Moreno quiere hacer del PP andaluz el "partido de la tierra" y tiene un plan para conseguirlo

A solo cuatro días de las elecciones europeas, Juanma Moreno convirtió la inauguración de la sede del PP en Dos Hermanas en un acto de campaña. Y un acto muy simbólico. Cuando Moreno desveló la placa conmemorativa de metacrilato, cruzó un Rubicón. Desde aquella noche, los populares tienen por primera vez una sede en la localidad sevillana en un local en propiedad y en pleno centro de uno de los bastiones históricos de los socialistas. El gesto parece pequeño, pero es un paso más en una estrategia mayor que tiene por objetivo convertir al PP andaluz en el "partido de la tierra" de la comunidad más poblada del país. Es decir, lo que una vez, hace no tanto tiempo, fue el PSOE.

"En Dos Hermanas nos quedamos a cuatro puntos y en Alcalá de Guadaíra a uno y medio", expresan desde San Telmo, aunque es cierto que en las andaluzas de 2022, los populares se impusieron en esas dos localidades, donde nunca han tenido posibilidades de gobierno en casi medio siglo de democracia. El camino para lograrlo es, según creen en la cúpula del PP andaluz, echar raíces. El espejo en el que se miran es precisamente el del PSOE, que presume de contar con una casa del pueblo en cada uno de los 785 municipios de la región. Y es lo que quieren hacer los de Juanma Moreno, que en las municipales de mayo de 2023 presentaron lista por primera vez en todos los municipios de la comunidad.

La estrategia en Dos Hermanas se viene repitiendo en los últimos dos años y tendrá continuidad. En muchos pueblos y ciudades medias el PP no tenía una sede en propiedad y la intención es que esta situación se acabe. "Mañana empezamos el camino hacia las andaluzas de 2026", admitía un dirigente popular con la resaca de las europeas todavía en la cabeza. Faltan dos años todavía, la maquinaria de San Fernando no ha parado, sobre todo porque el PP es muy distinto en cada provincia andaluza. En Málaga tiene una estructura casi profesionalizada, mientras que en Almería, el otro bastión popular, los engranajes se engrasan cuando se acercan las elecciones y funcionan como un reloj. Jaén y Sevilla son los puntos débiles para Moreno después de un conflicto orgánico muy importante en la primera y la histórica fragilidad de los populares en la segunda.

Moreno le ha encargado la tarea de esa consolidación a su secretario general, Antonio Repullo, que aplica técnicas casi empresariales al impulso del partido y maneja gran cantidad de datos. El objetivo último de este trabajo es permitir al barón repetir victoria en los próximos comicios. Los populares aseguran en público que el cambio sociológico en Andalucía es un hecho, pero en privado admiten que les queda trabajo para conseguirlo. "Vengo a pedir el voto prestado a los socialistas que ya me lo dieron en las autonómicas", dijo el presidente de la Junta en la inauguración de la sede de Dos Hermanas en una muestra de esta cautela, esa apuesta por no pisar callos que puedan molestar a un electorado que eligió tener al PSOE en el Gobierno andaluz durante 37 años.

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Lograr este objetivo desde San Telmo es más sencillo, sobre todo en el momento con mayor poder institucional del PP andaluz en su historia, con 6 diputaciones y las 8 capitales bajo su control. La remodelación de su Gobierno, prevista para el mes de julio, es otra pieza del puzle, aunque todavía está por ver el calado de la reforma. La salida de Carmen Crespo a Bruselas como número dos de la lista del PP ha provocado que Ramón Fernández-Pacheco sume las competencias de Agricultura a las de Sostenibilidad que ya tenía. La duda es si habrá cambios de caras o entrará un nuevo miembro en el gabinete, pero en San Telmo han bajado las expectativas en los últimos días y solo hablan de "reestructuración de competencias".

El mensaje que Juanma Moreno quiere mandar con esta incertidumbre es, sobre todo, interno. Su intención es que los miembros de su Ejecutivo mantengan la tensión, no bajen la guardia, por eso ha pedido "informes" a los consejeros para ver qué se puede cambiar en esta remodelación, que ejecutará justo cuando cumple dos años de su segunda legislatura. En la primera hizo lo mismo, un cambio de competencias entre departamentos para corregir los desajustes propios de un Gobierno de coalición. Ahora el gabinete es monocolor, pero al malagueño le gusta jugar a la intriga. Quienes lo conocen aseguran que pide mucha opinión, pero que después no da la contraparte. "Te llama, te pregunta, le cuentas, pero luego no te dice nada", expresa alguien que conoce bien al presidente.

Antes de la reforma llegará el debate general que el Parlamento alberga cada seis meses. Es una suerte de debate del estado de la comunidad, aunque en realidad se trata de una comparecencia del presidente antes de dar la palabra a los grupos. En esta ocasión se celebrará el 26 de junio, solo un par de semanas después de la cuarta victoria consecutiva de Juanma Moreno en unos comicios -andaluzas, municipales, generales y europeas- y que servirá para tomar el pulso a la comunidad, que tiene dos años sin elecciones por delante. El barón popular llega con resultados impecables en las encuestas y con la oposición en una crisis existencial constante, es decir, con el terreno abonado para ese intento de convertir a su partido en "el partido de la tierra". Para que cuando Moreno deje San Telmo, el castillo de naipes no se caiga detrás.