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El brote homicida de los narcos ingleses a los que vendieron comida de perro por hachís
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HAY AL MENOS NUEVE DETENIDOS

El brote homicida de los narcos ingleses a los que vendieron comida de perro por hachís

Un conocido delincuente local, vinculado a un clan de 'narcookupas', fue tiroteado junto a otros miembros de su banda tras timar, presuntamente, a unos traficantes

Foto: Imagen del pienso de perro manipulado para hacerlo pasar por hachís. (EC)
Imagen del pienso de perro manipulado para hacerlo pasar por hachís. (EC)

El Zule se levantaba la camiseta y comentaba al mismo tiempo que grababa un video para las redes sociales: "No lo han conseguido con un —calibre— 9 milímetros, van a necesitar un 50". Fanfarroneaba el hermano del Buhe, el conocido narcookupa que se hizo con varios edificios de viviendas públicas en la capital malagueña, mientras enseñaba su cuerpo agujereado por las balas a la salida del hospital.

Era un aviso a navegantes con cierto aire de autoprotección. Una bravuconada frente a sus enemigos con la que reafirmar su posición dentro del hampa. Pero quienes conocen los entresijos de lo que sucedió saben que esa pose de gánster de TikTok era fingida. Porque en el fondo tenía miedo. Mucho miedo. Y no era para menos. Fue de listo y se vio atrapado en mitad de un vertiginoso, loco y violento brote homicida de tres supuestos traficantes ingleses. Un ajuste de cuentas aún por ejecutar. Una venganza todavía por saldar.

El día que dibujaron una diana en la cabeza del Zule fue el 15 de abril del pasado año. Serían las 18:45 cuando la sala del 091 de la Policía Nacional recibía una llamada que alertaba de un tiroteo en una finca del barrio de Churriana de Málaga.

Las patrullas se desplazaron con celeridad al lugar, un terreno que lindaba con el perímetro de seguridad del aeropuerto de Málaga-Costa del Sol, en el que instantes antes silbaron las balas. Es lo que revelaba el escenario que se encontraron. Vainas de proyectiles, un coche salido de la carretera de mala manera, un par de armas y todo revuelto. Fue el punto de partida de la operación Vikingos. El desenlace de una investigación de la Sección de Crimen Organizado de la Unidad de Drogas y Crimen Organizado (Udyco) Costa del Sol que tuvo como origen un timo entre narcos.

Foto: Instante en el que la víctima está siendo tiroteada en la terraza del restaurante. (EC)

La escena, a primera vista, dejaba clara la gravedad. Esos charcos de sangre no eran producto de un par de puñetazos. Y las noticias que llegarían poco después del hospital Clínico Universitario confirmarían esta sospecha.

La inspección ocular remarcó dos evidencias: primero, la agresión no fue planificada y se produjo durante un arrebato; y segundo, sus autores tenían claro que querían acabar con la vida del Zule y su grupo multinacional formado por españoles, subsaharianos y sudamericanos.

¿Cómo llegaron los investigadores a esta conclusión? Pues por las evidencias que hallaron. Porque, además de las vainas que confirmaban los disparos, hallaron el parachoques de un vehículo y marcas de rodadas que confirmaban que los autores del ataque no solo trataron de matar a tiros a sus objetivos, también intentaron acabar con ellos arrollándolos con sus coches.

Reconstrucción

Es la hipótesis de los especialistas en crimen organizado, porque la premisa entre los trece investigados fue la de guardar silencio. Esta es la reconstrucción de los hechos en base a los testimonios recabados por El Confidencial de fuentes cercanas al caso. Los supuestos autores —tres ingleses; dos de ellos, hermanos— entraron en la casa de campo armados con pistolas. Su primera víctima fue un subsahariano de complexión fuerte que puede contarlo de milagro. "Recibió dos disparos en el pecho y otro en una mejilla cuando estaba tirado en el suelo. Aun con esas heridas, fue a por uno de los ingleses y en ese momento lo atropellaron". El segundo que recibió plomo fue el Zule. Al menos, un impacto en la barriga. "Pensamos que durante el forcejeo con el tirador apretó el gatillo y le alcanzaron en el abdomen".

Cuando cerraron el trato, les dieron el cambiazo: en vez de la resina de cannabis, colaron el pienso para perro triturado, prensado y empaquetado

Lo que pasó después fue lo más parecido a una versión narcocani de Fast & Furious. Aceleradores pisando a fondos, derrapes y atropellos de los que trataban de escapar. Una decena de tipos que tan solo unos minutos antes se creían los más listos del mundo. No todos lo consiguieron: uno de los sobrinos del cabecilla de la banda fue uno de los arrollados por los turismos y engrosó la lista de bajas provocada por la refriega.

La clave de este intento de homicidio múltiple la dieron varios ladrillos decorados con la imagen de una hoja de marihuana que contenía lo que "a simple vista parecía" hachís. Las fuentes consultadas remarcan ese "parecía" porque los análisis pusieron de relieve un dato sorprendente: esa sustancia realmente era pienso para perros triturado y prensado.

La conclusión de los agentes es que "los ingleses —residentes en el municipio de Mijas— iban a comprar una partida de hachís" para supuestamente exportarla a Reino Unido. Los proveedores —presuntamente— iban a ser el Zule y su gente, con los que concertaron una cita en la finca de Churriana para cerrar un acuerdo que se había negociado en conversaciones previas.

Los vendedores dieron una muestra de su producto que satisfizo a los tres británicos, pero cuando cerraron el trato sobre la cantidad de droga y su precio, les dieron el cambiazo; y en vez de la resina de cannabis, les colaron el pienso para perro triturado, prensado y empaquetado.

Foto: Imagen de una vaina hallada en el domicilio en el que se produjo el crimen. (Policía Nacional)

"Todo apunta a que una vez abandonaron la zona, les pudo la curiosidad o la sospecha y pararon para echar un nuevo vistazo a la mercancía". Ahí se dieron cuenta de que habían sido timados: "Regresaron a la casa y se liaron a tiros".

Una vez perpetraron el ataque, y sabedores de que los agentes estaban tras su pista —entre otras cosas, porque abandonaron un coche alquilado que conduciría hasta ellos—, decidieron abandonar inmediatamente el país y "al día siguiente estaban en Inglaterra".

Cuando los tres fueron identificados plenamente, se emitió una Orden Europea de Detención y Entrega (OEDE), que acabó dando sus frutos poco después con la captura en territorio inglés de uno de los sospechosos. Los otros dos, los que son hermanos, continúan fugados y mantienen abierto un caso que ha estado secreto hasta hace pocas fechas y que gravita sobre delitos de tentativa de asesinato, tráfico de drogas, organización criminal y tenencia de armas.

Pero el saldo de detenidos es mucho mayor. Los responsables de la investigación también detuvieron al Zule y a siete miembros de su organización. Todos acusados de narcotráfico.

El Zule se levantaba la camiseta y comentaba al mismo tiempo que grababa un video para las redes sociales: "No lo han conseguido con un —calibre— 9 milímetros, van a necesitar un 50". Fanfarroneaba el hermano del Buhe, el conocido narcookupa que se hizo con varios edificios de viviendas públicas en la capital malagueña, mientras enseñaba su cuerpo agujereado por las balas a la salida del hospital.

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