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El 'multitránsfuga' en el que se apoyan PP y Vox para tumbar al PSOE en la Costa del Sol
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GOLPE POLÍTICO

El 'multitránsfuga' en el que se apoyan PP y Vox para tumbar al PSOE en la Costa del Sol

Juan Carlos Maldonado, un controvertido peón que pasó por el PSOE, Cs y un partido independiente, y que fue clave para los populares en otra época, propicia ahora una moción de censura en Mijas

Foto: Juan Carlos Maldonado, a la izquierda, con la futura alcaldesa de Mijas, la popular Ana Mata, y Eloy Belmonte, de Vox. (Vox)
Juan Carlos Maldonado, a la izquierda, con la futura alcaldesa de Mijas, la popular Ana Mata, y Eloy Belmonte, de Vox. (Vox)

Hacía días que el runrún se había intensificado. El PP trabajaba en la sombra para abrochar una moción de censura que le devolviese la alcaldía de Mijas (Málaga) y así consolidar su poder omnímodo en la Costa del Sol. Un golpe maestro que le permite expulsar al PSOE de su última gran alcaldía en la provincia y convertirlo en un partido de pequeños y medianos municipios del interior. Una maniobra que deja heridas dentro del partido y que se sustenta sobre un controvertido personaje: Juan Carlos Maldonado. Exmiembro del PSOE, tránsfuga de Ciudadanos y expulsado de Por mi Pueblo, el último partido al que se había sumado y al que traicionó para sellar un pacto con los socialistas y la formación naranja. Esa clase de político sin apego a las siglas, que nunca entrega el acta de concejal y que siempre juega con la mano ganadora. Un tahúr que vuelve a ser clave para unos populares que recuperan el Gobierno mijeño de la mano de Vox y que sentarán en el sillón de alcaldesa a Ana Carmen Mata.

Los comunicados se sucedieron la mañana de este miércoles después de que el partido de Santiago Abascal fuese el primero en informar de una moción de censura que deshará el acuerdo que en junio anunciaron el PSOE —ganador de las municipales del 28-M—, Cs y el propio Maldonado. Una deferencia después de que el tripartito se consumara definitivamente la noche de este martes tras semanas de negociaciones en las que el edil independiente ha estado jugando a dos bandas.

Foto: Juan Carlos Maldonado, todavía vicepresidente primero de la Diputación de Málaga. (EFE)

Ninguna sorpresa. Ni para socialistas, ni para populares. Solo hay que revisar el historial del que fuera principal alcalde de Ciudadanos en Andalucía para comprender que no tendría ningún pudor en convertir en papel mojado el pacto alcanzado con el hasta ahora alcalde, Josele González.

Los socialistas, a través de su responsable provincial, Daniel Pérez, cargaron contra el PP por "comprar voluntades". Pero solo guardaron un leve reproche para Juan Carlos Maldonado. No hubiese tenido sentido apretar más porque habrían caído en una contradicción. ¿Por qué? Pues porque el que fue partido de su hasta ahora socio supuestamente iba a apoyar a PP y Vox y propiciar un relevo en la alcaldía después de las últimas municipales. Maldonado, en contra de las directrices de su dirección, decidió ponerse del lado del PSOE y Cs. Y Por mi Pueblo, después de no lograr que entregara su acta de concejal, solicitó que pasara a formar parte del Grupo de No Adscritos.

El PP nombró a Maldonado vicepresidente primero de la Diputación de Málaga después de su ‘traición’, que dio la alcaldía de Mijas al PSOE

Este destino no le es extraño. Ya fue un concejal y diputado sin siglas en el Ayuntamiento de Mijas y en la Diputación Provincial de Málaga. A través de una carta publicada en su perfil de X —antes Twitter— informó de su marcha de la formación naranja, aduciendo una supuesta conspiración de su partido y el PP para moverle la silla en ambas instituciones. En ninguna de ellas entregó el acta.

Su llegada al ente supramunicipal no estuvo exenta de polémica. Primero, porque venía precedida de una crisis interna en el seno de los populares, personificada en la figura de su candidato en Mijas: Ángel Nozal. Y segundo, porque se convirtió de facto en vicepresidente primero y acabó siendo destituido por su gestión de la marca Sabor a Málaga.

Maldonado ha sido desde 2015 la némesis Nozal. En ese año, después de las municipales, llegaron a un acuerdo de gobierno en Mijas que se rompió tan solo 10 meses después. El entonces dirigente de Ciudadanos, al poco tiempo, pactaba con los socialistas para desalojar a los populares de la alcaldía. Una traición que no impidió que volviese a ser socio del PP de Málaga tras los comicios de 2019. Este partido, entonces bajo la batuta de Elías Bendodo, y como consecuencia de un acuerdo amplio con Cs, tuvo que transigir cuando la formación naranja lo propuso como vicepresidente de la institución supramunicipal. Un movimiento que apuntaló la presidencia de Francisco Salado y la alcaldía de Francisco de la Torre en la capital malagueña.

Ángel Nozal sufrió las consecuencias de estos acuerdos y se convirtió en un obstáculo para la recuperación de la alcaldía mijeña. La dirección del partido le pidió en reiteradas ocasiones que diese un paso al lado que siempre se negaba a culminar. Así que se buscaron fórmulas de consenso. Una fue que encabezara la lista alguien de su plena confianza, pero que no generase la inquina de Juan Carlos Maldonado. Se habló, y mucho, de Lourdes Burgos, actual concejala y viceportavoz del grupo municipal. Pero la persona elegida fue finalmente Ana Carmen Mata. Una dirigente de la total confianza de Juanma Moreno y Bendodo, que hizo carrera política en el municipalismo de la mano de Esperanza Oña, y que en los últimos años dio el salto a la Junta de Andalucía como secretaria de Familias.

Un relevo perseguido

El relevo únicamente ha sido posible después de que Ángel Nozal comunicase que dejaba la política. Cansado de batallar con sus adversarios y sus compañeros de partido. Y tras perder por primera vez los comicios locales. Eso ocurrió a principios de junio. Desde entonces, los populares han trabajado para atraer a Maldonado. Fuentes consultadas por este periódico confirmaron que las negociaciones venían de largo y partían del acuerdo que supuestamente alcanzaron con Por mi Pueblo.

El desgaste que pueda provocar gobernar con un socio multitránsfuga se considera escaso, tanto en el municipio, acostumbrado a estas intrigas; como por parte de la oposición socialista, cuyo discurso puede ser estéril después de tenerlo como aliado preferente durante dos mandatos.

Foto: Juan Carlos Maldonado (d), tras una etapa de la Vuelta a Andalucía. (EFE/Carlos Díaz)

Más temores provoca la condición de Juan Carlos Maldonado, un político que con su acta adquiere el poder de entregar la alcaldía a quien quiera. Una especie de Puigdemont mijeño que con el 5,52% de los votos —1.412— puede decantar la balanza hacia quien le plazca. O al mejor postor. "Visto con el tiempo, ha conseguido su sueño: echar a Nozal, su carguito y ser influyente", señaló otra fuente.

Mata, que en el comunicado de anuncio de la moción incluye las siglas de Por mi Pueblo, a pesar de que Maldonado fue expulsado en junio, explicó que este movimiento tiene como principales objetivos recuperar la calidad de los servicios públicos municipales —en especial, la limpieza y la seguridad—, agilizar el pago a proveedores y empresas locales —con un grave retraso actual que está perjudicando notablemente a muchas empresas y familias de Mijas—, así como hacer de la ciudad "uno de los grandes referentes de bienestar, desarrollo y progreso tanto de la Costa del Sol como de Andalucía".

Hacía días que el runrún se había intensificado. El PP trabajaba en la sombra para abrochar una moción de censura que le devolviese la alcaldía de Mijas (Málaga) y así consolidar su poder omnímodo en la Costa del Sol. Un golpe maestro que le permite expulsar al PSOE de su última gran alcaldía en la provincia y convertirlo en un partido de pequeños y medianos municipios del interior. Una maniobra que deja heridas dentro del partido y que se sustenta sobre un controvertido personaje: Juan Carlos Maldonado. Exmiembro del PSOE, tránsfuga de Ciudadanos y expulsado de Por mi Pueblo, el último partido al que se había sumado y al que traicionó para sellar un pacto con los socialistas y la formación naranja. Esa clase de político sin apego a las siglas, que nunca entrega el acta de concejal y que siempre juega con la mano ganadora. Un tahúr que vuelve a ser clave para unos populares que recuperan el Gobierno mijeño de la mano de Vox y que sentarán en el sillón de alcaldesa a Ana Carmen Mata.

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