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La UTE criminal de rusos y ucranianos que no deshizo la guerra y que era dirigida desde la lujosa Marbella
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50 DETENIDOS POR TRÁFICO DE COCHES DE LUJO

La UTE criminal de rusos y ucranianos que no deshizo la guerra y que era dirigida desde la lujosa Marbella

Los líderes, dos parejas rusas asentadas en Marbella y Alicante, coordinaban a decenas de 'mulas' que se apropiaban de vehículos de alta gama que habían alquilado, principalmente, en 'rent a car' de España y Francia

Foto: Un agente de la Policía Nacional y otro ucraniano inspeccionan un coche recuperado. (Europol)
Un agente de la Policía Nacional y otro ucraniano inspeccionan un coche recuperado. (Europol)

El sistema podría parecer sencillo durante su puesta en escena, pero detrás de ese momento en el que una mujer simulaba ser una turista para alquilar un coche de alta gama, había un perfecto engranaje compuesto por células criminales que actuaban de forma simbiótica y que se extendían por diversos países. Una especie de 'UTE' delictiva formada por rusos y ucranianos que dejaban a un lado la guerra entre sus dos países por un fin muy lucrativo: robar automóviles de lujo por toda Europa.

El potencial de esta red, desarticulada el pasado 21 de mayo en una operación internacional liderada por la Policía Nacional, a través del Grupo III de Crimen Organizado de Málaga, el Grupo TIV Central de Comisaría General de Policía Judicial en Madrid y el Grupo II de Crimen Organizado de Alicante, queda patente con un dato que desvela uno de los responsables del caso: "La monitorización de un vehículo robado en la capital malagueña certificó que eran capaces de trasladarlo a Polonia y maquillarlo para su venta en tan solo 48 horas".

La versatilidad de la organización era máxima. Igual subcontrataban a otras bandas para que robasen exclusivos turismos en la zona de Marbella, que se apropiaban de ellos en rent a car gracias a una red de mulas que los conducía fuera del país o que contaba con mecánicos especializados, tanto en la provincia malagueña, como en países del este de Europa, para desactivar los dispositivos GPS ocultos y modificar las piezas numeradas.

Y lo cierto es que les iba muy bien, porque tenían en nómina a más de medio centenar de personas en distintos países. "Podían obtener entre 30.000 y 40.000 euros por un coche que nuevo costaría 120.000", comenta el experto, que —sin embargo— matiza que el caudal de beneficio podía ser mayor con "la venta por piezas de los vehículos".

Foto: Imagen de uno de los investigados, con un coche robado, antes de su detención en 2020 en la operación Grecia. (EC)

Los distintos cuerpos de seguridad que participaron en el caso han cifrado en —al menos— cuatro millones de euros el botín obtenido por este grupo criminal desde que iniciaron las pesquisas en noviembre de 2022. En esa fecha se recibieron denuncias de varias empresas malagueñas dedicadas al alquiler y leasing de automóviles de lujo que informaban de la sustracción de varios de ellos.

El análisis de esas denuncias, seguidas de las primeras diligencias policiales, reveló un patrón en todas las sustracciones que hizo pensar que detrás había un entramado que había hecho de la Costa del Sol su coto de caza. Esa hipótesis se tornó en certeza cuando los agentes de la Udyco llegaron hasta unos sospechosos de nacionalidad rusa y comenzaron a desentrañar conexiones que trascendían las fronteras. Entonces fueron conscientes de que estaban ante "una gran organización internacional" que tenía en su punto de mira coches de lujo de España, Francia, Bélgica, Alemania, Suiza, Italia, Portugal, Austria, Polonia o Lituania.

Dos parejas rusas

Los investigadores españoles, junto con policías galos, ucranianos y polacos, y la coordinación de Europol, han ido recopilando pruebas e indicios desde entonces para sustanciar una acusación sólida por delitos como sustracción de vehículos, organización criminal, falsedad documental y blanqueo de capitales.

Estos cargos han posibilitado el encarcelamiento de los cabecillas de la organización: dos parejas residentes en Marbella y Alicante y que supuestamente dirigían al medio centenar de delincuentes que formaba una orquesta criminal perfectamente afinada para edificar un mercado ilícito de vehículos de alta gama que trascendía continentes.

En el primer municipio estaba asentado el ruso M.C., un tipo con una Orden de Europea de Detención y Entrega (OEDE) emitida por su país, pero cesada en estos momentos, por supuesto tráfico de coches de lujo. Desde su exclusiva vivienda en un complejo residencial marbellí se encargaba de la organización del aparato logístico necesario para dar salida a los vehículos sustraídos en Europa. Según la Policía Nacional, "entre otras funciones, se encargaba de facilitar el transporte de los coches utilizando documentación y matrículas falsas de diversos países". Esto lo conseguía "a través de un conglomerado empresarial legal de alquiler de vehículos, con sede en Alemania y sucursales en Marbella, que servía de tapadera".

"Podían obtener entre 30.000 y 40.000 euros por un coche que nuevo costaría 120.000", aunque sacan más dinero vendiéndolos por piezas

Este individuo, que utilizaba la identidad falsa M.G., y que disfrutaba de una vida de lujo en la localidad malagueña, también era el encargado de la reserva de los contenedores para el envío marítimo de los automóviles a terceros países. Hay que tener en cuenta que, aunque la Unión Europea (UE) era un mercado prioritario, la red exportaba a países de Asia o los Emiratos Árabes Unidos porque son "un gran mercado", precisó Europol.

En el municipio alicantino de La Nucía residía su compatriota A.K., al que los investigadores responsabilizan de todo lo relacionado con la parte económica de la organización. El hombre se encargaba de los "flujos financieros" entre las distintas ramas de la organización y de blanquear los beneficios obtenidos con un complejo entramado de cuentas bancarias localizadas en países europeos como en terceros. Otra de sus funciones era la financiación del transporte de los contenedores.

Tras los principales cabecillas de la red se situaban las personas encargadas de localizar las empresas de alquiler de vehículos y seleccionar los objetivos a sustraer. Eran tipos de nacionalidad rusa y ucraniana establecidos en Alemania, Polonia y Francia y que recogían a las mulas en los aeropuertos, controlaban sus movimientos y las acompañaban en el momento en el que se producía la sustracción. En el país galo, por ejemplo, destacaba la figura del ucraniano S.D., también detenido.

'Mulas' ucranianas

La rama de la organización que operaba en Ucrania estaba centrada en la búsqueda de "perfiles muy específicos" de personas que pudiesen simular ser turistas y alquilar los coches de lujo. Los captadores aprovechaban la situación bélica de este país para seducir a ciudadanos en situación de necesidad y con bajos recursos económicos que accedían a participar en esta maquinaria delictiva a cambio de una contraprestación.

Estas mulas ocupaban el último lugar del organigrama. Hombres de edad avanzada y, prioritariamente, mujeres. ¿Por qué? Pues porque entendía que superaban con mayor facilidad los controles fronterizos y no padecen las limitaciones para entrar y salir de Ucrania acordadas por la guerra con Rusia.

"Aunque pueda parecer que estas personas actuaban libremente, en sus caras se percibía el miedo de estar participando en la comisión de un delito para un grupo criminal", señaló un agente que siguió sus pasos durante la investigación, y que recuerda que estaban permanentemente acompañadas por los controladores.

Una misma mula era capaz de alquilar cinco o seis vehículos por viaje en distintos países europeos y las citadas fuentes explicaron que, en alguna ocasión, se dio la circunstancia de que "llamaron al rent a car, con el coche ya en el extranjero, para prolongar unos días el contrato de alquiler" y así tener más margen para darle salida antes de que se denunciase su sustracción.

Los agentes que han trabajado en esta investigación destacan que era organización perfectamente engrasada y hacen hincapié en la necesaria simbiosis entre los distintos subgrupos: "El éxito no se alcanzaba el uno sin el otro".

Foto: Algunos de los coches y piezas recuperadas en la operación. (EC)

La totalidad de los automóviles de lujo sustraídos se destinaban a nutrir este concesionario ilegal, ya que "no se ha constatado" que vendieran parte de su catálogo al narco. Sobre todo, porque no solían hacerse con todoterrenos, que son los vehículos que necesitan las redes de traficantes para entrar en las playas y transportar los alijos.

En la fase de explotación fueron arrestadas 50 personas en distintos países y de diversas nacionalidades —rusa, ucraniana, armenia, lituana, y francesa— a las que se vinculan con la apropiación indebida de, al menos, medio centenar de vehículos de lujo en diez países.

Los agentes realizaron 70 registros en España, Alemania, Francia, Polonia y Ucrania y se han intervenido 13 coches —11 de ellos sustraídos—, documentación falsa, más de 150.000 euros en efectivo y armas de fuego, entre las que destacan un fusil de asalto y tres granadas de guerra.

La investigación continúa en torno a las organizaciones que tenían vínculos con esta red continental.

El sistema podría parecer sencillo durante su puesta en escena, pero detrás de ese momento en el que una mujer simulaba ser una turista para alquilar un coche de alta gama, había un perfecto engranaje compuesto por células criminales que actuaban de forma simbiótica y que se extendían por diversos países. Una especie de 'UTE' delictiva formada por rusos y ucranianos que dejaban a un lado la guerra entre sus dos países por un fin muy lucrativo: robar automóviles de lujo por toda Europa.

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