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Del fervor al desencanto: viaje al pueblo fetiche socialista donde Sánchez inició su resurrección
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CONSTANTE PÉRDIDA DE VOTOS DESDE 2019

Del fervor al desencanto: viaje al pueblo fetiche socialista donde Sánchez inició su resurrección

El líder de los socialistas reunió a 1.200 simpatizantes en Cártama (Málaga) y reventó las primarias de 2017. Ahora, las urnas le dan la espalda. Este municipio refleja la desafección con el presidente de parte de los electores socialistas

Foto: Pedro Sánchez, hace siete años, en un mitin en Cártama. (EFE/Carlos Díaz)
Pedro Sánchez, hace siete años, en un mitin en Cártama. (EFE/Carlos Díaz)

La previsión para ese 11 de junio de 2022 marcaba una temperatura máxima de 30 grados, por eso, el público que llenaba el Auditorio Parque Santo Cristo de Cártama (Málaga) optó por el sombrero para protegerse de los rayos de sol que se colaban entre los toldos. Pedro Sánchez, como suele ocurrir en campaña, fue el último en intervenir. Vestía look informal: pantalón vaquero y camisa color azul que difuminaba los roeles de sudor en las axilas. Y detrás, un muro de jóvenes que armónicamente se abanicaban para sobrellevar el calor.

El presidente del Gobierno se acomodó el micro y se dirigió al alcalde del municipio: "Querido Jorge —Gallardo—, recuerdo el acto que celebramos en 2017 durante el proceso de primarias y siempre me ha traído buen rollo Cártama". Se escucharon unas leves risas y aplausos de unos asistentes entre los que se encontraban Santos Cerdán, Diana Morant, María Jesús Montero o Alfonso Rodríguez Gómez de Celis.

Sánchez se refería al acto con la militancia del 17 de mayo de 2017. Pocos días antes de que derrotase al aparato del partido y retornase a la secretaría general del PSOE para ajustar cuentas con los que propiciaron su expulsión. Un encuentro que, bajo el lema "Aquí está la izquierda", congregó a unas 1.200 personas. Una exhibición de fuerza entre las bases que hizo temblar la candidatura de Susana Díaz y que unió su destino político al de esta localidad de la comarca del Guadalhorce.

Días atrás se cumplieron dos años de la última visita del líder socialista a Cártama. Un periodo en el que parece haberse producido una mutación electoral que ha convertido al que fuera un municipio sanchista en una nueva plaza del PP. El pasado 9-J, jornada de comicios europeos, los populares se hacían con la victoria en un lugar con una gran carga simbólica para el presidente. Testigo de su resistencia y de su renacer. ¿Qué ha pasado?

Foto: El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez. (EFE/Álvaro Cabrera) Opinión
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Faltan pocos minutos para las 9.00 y los escolares que aceleran el paso para no llegar tarde a clase ponen banda sonora a la mañana con sus trollies. En la calle Pedro García, a cuya entrada se encuentra la sede del PSOE de Cártama, María se esmera en limpiar con un trapo las rejas de su casa. El sol comienza a despuntar y los vecinos se saludan al cruzarse. "Esto es un pueblo y aquí nos conocemos todos", comenta tras devolver los buenos días a dos mujeres que caminan por la acera de enfrente.

Ella es una de las desencantadas con los socialistas, aunque confiesa que ha votado "a Jorge —Gallardo—" en comicios pasados. "Me dan lo mismo los colores, pero el PSOE, ahora, no tiene mi voto", responde con rotundidad a El Confidencial, antes de explicar que su cambio de posicionamiento político es consecuencia de decisiones locales y nacionales de los socialistas.

Foto: El líder del PP, Alberto Núñez Feijóo, durante el seguimiento de la noche electoral en Génova (EFE / Juanjo Martín)

La vecina, mientras improvisa con su mano una visera, reprocha al alcalde que favorezca a las zonas de la localidad en las que se concentran sus bolsas de votantes, mientras que la lista de agravios que imputa a Pedro Sánchez es mucho mayor. "¿Cómo se puede pactar con quienes han matado a bocajarro y con un tiro en la nuca a criaturas inocentes para que nos gobiernen?", se pregunta sobre los acuerdos del Ejecutivo con Bildu.

María no se detiene ahí. "A mí me gusta informarme para tratar de hablar con criterio", advierte, para recalcar que la "hipocresía" del presidente, y sus "cambios de opinión", le han hecho desconfiar de las siglas del PSOE: "No se puede decir hoy blanco; mañana, negro, y pasado, gris. Y todo porque me interese a mí y porque lo digo yo".

placeholder El municipio de Cártama (Málaga), al que Sánchez se siente muy vinculado. (P.D.A.)
El municipio de Cártama (Málaga), al que Sánchez se siente muy vinculado. (P.D.A.)

Fernando sale de la panadería que hay en la misma calle con cierta prisa, pero amablemente se detiene a dar su opinión. Como la otra vecina, explica que acudió el domingo a votar, pero en su caso siguió apostando por la papeleta socialista. "Hasta ahora lo he hecho" y, según su exposición, se intuye que no variará en próximos comicios.

Reconoce que cuestiones como la ley de Amnistía y los escándalos que gravitan sobre el entorno familiar de Pedro Sánchez han podido influir en la paulatina pérdida de apoyos de su partido, aunque a él no le han influido a la hora de votar. Su planteamiento es, sobre todo, ideológico: "Prefiero la izquierda porque apoya a los trabajadores frente a los empresarios" y piensa que los partidos conservadores no defenderán sus derechos.

Abstención y cambio sociológico

Esta militancia devota engarza con una teoría defendida minutos antes por María: "Muchos votan como el que se levanta y desayuna. Tienen pánico a cambiar de partido". Disiente de esta hipótesis el teniente de alcalde del municipio, el socialista Miguel Espinosa. Preguntado por una explicación a por qué su partido perdió el 9-J por casi seis puntos de diferencia con el PP, señala dos motivos principales: la escasa participación y el cambio sociológico que está experimentando la localidad. "La abstención influye mucho en el electorado progresista de izquierda", afirma sobre la primera cuestión, para desarrollar más ampliamente la segunda: "Cártama es una ciudad dormitorio donde ha crecido mucho la población por la llegada de nuevos ciudadanos que están en una franja de edad de 35 a 50 años. Y creo que estos vecinos, jóvenes o de mediana edad, son votantes más volubles. Si sus padres tenían muy claro a cuál opción política votar, ellos cambian más. No tienen un voto fijo y lo varían según las elecciones".

"No voté porque estoy harto", explica un vecino a lo que otro añade: "lo que pasa en el pueblo es lo que nos interesa"

Lo cierto es que los resultados de las últimas campañas electorales muestran que la conexión de Sánchez con Cártama se debilita. Y ha quedado constatado en los comicios que presentó como un plebiscito. Desde que en las generales y europeas de 2019 el PSOE arrasase en el municipio —con casi 16 y 30 puntos de ventaja sobre los populares, respectivamente—, cada vez que los socialistas han regresado a las urnas con la figura del presidente como principal aval, han sufrido una sangría de apoyos. En las generales de 2023 fueron la segunda fuerza más votada, con casi cuatro puntos menos que el PP, que logró el 33,97 % de los votos y subió 18 puntos con respecto a 2019. La situación se ha agravado en las pasadas europeas, donde la diferencia entre ambas formaciones ha superado los seis puntos —el 35 % frente al 28,93 %—. Y se replicó en las autonómicas de hace dos años con los populares duplicando en sufragios a los socialistas.

Los datos muestran que esta pérdida de feeling de los cartameños con el PSOE se personifica en Pedro Sánchez, pues la confianza en Jorge Gallardo sigue siendo mayoritaria. La repetición en mayo de 2023 de la mayoría absoluta que ostentaba el regidor, a pesar de que se dejara tres concejales con respecto a los 14 alcanzados en 2019, pone de relieve un reconocimiento a la gestión realizada.

Espinosa no cree que la aversión que parece crecer en la localidad hacia el líder de su partido se extienda a la esfera local y comprometa las opciones del PSOE en las próximas municipales. "Sabemos que hay gente que en unas elecciones generales coge la papeleta del PP o Vox, pero que a la hora de elegir alcalde, se decanta por Jorge Gallardo", apunta el edil, que añade que "un porcentaje muy importante de los electores vota el trabajo al frente del Ayuntamiento".

Foto: Susana Díaz saluda a Pedro Sánchez el día que el presidente se hizo con el control total del partido. (EFE/Jorge Zapata)

En unos comicios locales "hay mucho voto transversal" y eso se demuestra, según explica, con los datos de las elecciones de 2019: "La extrapolación a las municipales de los resultados que obtuvimos en las generales de ese año se hubiesen traducido en siete concejales, pero al final nos disparamos a 14 —con el 45,98 % de los votos—".

Esta presunción, bastante extendida en la política local, de que en los municipios se votan a las personas por encima de las siglas, se hace carne en dos grupos de vecinos que desayunan en un bar. Tres mujeres y tres hombres, de distintas edades y circunstancias personales. Vero, Paqui y Gema, por un lado; y Salva, Pablo y Santi, por otro. Cinco de los seis señalaron que no votaron en las elecciones europeas. Solo Pablo acudió a su colegio electoral y "porque si no lo hacía, mi mujer me echaba a la calle", bromea.

placeholder Sede del PSOE de Cártama. (P.D.A.)
Sede del PSOE de Cártama. (P.D.A.)

La respuesta de la mayoría denota cierto hastío. "No me va la política", comentan casi simultáneamente las tres mujeres, mientras que a unas pocas mesas, Salva se autodefine como "antipolítico" para dar a entender que rehúye los "jaleos" de los partidos. "No voté porque estoy harto", explica uno de sus compañeros, a lo que otro añade que "lo que pasa en el pueblo es lo que nos interesa". Una forma de remarcar esa indiferencia de la que ni siquiera a Sánchez escapa en el municipio que le daba "buen rollo".

"No hace mucho vino el Patxi —López—. ¿Qué pinta ese aquí? ¿Qué va a hacer por la gente de Cártama?", se pregunta María antes de continuar quitando la suciedad a las rejas de las ventanas.

La previsión para ese 11 de junio de 2022 marcaba una temperatura máxima de 30 grados, por eso, el público que llenaba el Auditorio Parque Santo Cristo de Cártama (Málaga) optó por el sombrero para protegerse de los rayos de sol que se colaban entre los toldos. Pedro Sánchez, como suele ocurrir en campaña, fue el último en intervenir. Vestía look informal: pantalón vaquero y camisa color azul que difuminaba los roeles de sudor en las axilas. Y detrás, un muro de jóvenes que armónicamente se abanicaban para sobrellevar el calor.

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