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Sánchez cruza el rubicón de los ERE: defiende a Magdalena Álvarez en pleno caso Begoña
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Condenada por prevaricación

Sánchez cruza el rubicón de los ERE: defiende a Magdalena Álvarez en pleno caso Begoña

El presidente reivindicó a la política malagueña en el mitin de Benalmádena y la coloca entre las víctimas "del vil ataque de la derecha". En el PSOE andaluz hubo quien criticó un cierto abandono por parte de la cúpula a los condenados en el caso

Foto: Pedro Sánchez, en el mitin del PSOE en Benalmádena. (Europa Press / Álex Zea)
Pedro Sánchez, en el mitin del PSOE en Benalmádena. (Europa Press / Álex Zea)
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Fue Magdalena Álvarez quien, en un mitin en 2007, dijo aquello de "antes partía que doblá". Lo hizo en Málaga, cuando era ministra de Fomento y recibía críticas furibundas por parte del PP. Han pasado 17 años desde entonces, pero este miércoles en Benalmádena, Álvarez volvió a ser protagonista de un mitin, aunque de forma breve. Fue Pedro Sánchez quien aludió a ella como un ejemplo de político socialista que ha sufrido "el vil ataque de la derecha durante muchos años". "No somos ingenuos", dijo el presidente del Gobierno, que por primera vez reivindicó a uno de los exdirigentes socialistas condenados en el caso de los ERE fraudulentos. Y lo hizo con su esposa, Begoña Gómez, en primera fila del mitin y recién citada a declarar en un presunto caso de corrupción.

Sánchez no comparó el caso que ha desarbolado a toda una generación del PSOE andaluz, con 16 altos cargos condenados y algunos en prisión, con la situación de su mujer, investigada por un posible tráfico de influencias tras firmar una carta de recomendación a una empresa que optaba a fondos públicos. Pero la cita a Álvarez, que se levantó y fue ovacionada en la ciudad malagueña, fue muy llamativa. Álvarez cumple una pena de inhabilitación de 9 años por su papel como consejera de Hacienda del Gobierno andaluz en cuyo seno se diseñó el sistema que permitió el fraude de más de 860 millones de euros entre 2000 y 2010. En su misma situación está Manuel Chaves, mientras que José Antonio Griñán fue condenado a prisión al sumar el delito de malversación, aunque no ingresó en la cárcel porque sufre un cáncer de próstata de difícil tratamiento.

Cuando el Tribunal Supremo confirmó la condena de la Audiencia de Sevilla, en el verano de 2022, Sánchez defendió que Chaves y Griñán "no se llevaron ni un euro". "No hubo enriquecimiento personal ni financiación de partidos políticos, están pagando justos por pecadores", dijo el líder socialista en una rueda de prensa desde Polonia. Ese es el mensaje habitual que sale del PSOE, sobre todo de la federación andaluza. "Una cosa es meter la mano y otra meter la pata", apunta un dirigente regional. Pero desde que Susana Díaz decretó el "caiga quien caiga", reivindicar la herencia política de esa generación de socialistas andaluces es casi un tabú en la formación, aunque las voces que llaman a cambiar eso empiezan a asomar tímidamente.

Foto: José Antonio Griñán, en mayo de 2023 a su llegada a la Audiencia de Sevilla. (EFE/Raúl Caro)

Hace ahora dos años fue José Luis Rodríguez Zapatero el único que se atrevió a hacerlo. En plena campaña de las andaluzas, el expresidente sacó pecho del legado de las más de dos décadas de gobiernos de Chaves y Griñán. Entonces el leonés no se había convertido en el talismán de los socialistas en el que ha mutado en las últimas campañas gracias, precisamente, a una rehabilitación de sus años al frente de la Moncloa después de dejar la Presidencia del Gobierno por la gatera, asediado por la crisis de 2008. El gesto de Zapatero no es comparable al de Sánchez en Benalmádena, pero que el secretario general del PSOE ponga de ejemplo a Magdalena Álvarez justo en este momento es muy llamativo.

"Hay quien dice ahora que esta estrategia política es la que tendríamos que haber tenido en los ERE", apunta una fuente socialista en referencia a la agresividad con la que el partido está reaccionando a la imputación de Begoña Gómez. "Tratamos como algo técnico lo que era una cacería política", abunda esta fuente, que alude a las formas de la instrucción de la juez Mercedes Alaya. La magistrada sevillana acostumbraba a colocar sus autos en fechas relevantes para el calendario político. Tres días antes de las municipales de 2011, citó al candidato de IU al Ayuntamiento de Sevilla, Antonio Rodrigo Torrijos, que luego acabó absuelto en los cuatro procesos a los que se enfrentó tras ser impulsados por Alaya.

En la campaña de las generales de aquel año, la magistrasda señaló a Griñán en un auto como el responsable del sistema de los ERE y su imputación, como la de Chaves, se produjo el mismo día que el primer Gobierno de Susana Díaz tomaba posesión, en septiembre de 2014. Menos de un año después, en los días previos a las europeas de 2014, decretó el embargo, precisamente, de Magdalena Álvarez, que después de ser ministra fue nombrada vicepresidenta del Banco Europeo de Inversiones, un cargo que acabó dejando precisamente por su implicación en el caso de las ayudas irregulares.

placeholder Magdalena Álvarez, en el Congreso de los Diputados. (EFE)
Magdalena Álvarez, en el Congreso de los Diputados. (EFE)

La reivindicación de Álvarez, muy querida en el socialismo malagueño por el impulso que dio a las infraestructuras de la capital de la Costa del Sol, llega justo cuando Sánchez denuncia un asedio contra él, a través de su esposa. Y después de años de abandono por parte de la cúpula del PSOE de esos veteranos socialistas andaluces, una situación que algunos implicados denunciaron en privado, aunque es cierto que no se le puede achacar a Sánchez. Que lo haya hecho ahora, justo cuando se considera perjudicado por una estrategia de la derecha "pensada para hundirme", no ha levantado demasiadas suspicacias entre los socialistas andaluces. Más bien todo lo contrario. "Margarita Robles y Fernando Grande-Marlaska son jueces y han dado un paso a la política; los jueces de derechas deberían dar el paso", ironiza un dirigente andaluz del PSOE.

"Mi decisión de continuar al frente del Gobierno es más firme que nunca", dijo Sánchez en su carta, en una suerte de reivindicación premonitoria del "antes partía que doblá" de Magdalena Álvarez. La malagueña es probablemente la primera condenada por el caso de los ERE que ha acudido, tiempo después, a un mitin del PSOE. Hace 17 años, cuando espetó su célebre frase, respondía precisamente a la "campaña despiadada" que, en su opinión, había puesto en marcha el PP de Mariano Rajoy desde la oposición para criticarla. Y lo hizo recordando, como hizo Sánchez con ella en Benalmádena, las críticas que recibía Indalecio Prieto cuando era ministro de Obras Públicas durante la II República.

"Todo lo que hacía se lo criticaba la derecha para echárselo abajo, porque no quería que España prosperara; igual que ahora", dijo entonces Álvarez, según recogen las crónicas. Se atribuye a Mark Twain esa cita que dice que "la Historia no se repite, pero rima", algo parecido a lo que deben pensar en el PSOE con las fórmulas que utilizan los partidos de derecha para hacerles oposición.

Fue Magdalena Álvarez quien, en un mitin en 2007, dijo aquello de "antes partía que doblá". Lo hizo en Málaga, cuando era ministra de Fomento y recibía críticas furibundas por parte del PP. Han pasado 17 años desde entonces, pero este miércoles en Benalmádena, Álvarez volvió a ser protagonista de un mitin, aunque de forma breve. Fue Pedro Sánchez quien aludió a ella como un ejemplo de político socialista que ha sufrido "el vil ataque de la derecha durante muchos años". "No somos ingenuos", dijo el presidente del Gobierno, que por primera vez reivindicó a uno de los exdirigentes socialistas condenados en el caso de los ERE fraudulentos. Y lo hizo con su esposa, Begoña Gómez, en primera fila del mitin y recién citada a declarar en un presunto caso de corrupción.

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