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Dimisiones y gestora: las guerras internas minan el intento del PSOE de salir a flote en la Costa del Sol
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PROBLEMAS TRAS EL 28-M

Dimisiones y gestora: las guerras internas minan el intento del PSOE de salir a flote en la Costa del Sol

Los socialistas, después de las pasadas municipales, tratan de superar su irrelevancia en una de las zonas de mayor población y dinamismo económico. Mientras el PP exhibe mayorías absolutas, en el partido afloran rebeliones y problemas orgánicos

Foto: Reunión de los dirigentes socialistas en la Costa del Sol para conformar grupos de trabajo. (Cedida)
Reunión de los dirigentes socialistas en la Costa del Sol para conformar grupos de trabajo. (Cedida)

Las pasadas municipales supusieron un fuerte golpe para los socialistas en la Costa del Sol. La práctica totalidad de los grandes municipios fueron ganados por los candidatos del PP y su pérdida de influencia en la zona con mayor población y dinamismo económico de la provincia de Málaga se agudizó hasta casi convertir las siglas del PSOE en irrelevantes. Una situación que ha llevado al partido a impulsar grupos de trabajo con los que reflotar sus aspiraciones en la zona, pero que están siendo opacados por los conflictos internos como los que se están produciendo en Torremolinos y Fuengirola, con dimisiones de importantes cargos, rebeliones de militantes y gestoras.

El secretario general de los socialistas malagueños, Daniel Pérez, comparecía el pasado sábado junto a los responsables del partido en los municipios de la Costa del Sol occidental para anunciar las "líneas estratégicas" con las que la formación quiere recuperar terreno ante un PP que tras el 28-M conservó con mayoría absoluta los ayuntamientos de Torremolinos, Fuengirola, Marbella, Benahavís y Estepona; arrebató a los socialistas el de Benalmádena y se hizo con el de Manilva tras un curioso tripartito con IU y Vox. El PSOE, en esta franja del litoral, únicamente gobierna en Mijas, en alianza prioritaria con Ciudadanos.

Foto: Margarita del Cid, nueva alcaldesa de Torremolinos, junto al regidor saliente, José Ortiz. (EC)

El panorama tampoco mejora en la zona oriental, donde la pérdida de Vélez-Málaga, y la aspiración casi utópica que supone descabalgar a los populares de las alcaldías de Rincón de la Victoria o Nerja, constatan la transformación del PSOE en un partido interior dentro de la provincia.

Este complejo panorama ha llevado a la actual dirección del partido a establecer grupos de trabajo con los que ganar protagonismo entre el electorado. El objetivo es poner el foco en las muchas administraciones gobernadas por los populares. Desde los ayuntamientos, pasando por las mancomunidades y llegando a la Junta de Andalucía. Una tarea de desgaste que se centrará en algunos temas en los que también coinciden con la mayoría de alcaldes del PP, como pueden ser el acceso a la vivienda, mejorar la movilidad o blindar el suministro de agua frente a la creciente sequía, pero que quieren abordar "aplicando políticas progresistas como las del Gobierno de Pedro Sánchez".

Los socialistas marcarán las administraciones gobernadas por el PP y ofrecerán como alternativas las políticas de Sánchez

Víctor Navas, exalcalde de Benalmádena, manifestó que "los profundos cambios económicos, sociales y urbanísticos que ha experimentado la comarca en los últimos años obligan a revisar y repensar las estrategias políticas puestas en marcha cuando hablamos de una población que fácilmente supera el millón en cifras reales".

Pero este plan nace herido por las batallas internas que en las últimas semanas están surgiendo en puntos como Torremolinos o Benalmádena. Una situación de conflictividad orgánica que incluso ha obligado a intervenir a la dirección regional tras impulsarse movimientos para remover a sus lideresas que incluso han derivado en dimisiones.

Foto: Susana Díaz saluda a Pedro Sánchez el día que el presidente se hizo con el control total del partido. (EFE/Jorge Zapata)

El primer municipio, donde el desplome socialista se cifró en los ocho ediles ganados por los populares con respecto a 2019, tiene una gran carga simbólica porque es donde Sánchez sometió definitivamente a la Ejecutiva andaluza en un congreso que supuso la defenestración de Susana Díaz. La candidata elegida para tratar de recuperar la alcaldía —perdida tras una moción de censura— fue Maribel Tocón. La persona que debía sustituir a un José Ortiz que hilvanó dos mandatos desde 2015 y que fue apartado por el partido víctima de sus propios compañeros y la nueva dirección provincial. Aunque Tocón se estrelló el 28-M e inmediatamente comenzó un runrún que ha acabado con su dimisión en la Ejecutiva local. El motivo que ha trascendido son sus supuestas discrepancias con su secretario general, Antonio Navarro. La edil sigue ejerciendo como portavoz de su grupo municipal.

Los males en Fuengirola vienen incluso de más lejos. Hay quien sitúa en la década de los 80 unas heridas que sangran recurrentemente y que en esta ocasión, como si fuesen un estigma, se han manifestado en forma de moción de censura contra la última candidata y secretaria general socialista, Carmen Segura. La mitad de la militancia está en su contra y el PSOE andaluz ha decidido que una gestora se haga cargo de la Ejecutiva local para atajar una división que no sorprende a los que viven la política fuengiroleña. "La dirección del partido y el grupo municipal, tradicionalmente, han ido cada uno por su lado. Javier García León —antiguo candidato— llegó a acusar a Segura ante las cámaras de una televisión local de haber hecho campaña a favor de Ana Mula —alcaldesa del PP—", cuenta una de las fuentes consultadas.

La convivencia artificial que se vivía en Fuengirola y Torremolinos ha saltado por los aires tras la debacle de las pasadas municipales

A las acusaciones de irregularidades en las primarias de 2019, siguieron limpias que han enrarecido aún más una convivencia que se sostenía de forma artificial. "No se sabe qué va a pasar", pero parece poco probable que la cabeza de lista entregue por ahora su acta de concejal.

Carmen Segura también estaba en el punto de mira de sus responsables autonómicos después de que cediese la Casa del Pueblo de Fuengirola para una intervención de un exponente de la corriente crítica dentro del partido: Luis Ángel Hierro. La dirigente iba a estar presente en el acto, pero finalmente no acudió. "Ha habido presiones", señalaron entonces miembros de esta facción socialista.

Foto: Sánchez y Espadas en un acto con el candidato del PSOE por Málaga, Daniel Pérez. (EFE/Jorge Zapata)
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P. D. Almoguera. Málaga C. Rocha. Sevilla

Estos incendios se han avivado en un momento de gran debilidad socialista en el litoral malagueño. Las dificultades para convencer con su proyecto a la población asentada en esta franja son más que evidentes. El PSOE tiene cuatro años para tratar de revertir una situación que desdibuja sus expectativas.

Las pasadas municipales supusieron un fuerte golpe para los socialistas en la Costa del Sol. La práctica totalidad de los grandes municipios fueron ganados por los candidatos del PP y su pérdida de influencia en la zona con mayor población y dinamismo económico de la provincia de Málaga se agudizó hasta casi convertir las siglas del PSOE en irrelevantes. Una situación que ha llevado al partido a impulsar grupos de trabajo con los que reflotar sus aspiraciones en la zona, pero que están siendo opacados por los conflictos internos como los que se están produciendo en Torremolinos y Fuengirola, con dimisiones de importantes cargos, rebeliones de militantes y gestoras.

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