Un diputado, 91 euros al día de dieta; un policía, 28 para tres comidas: la lucha contra el narco 'pasa hambre'

"Invito a cualquiera a almorzar o cenar todos los días con siete euros y hacer las tres comidas con 28". "Es sangrante". "Escandaloso lo que tenemos que hacer para poder comer o dormir mientras estamos tras la pista de los delincuentes más peligrosos". "¿Por qué policías que están participando en el mismo operativo, que viajan en el mismo coche, tienen distinta asignación por ser de distintas escalas? ¿No nos jugamos los dos el pellejo?".

Estos son testimonios de miembros de la Policía Nacional y de la Guardia Civil que están en primera línea contra el narco y el crimen organizado en todas sus variantes. Uno de los mayores riesgos para la seguridad nacional, pero al que nuestros agentes se enfrentan en unas condiciones mejorables y que está provocando que muchos grupos de investigación estén teniendo problemas para retener a sus puntales.

El problema de las dietas puede resultar anecdótica, pero es un síntoma de la precariedad con la que trabajan policías y guardias civiles. Sobre todo, si se compara con los 2.018,41 euros al mes —91,7 de media por cada día laborable— que, aparte de su salario y otros beneficios, perciben la mayoría de los diputados para "afrontar los gastos" que les origine la actividad del Congreso.

Repasemos las cifras a través de uno de los agentes que pasa los días de cada semana persiguiendo a narcotraficantes, sicarios, secuestradores o prófugos internacionales. "Los policías y oficiales reciben 28 euros; mientras que de subinspector hacia arriba, 34". Lo cual no deja de ser extraño porque en las investigaciones participan agentes de distintas escalas que en la mayoría de las ocasiones van juntos. "Es surrealista que vayamos en el mismo coche, realizando el mismo trabajo, tratando de detener a los mismos delincuentes, y que a la hora de sentarnos a comer, mi gasto pueda ser un poco mayor o menor".

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Esa cifra es de por sí cuestionable, en el caso de que realicen las tres comidas. Porque en el caso de que sean únicamente dos —desayuno y almuerzo o almuerzo y cena—, las dietas se reducen a la mitad: 14 y 17 euros, según la graduación. "Ponte a buscar un sitio en el que puedas comer por siete euros. Es complicado, así que muchas veces acabas haciéndote un bocadillo en el coche con el pan y el embutido que has comprado en un supermercado", explica un policía.

"Esto funciona porque se aprovechan de la vocación de muchos de nosotros, porque somos unos frikis de nuestro trabajo", añade otro compañero, que asegura que vive algún momento "sonrojante" por las dietas cada vez que se sube al coche y comienza a hacer kilómetros tras la pista de algún elemento del crimen organizado.

La situación llega a ser surrealista cuando, durante los seguimientos e investigaciones, deben buscar un sitio para dormir. "¿Quién encuentra una habitación de hotel, en las ciudades y municipios en los que suelen moverse los traficantes, por 48 y 64 euros la noche?", pregunta de forma retórica uno de los agentes consultados, que confiesa que llega a "pasar vergüenza" cuando tienen que acabar "pidiendo el favor" a un director para que les deje una estancia por debajo de su precio.

Los agentes afirman que el problema con las dietas es crónico y que la cuantía de las mismas "no varía desde 2005 o 2006"

Si esto no es posible, "al final, muchas veces, acabas poniendo dinero de tu bolsillo para completar la diferencia y poder descansar y ducharte en un sitio decente", comentan las fuentes consultadas, que añaden que otra de las opciones recurrentes "es buscar una habitación con dos camas o poner una supletoria" y pagarla sumando las dietas de ambos. "Porque meterse en una de matrimonio con el compañero, como que no lo veo", bromean.

A todo esto hay que incidir que el coste de la comida y el alojamiento es adelantado por los agentes y les es reembolsado en un plazo de "un mes y medio o dos meses". "Si te pilla en diciembre, hasta tres", precisan. Existe la posibilidad de que les ingresen con antelación el 80% de la cuantía, pero se reserva para "asistencias a cursos", que se pueden planificar en el tiempo. "Pero la mayoría de nuestros desplazamientos son sobrevenidos, si un tío al que investigamos coge el coche y tira para Barcelona, pues nosotros vamos detrás. Y eso no lo podemos prever".

Los agentes afirman que el problema con las dietas es crónico y que la cuantía de las mismas "no varía desde 2005 o 2006", comenta uno de ellos, que aclara que "parece que se está negociando con los sindicatos una subida". Aunque desconocen si las conversaciones llegarán a buen puerto.