, en la primavera de 2012, fue poner en marcha una ley de agricultura que tenía como uno de sus principales objetivos conseguir la soberanía alimentaria. Más de una década después, la federación de izquierdas sigue en las mismas, aunque desde entonces se ha presentado hasta con 4 marcas electorales y el 23-J no es una excepción. Ahora, bajo la enseña magenta de Sumar, mantienen la misma postura, pero les ha salido un competidor en esa apuesta por el kilómetro cero. Y está en el otro extremo del arco ideológico, ya que Vox tiene en esta apuesta uno de los pilares de su proyecto político.

Fue Toni Valero, el líder de IU en Andalucía y cabeza de lista de Sumar por Málaga, quien retomó esta vieja aspiración de la federación de izquierdas. La promesa sobre la ley autonómica de agricultura quedó atrás y ahora el partido que es el principal sustento del proyecto de Yolanda Díaz en Andalucía vincula su apuesta por el sector primario al reto de la despoblación y al relevo generacional en el campo. Ahí tampoco están lejos de Vox, aunque sí tienen una importante diferencia con los de Santiago Abascal, ya que la coalición de izquierda vincula el desarrollo del sector agrario a la conservación del medio ambiente.

Foto: Foro 'El sector agroalimentario y el valor del agua', organizado por El Confidencial.

Hay que recordar que dentro de IU hay formaciones claramente vinculadas al agro, como el Sindicato de Obreros del Campo (SOC) donde militaban los históricos José Manuel Sánchez Gordillo o Diego Cañamero. Pero en Andalucía hace ya casi dos años que el debate del agro y su conjugación con el ecologismo está en lo alto del tablero político. La ley de ordenación de regadíos del entorno de Doñana ha alimentado esa discusión entre la necesidad de apostar por el desarrollo económico o por mantener ecosistemas como el humedal onubense. Y es reseñable que fuera Vox el primero que pusiera el foco en las zonas agrícolas de Huelva.

El foco de Doñana

Fue la candidata de Vox a las andaluzas, Macarena Olona, quien dio un mitin en Lepe, epicentro del cultivo de la fresa. La alicantina hizo saltar las alarmas en el PP, que se apresuró a negociar con la formación de Abascal para llevar al parlamento la primera versión de la ley que ha provocado el conflicto más relevante de la política andaluza en los últimos años. Dos años y medio después de aquel mitin en Lepe, el asunto sigue coleando y la previsión es que añada varios capítulos más después del verano, cuando está previsto que se apruebe la ley.

placeholder Yolanda Díaz, en su visita al entorno de Doñana, comiéndose una de las fresas que se producen en Huelva. (EFE)
Yolanda Díaz, en su visita al entorno de Doñana, comiéndose una de las fresas que se producen en Huelva. (EFE)

Se entiende así que la soberanía alimentaria se convirtiera en un término fetiche para ellos. No hay candidato de la formación que no lo esgrima para establecer una conexión con Marruecos y defender una política proteccionista en la que los aranceles cobren protagonismo. Forma parte de la columna vertebral de su estrategia política. Y es comprensible. El mundo del campo se ha convertido en uno de sus principales motores electorales y la formación se ha erigido en la voz de un descontento acrecentado por las consecuencias de la implantación de una conciencia ecológica.

El líder de la formación, Santiago Abascal, se trasladó a El Ejido, el 'mar de plástico', el gran invernadero del sur de Europa, para dar comienzo a su campaña electoral. Almería, la provincia agro por antonomasia, es probablemente donde mejor ha calado el discurso de Vox en defensa de los agricultores y ganaderos y la necesidad de defender los sistemas productivos nacionales. Posicionamientos que siempre han ido aderezados por soflamas contra la inmigración irregular en la zona del país con mayor presencia de extranjeros de origen africano.

Abascal comenzó la campaña del 23-J en un mitin en El Ejido, donde la formación logra sus mejores números en Andalucía

Abascal, en su afán de atraer el voto del campo, ha ido incorporando ideas como "alarmismo climático", apostando por un plan hidrológico nacional, oponiéndose a la Agenda 2030 y manifestándose abiertamente contra la importación de productos de Marruecos.

Esta línea argumental ha sido interiorizada por los dirigentes del partido, que en los últimos días de campaña han recalcado su postura en suelo andaluz. La candidata al Congreso de los Diputados por Málaga, Patricia Rueda, manifestaba días atrás que el Gobierno "demoniza a nuestros agricultores y ganaderos" y "al sector primario en su conjunto".

Foto: Ursula von der Leyen. (Reuters/Pool/Henry Nicholls)

"Tenemos unos burócratas en Bruselas que con su plan de restauración de la naturaleza, según manifestaciones de Asaja, están amenazando más del 40% de terreno de cultivo", agregaba para mostrar otra baza electoral: los peligros de la Unión Europea (UE). Porque una de las cuestiones que repiten desde esta formación verde es que las autoridades continentales favorecen las importaciones marroquíes y del resto de África frente a la producción autóctona. El hit parade de las "políticas globalistas" que persiguen "hacernos cada día más pobres y dependientes de terceros países". "Y eso no lo vamos a permitir".

Críticas a Marruecos

En la receta que proponen para defender al campo español se aprecia un sentimiento claramente proteccionista. "Vox tiene un plan para garantizar el producto nacional", defendió Rueda, que detalló las principales medidas: "Reforzar controles fronterizos a terceros países; luchar contra la competencia desleal, con imposiciones fiscales a productos procedentes de Marruecos; una oficina que luche contra el etiquetado fraudulento para que los productos que vienen de fuera cumplan los mismos requisitos laborales, fitosanitarios y de cuota que le imponen a los españoles; y garantizar la seguridad jurídica, reduciendo trabas burocráticas y homogeneizando los requisitos en las diferentes regiones".

El vicepresidente de Acción Política de Vox, Jorge Buxadé, ahonda en la opinión de que su partido representa el "voto útil" para "enfrentarse, de verdad, a los enemigos del campo, a esa Agenda 2030 que se ejecuta milimétricamente desde Bruselas". Y defiende, tras la suspensión del acuerdo pesquero de la UE que permitía a los barcos españoles faenar en los caladeros marroquíes, la "necesaria bilateralidad de nuestras relaciones comerciales".

El 13% del PIB andaluz

La coincidencia de los dos extremos del arco ideológico andaluz es lógica si se tiene en cuenta que un 13% del PIB de la comunidad más poblada de España procede del sector primario. El líder de IU en Andalucía mostró su apoyo en Málaga en una reunión con COAG, que es la organización agraria más alejada de PP y Vox. Para muestra su rechazo a la ley de regadíos del entorno de Doñana, que sí apoyan otras entidades.

La batalla por el agro es clave en una comunidad donde el peso del sector primario sigue siendo tan grande. Y más en lugares concretos, como ocurre con las zonas de invernaderos de Almería o el Condado de Huelva. Se trata de dos comarcas con altos niveles de renta donde el voto al PP fue mayoritario en las andaluzas de 2022 y que serán claves para las generales de este domingo. Pero hay otras áreas de relevancia en el sector primario, como ocurre en el Bajo Guadalquivir, que concentran algunas de las localidades con la renta más baja del país, como Lebrija, Las Cabezas o Sanlúcar de Barrameda. Se trata de municipios que siguen siendo bastiones de la izquierda y donde PP y Vox tienen un caladero de votos que será decisivo en un contexto de disputa reñida, sobre todo en provincias como Huelva o Sevilla.

Uno de los primeros compromisos de IU cuando llegó al Gobierno andaluz, en la primavera de 2012, fue poner en marcha una ley de agricultura que tenía como uno de sus principales objetivos conseguir la soberanía alimentaria. Más de una década después, la federación de izquierdas sigue en las mismas, aunque desde entonces se ha presentado hasta con 4 marcas electorales y el 23-J no es una excepción. Ahora, bajo la enseña magenta de Sumar, mantienen la misma postura, pero les ha salido un competidor en esa apuesta por el kilómetro cero. Y está en el otro extremo del arco ideológico, ya que Vox tiene en esta apuesta uno de los pilares de su proyecto político.

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