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El fin de la #papagorda: Sevilla se adelanta y pone coto a difundir vídeos de borrachos en la Feria
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El fenómeno nació en 2019

El fin de la #papagorda: Sevilla se adelanta y pone coto a difundir vídeos de borrachos en la Feria

El Consejo Audiovisual de Andalucía advierte de posibles multas por publicar imágenes de personas en estado de embriaguez y difundidos en redes. La Agencia de Protección de Datos sancionó con 10.000 un caso similar

Foto: Dos casetas de la Feria de Sevilla abarrotadas el pasado abril. (Europa Press / Rocío Ruz)
Dos casetas de la Feria de Sevilla abarrotadas el pasado abril. (Europa Press / Rocío Ruz)

Martes de Feria de Abril. Mediodía. En una habitación con las persianas casi cerradas, un sevillano se despierta con la boca pastosa. El día anterior cerró una caseta en la calle Curro Romero cerca de las 4 de la madrugada, caminó hasta el autobús con unos amigos, se tomó un café y media tostada con jamón en el bar que hay bajo su casa y se fue a dormir. Abre los ojos con cierta dificultad y nota un leve dolor de cabeza. Saca el brazo de la cama y acierta a coger el móvil, que está cargando en la mesilla. Mira los tres o cuatro grupos de Whatsapp donde hay fotos del día anterior y de repente se le quita la resaca de golpe. Abre un enlace de X y aparece un tipo bailando muy efusivamente en la puerta de una caseta en la que no recuerda haber estado. Es él, indudablemente. Ha sufrido uno de los grandes temores de los sevillanos en los últimos años: aparecer en el hashtag #papagorda, la etiqueta con la que se publican los vídeos y fotos de las borracheras más llamativas de la Feria de Sevilla.

La historia es imaginaria, pero es perfectamente plausible desde que en 2019 comenzó a utilizarse el hashtag. El catálogo es muy variado y va desde una joven vestida de flamenca dentro de un carrito de la compra a un feriante, con su traje de chaqueta y su corbata, dormido de pie apoyado sobre una farola. Pero esta práctica podría acabar después de que el Consejo Audiovisual de Andalucía haya advertido que la grabación y publicación de imágenes o vídeos de personas ebrias en fiestas populares como la Feria de Abril podría tener "consecuencias legales" para quien tome las imágenes o las difunda en redes sociales.

El organismo andaluz ha recordado que, por un caso análogo, la Agencia Española de Protección de Datos (AEPD) impuso una sanción de 10.000 euros por la difusión sin permiso de un vídeo grabado sin consentimiento de una persona en estado de embriaguez. El informe del Consejo Audiovisual de Andalucía se publica después de analizar el impacto de la etiqueta #papagorda24 después de la Feria de Abril de la pasada primavera, pero recuerda que el verano es una época propicia para las fiestas populares y las recomendaciones que derivan de la fiesta sevillana también son de aplicación ahora. Haciendo un paralelismo, podría incluso ocurrir lo mismo en otras celebraciones, como las relacionadas con el deporte después de la Eurocopa, o en macroconciertos como los que ha celebrado Karol G en el Santiago Bernabéu, donde precisamente una confusión por un vídeo desembocó en un suceso con un muerto.

Con la excepción de los años 2020 y 2021, cuando la pandemia de covid impidió la celebración de la Feria de Abril, la etiqueta ha ido creciendo en relevancia y ha dado el salto a los medios. El análisis del Consejo Audiovisual de Andalucía ha rastreado el uso del hashtag en X -entonces Twitter-, pero también en Instagram, Facebook y TikTok y pone el foco especialmente en la red social china. La etiqueta fue la 16ª más popular el pasado 16 de abril, martes de Feria y uno de los días con mayor afluencia al real de Los Remedios. En total hubo 2.379 publicaciones en TikTok de #papagorda24, con 74 millones de visualizaciones en todo el mundo, 67 millones en España. Al informe del CAA recoge también una "creciente desaprobación" de los contenidos que se publican por parte de los usuarios, "quienes destacan las posibles implicaciones legales".

Foto: El alcalde de Sevilla, José Luis Sanz, con Juanma Moreno en la Feria de abril. (EFE/José Manuel Vidal)

El experto en protección de datos Iñaki González-Pol González habla de varios derechos posiblemente vulnerados por esta práctica. Se trata del derecho al honor, a la intimidad y la propia imagen y la apropiación de datos. Es esta última la vía a la que apunta el informe del Consejo Audiovisual de Andalucía, un paso lógico, según González-Pol, porque no implica acudir a los tribunales, ya que existe una autoridad de control que actúa de forma gratuita. Y que además requiere a quien haya publicado el vídeo que lo retire de la red social donde esté.

El experto explica que el reglamento general de protección de datos contempla excepciones a su régimen de aplicación. "Es la llamada excepción doméstica, que se utiliza cuando los datos [en este caso las imágenes] se utilizan para fines particulares, en un ámbito doméstico". Pone como ejemplo una foto de una primera comunión que se publica en un grupo de Whatsapp en el seno de una familia o, aplicado a la Feria, un vídeo de unos amigos bailando en una caseta y difundido en un grupo limitado. "Depende de la vocación que tenga la publicación y en el caso de la etiqueta #papagorda hay una voluntad de alcanzar un número ingente de destinatarios, por lo que no aplica la excepción doméstica", cuenta González-Pol, que revela que el Comité Europeo de Protección de Datos tiene incluso en cuenta el número de seguidores o amigos que tiene un usuario en sus redes para delimitar esta excepción.

El segundo abordaje de esta práctica desde la protección de datos está en la denominada "base jurídica legitimadora" que, en este caso, se circunscribe a la obtención del consentimiento. Y en los vídeos de #papagorda es muy difícil que eso ocurra porque en la inmensa mayoría de ocasiones el protagonista ni siquiera es consciente de que se han tomado las imágenes. "¿Qué expresión de consentimiento puede haber?", se pregunta el experto en protección de datos, que añade aún más dificultades en el caso de que la persona afectada esté en estado de embriaguez.

González Pol recuerda que desde 2016, cuando entró en vigor el Reglamento General de Protección de Datos (RGPD) es necesario una "clara acción afirmativa" para la cesión de los permisos para el tratamiento de datos. Por eso hay que aceptar el uso de cookies al entrar en una página web, asegura este experto. Y esto, en términos del uso de #papagorda, obligaría al creador del vídeo a solicitar al protagonista permiso para el uso de sus datos, es decir, de su imagen caminando encorvado a duras penas por una de las calles del Real de la Feria o dormido en un portal de Los Remedios después de una noche de manzanilla y sevillanas.

Martes de Feria de Abril. Mediodía. En una habitación con las persianas casi cerradas, un sevillano se despierta con la boca pastosa. El día anterior cerró una caseta en la calle Curro Romero cerca de las 4 de la madrugada, caminó hasta el autobús con unos amigos, se tomó un café y media tostada con jamón en el bar que hay bajo su casa y se fue a dormir. Abre los ojos con cierta dificultad y nota un leve dolor de cabeza. Saca el brazo de la cama y acierta a coger el móvil, que está cargando en la mesilla. Mira los tres o cuatro grupos de Whatsapp donde hay fotos del día anterior y de repente se le quita la resaca de golpe. Abre un enlace de X y aparece un tipo bailando muy efusivamente en la puerta de una caseta en la que no recuerda haber estado. Es él, indudablemente. Ha sufrido uno de los grandes temores de los sevillanos en los últimos años: aparecer en el hashtag #papagorda, la etiqueta con la que se publican los vídeos y fotos de las borracheras más llamativas de la Feria de Sevilla.

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