Mariano Vergara exalta la belleza de los recuerdos de su Málaga natal

Mariano Vergara se calla poco. Es uno de esos hombres cultos, refinados, muy de gustos centroeuropeos que sigue enamorado del Mediterráneo. Su Arcadia responde a los nombres de La Caleta y El Limonar, los barrios de su vida de Málaga, la ciudad en la que nació, de la que se fue, a la que volvió y en la que vive, disfruta, se enfada, sueña y se enamora.

El recurso a la belleza: artículos escogidos 2019-2023 es una antología de sus columnas publicadas en este periodo en La Opinión de Málaga. La obra, de 245 páginas, presenta una exquisita edición y prólogo de Carlos G. Pranger, albacea de Gerald Brenan. También cuenta con ilustraciones de José Manuel Cabra de Luna, presidente de la Real Academia de Bellas Artes de San Telmo.

El libro, editado por la Fundación Unicaja, atesora evocaciones íntimas y es un canto a la memoria sentimental de una vida tan intensa como plena. Vergara, que estudió la carrera de diplomático en las escuelas de Madrid y Viena, escribe, como acierta Pranger, artículos que son más bien "profundas reflexiones autobiográficas acerca del devenir. Cercanos al mejor memorialismo de Durrell o Zweig".

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El mundo de ayer del articulista de El Confidencial con Al sur del sur, que es licenciado en Derecho y fue vicepresidente ejecutivo de Unicaja, llega en estas páginas desprovisto de la mochila de la autocensura. Se palpa una escritura trémula y al mismo tiempo pausada para el lector. También sin artificios y anclada en un tiempo que fue y que se presta, como en Un paseo por Umbría, al flâneur del gran amante del arte: "La belleza siempre estará presente en mi recuerdo".

Se trata de artículos elaborados en una cocina rápida, al límite del cierre, con el equipo del periódico pidiéndole el artículo. "Mariano, ¿cómo lo llevas? ¿Envías ya?". Y el autor esperando los comentarios de su amiga Loli Delgado, que corrige cualquier posible repetición o errata.

Hay otros artículos como el emocionante Dieciséis años en el que retrata a su madre. "Te fuiste entre la lluvia, como una presencia que se desvanece, como una figura que desaparece entre la niebla, dejando una leve estela de bondad, belleza y buenas intenciones, para convertirse en el recuerdo de un sueño".

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Porque Vergara, un anglófilo sin remedio, de manifiesta intelectualidad y lector incansable, “ha fundado una mirada”. Son palabras de José María de Loma, columnista de La Opinión de Málaga y redactor jefe de este periódico en la presentación del libro. Fue Loma quien animó al autor de esta obra a que escribiera artículos en una tarde entrada en amistad junto a Alfredo Taján y Luis Guerrero.

Este escritor que ahora se arrepiente de haber tardado tanto en empezar a escribir — piensa recuperar el tiempo: está esbozando sus memorias — siempre ha sido muy exigente con las formas. Apasionado del articulismo de Julio Camba y de ‘El cuaderno gris’ de Josep Pla, cree que una de las claves para la escritura en periódicos es la amenidad. También la claridad.

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Sostiene Cabra de Luna que Vergara es "muy pudoroso" y que tenía que haberse inventado un buen seudónimo. "Si hubiera sido así, este libro se hubiera publicado antes". Y esta belleza vergariana incluye paisajes "hermosísimos", un superlativo que le gusta utilizar, del joven que conoció a Vicente Aleixandre, del viajero a La Habana y Nueva York… de tantos encuentros, paisajes y paisanajes.

"Uno lleva dentro algo que no sabe lo que es. Ahora estoy maduro", sentencia.