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El padre de los niños asesinados en Granada todavía estaba de baja tras el accidente en el que murió su mujer
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HOMENAJES Y LUTO EN HUÉTOR TÁJAR

El padre de los niños asesinados en Granada todavía estaba de baja tras el accidente en el que murió su mujer

El abuelo mató a sus dos nietos dos meses después del siniestro con el coche en el que perdió a su esposa y a su hija. Uno de los niños todavía se dejaba ver en silla de ruedas por las lesiones de las que se recuperaba en sus piernas

Foto: Agentes de la Guardia Civil y el coche fúnebre que recogió los cuerpos del suceso de Huétor Tájar. (EFE/Miguel Ángel Molina)
Agentes de la Guardia Civil y el coche fúnebre que recogió los cuerpos del suceso de Huétor Tájar. (EFE/Miguel Ángel Molina)

El 19 de marzo, Antonio vio cómo un accidente de tráfico segó la vida de su mujer y de su suegra. El coche que conducía Pepe, el abuelo, se estrelló violentamente contra el muro de contención de un puente por el que pasaba el tren sobre la GR4407, la carretera que une Huétor Tájar, su pueblo, y Loja. El 20 de mayo, apenas dos meses después, el abuelo mató a Pablo y Guillermo, sus nietos, que aquel día también viajaban en el coche y que salvaron la vida. No obstante, las secuelas de aquel suceso todavía marcaban a la familia.

"El abuelo no estaba bien, pero nadie esperaba esto", suscribe Pilar, responsable del la asociación de padres y madres del colegio San Isidro, al que iba Guillermo, el menor de los dos hermanos, de 10 y 12 años, respectivamente. Su hermano, Pablo, ya iba al instituto de la localidad, el Américo Castro, donde su padre trabaja como administrativo. Fuentes del entorno del centro confirman que este hombre todavía no se había reincorporado a su puesto de trabajo después del golpe que supuso perder a su mujer y a su suegra en el accidente del mes de marzo.

"Estaba intentando aceptar lo que le había venido", expone otra vecina del municipio que prefiere mantener el anonimato, y que califica a esta familia como "gente del pueblo de toda la vida". El abuelo, de 72 años, estaba jubilado después de haber trabajado mucho tiempo en una empresa de áridos de la comarca y era una persona conocida en el pueblo. Sin embargo, en lo que coinciden los vecinos consultados, algo cambió con el accidente y en la noche del 19 al 20 de mayo, una fuerte bronca con su yerno desembocó en el fatal desenlace.

Foto: El estado en el que quedó el vehículo que conducía el abuelo que ha matado a sus dos nietos en Huétor Tájar. (Bomberos Diputación de Granada)

De puertas hacia fuera, como reconoce la representante de la asociación de padres y madres del colegio, nada hacía presagiar que este hombre iba a acabar con la vida de sus nietos: "Iba todas partes con ellos, pero si pasaba algo, cada uno en su casa lo sabrá que pasa, aunque aparentemente no tenían mala relación".

Uno de los últimos eventos públicos en los que se dejaron ver los jóvenes fue, precisamente y como rememora Pilar, una carrera popular en la que se produjo una bonita estampa entre Pablo, el mayor de los chavales, y sus amigos: "Los chicos iban empujando a su amigo, que aún iba en silla de ruedas porque tenía heridas en una pierna después del accidente".

Huétor Tájar, un municipio de unos 10.200 habitantes vive estos días sumido en la tragedia. Después de que trascendiera el suceso, el alcalde de la localidad, Fernando Delgado, decretó tres días de luto y se suceden los actos y homenajes en recuerdo, especialmente, de los dos menores asesinados. En los centros educativos en los que estaban escolarizados han tenido lugar incluso minutos de silencio en su honor.

Mientras tanto, los investigadores de la Guardia Civil continúan con las pesquisas del caso con el objetivo de explicar las motivaciones que pudo tener el abuelo de esta familia para asesinar, a primera hora de ayer, a sus dos nietos. Los primeros resultados de la autopsia, recogidos por EFE, han confirmado que uno de los menores murió al recibir un disparo por la espalda, mientras que el otro falleció por asfixia. Las hipótesis permanecen abiertas, pero no se descarta, a tenor de los testimonios de los vecinos, que el accidente del 19 de marzo tuviera alguna influencia.

Según explicaron los bomberos que acudieron a rescatar a la familia en el siniestro de tráfico, no se encontraron "indicios de frenada". Al tratarse de una zona sin problemas de visibilidad ni curvas de especial dificultad, este extremo apuntalaría la hipótesis de que el hombre hubiera sufrido algún tipo de problema de salud en el momento del choque. A partir de entonces, y como advirtió el propio alcalde en unas declaraciones recogidas por EFE, el hombre "se sentía responsable" de aquella primera desgracia que sacudió a la familia.

El 19 de marzo, Antonio vio cómo un accidente de tráfico segó la vida de su mujer y de su suegra. El coche que conducía Pepe, el abuelo, se estrelló violentamente contra el muro de contención de un puente por el que pasaba el tren sobre la GR4407, la carretera que une Huétor Tájar, su pueblo, y Loja. El 20 de mayo, apenas dos meses después, el abuelo mató a Pablo y Guillermo, sus nietos, que aquel día también viajaban en el coche y que salvaron la vida. No obstante, las secuelas de aquel suceso todavía marcaban a la familia.

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