El CIS andaluz blinda la mayoría absoluta de Juanma Moreno a mitad de mandato: solo cae 1,5 puntos en dos años

Sin cambios en el statu quo político de Andalucía dos años después de la histórica victoria de Juanma Moreno. El barómetro de la fundación Centro de Estudios Andaluces (Centra) mantiene la mayoría absoluta para el PP en el caso de que mañana se celebrasen elecciones en Andalucía. La encuesta trimestral elaborada por el organismo dependiente de la Consejería de Presidencia de la Junta proyecta un Parlamento de Andalucía casi idéntico al que salió de las elecciones de junio de 2022, con los populares con una horquilla de entre 57 y 59 escaños frente a los 58 que tienen ahora y siempre por encima de los 56 que necesitan para tener el control en solitario del Parlamento de Andalucía.

En los dos años que han pasado desde los comicios, se trata del segundo peor barómetro del Centra para Juanma Moreno en esta legislatura, ya que en la edición de septiembre de 2023 la encuesta concedió un 41,4% de los votos frente al 41,6% del sondeo realizado entre los días 18 de junio y 2 de julio a partir de 3.600 entrevistas. En cualquier caso, se trata de una pérdida de 1,5 puntos respecto a las elecciones de junio de 2022. La diferencia con el segundo partido, el PSOE de Juan Espadas pasaría de 19 puntos porcentuales a 18,1%, lo que da cuenta de la dificultad que tiene la oposición para erosionar al político malagueño. Y los socialistas, en particular, para recortar distancias con los populares.

En la comparación con el sondeo de marzo sí se detectan cambios relevantes, ya que los populares venían de un dato muy favorable y se dejan 4,5 puntos en sólo un trimestre, mientras que los socialistas recuperan cierto vigor y ganarían 2,3 puntos en el mismo periodo. El dato del PSOE (23,5%) es algo inferior al de junio de 2022 (24,1%), pero podrían conseguir entre 30 y 31 escaños en el Parlamento de Andalucía. Las entrevistas que sustentan el sondeo comenzaron a realizarse justo cuando el Tribunal Constitucional concedió amparo a Magdalena Álvarez por su condena en el caso de los ERE y tras la cascada de revisiones que ha cambiado el relato jurídico de la pieza política del caso. También han coincidido con la campaña de los socialistas para reivindicar el legado de la generación de exdirigentes condenados, con Manuel Chaves y José Antonio Griñán a la cabeza.

La tercera fuerza seguiría siendo Vox, que se dejaría también 1,5 puntos desde junio del 22 para quedarse en el 12% de los votos y entre 12 y 13 escaños, lo que demuestra el suelo sólido que han logrado los de Santiago Abascal desde que irrumpieron en la política española en unas elecciones andaluzas en diciembre de 2018. Por Andalucía, la coalición entre Podemos, IU y Más País, mejoraría sus resultados en 2,5 puntos hasta llegar al 10,2% de los apoyos, lo que haría posible alcanzar los 7 u 8 escaños. Esta mejora sería a costa de la otra fuerza de izquierdas de la Cámara regional, Adelante Andalucía, que se deja 0,7 puntos pero podría incluso quedarse fuera de la Cámara frente a los 2 escaños que tiene ahora

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En el peor de los casos el bloque del centro derecha podría perder 3 escaños y quedarse en los 69 frente a los 72 que tiene ahora y que lograría en la horquilla alta de la encuesta. Esto quiere decir que si Moreno cae por debajo de la absoluta pasaría a estar en situaciones similares a las que viven sus compañeros de partido que dependen de Vox para gobernar. El barón malagueño ya tiene experiencia en gestionar este tipo de alianzas, ya que en su primera legislatura tuvo a los de Santiago Abascal como socios parlamentarios. Entonces hubo varios amagos de ruptura que sólo se produjeron cuando se acercaba la fecha electoral, aunque las relaciones de los populares con Vox en Andalucía siempre han estado bien engrasadas, una tarea en la que se afanaron Elías Bendodo y Juan Bravo, hoy en Madrid.

La encuesta se publica en los momentos previos a una "reestructuración" del Gobierno de Juanma Moreno que se producirá antes del final de julio, aunque todavía no está claro el alcance. La salida de Carmen Crespo, exconsejera de Agricultura, para ir en las listas del PP en las europeas, propició el cambio, pero los mensajes que salen de San Telmo no están claros. Parece seguro que habrá movimientos de competencias entre los distintos departamentos, una estrategia que Moreno ya empleó en la pasada legislatura. Las dudas están en si volverá a separar Agricultura de Medio Ambiente para aligerar la carga del actual consejero, Ramón Fernández-Pacheco, que también es portavoz.

La salida de Catalina García, consejera de Salud, ha desaparecido de las quinielas porque su cese se leería como una derrota política y una concesión a la oposición. Además, Moreno perdería el escudo en el asunto más crítico de su gestión, la política sanitaria, en plena batalla por recortar las listas de espera con un plan polémico que apuesta por las derivaciones a la privada. El otro nombre más repetido respecto a posibles cambios es el de Arturo Bernal, titular de Cultura, Turismo y Deporte, que ha protagonizado varios encontronazos mientras arrecia la tormenta por el exceso de viviendas turísticas en las ciudades más importantes de la comunidad.