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El olímpico que almorzó con la reina Sofía en Sidney y ahora lanza en el Parlamento andaluz
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Jugó en Almería, Francia e Italia

El olímpico que almorzó con la reina Sofía en Sidney y ahora lanza en el Parlamento andaluz

Juan José Salvador es diputado del PP por Almería en la Cámara autonómica, pero formaba parte de la selección española de voleibol de los Juegos del 2000, en los que nos clasificamos

Foto: Juan José Salvador, en un partido con la selección española de voleibol. (Cedida)
Juan José Salvador, en un partido con la selección española de voleibol. (Cedida)

En la cafetería del Parlamento de Andalucía a veces toma café un hombre que hace casi un cuarto de siglo almorzó un plato de espaguetis codo con codo con la Reina Sofía. Fue en la villa olímpica de Sidney, donde Juan José Salvador (Pechina, Almería, 1975) formaba parte de la última selección española de voleibol que se clasificó para unos Juegos Olímpicos. Entonces Salvador jugaba en Italia, una de las potencias mundiales de este deporte, aunque volvió a su Almería en la temporada 2002-2003 para volver a poner la camiseta del Unicaja, el equipo más galardonado de España. Y fue allí, en el año de su retirada, donde lo ficharon entre Javier Aureliano García y Gabriel Amat, que le metieron el gusanillo de la política. Hoy Salvador es uno de los 58 diputados que el PP tiene en la Cámara andaluza.

"Los deportistas tenemos un problema, nunca vemos nuestra retirada hasta el momento en el que la tenemos delante", cuenta el central almeriense. Fue entonces cuando el ahora presidente de la Diputación de Almería lo llamó para ofrecerle llevar a la política su experiencia en el deporte. "Me pareció muy interesante y pensé que podía aportar algo", explica Salvador, que asegura que antes no había tenido relación con la política. Fue en 2011 cuando entró como asesor en la institución supramunicipal y se integró en la lista popular en su localidad natal, donde se encargó de la concejalía de Turismo y Deportes. Después ascendió y entró a formar parte del Ayuntamiento de Roquetas de Mar, donde Gabriel Amat es alcalde desde 1995.

Amat es el pope del PP almeriense ―"un referente para todos nosotros"― y fueron él y García quienes le propusieron integrarse en las listas del Parlamento. "Es una experiencia muy enriquecedora, aunque un poco oculta porque no tiene la misma trascendencia que otras áreas de la política", cuenta Salvador, que ensalza la cercanía que la política municipal tiene con los ciudadanos. ¿Pero cómo lleva un deportista olímpico bajar al barro de la confrontación política? Este exjugador de voleibol sólo tiene buenas palabras y cita dos valores de la cancha que él lleva al hemiciclo siempre que tiene la ocasión: "la honestidad y el respeto".

Además de su labor en la Cámara, donde participa en cinco comisiones parlamentarias, Salvador sigue defendiendo los valores del deporte en las aulas. "Hay que ser honestos con lo que se hace y lo que se representa", dice sobre las charlas, pero sobre todo alude a ese respeto al resto de integrantes de la vida política. "En el deporte hay que restar al entrenador, al arbitro y también al contrario", asevera el almeriense, que no se moja cuando se le pregunta a quién habría que darle lecciones de estos valores en el viejo Hospital de las Cinco Llagas. "Cada uno tiene su carácter, su temperamento", bromea.

Foto: Momento del abrazo entre Zidane y Nadal. (Reuters/Dylan Martinez)

Según se han acercado los Juegos de París, las preguntas a Salvador sobre cómo fue su experiencia en Sidney se han multiplicado entre sus colegas de bancada. "Sobre todo tienen intriga por la villa olímpica", desliza con cierta timidez en alusión al mito sobre la animada vida nocturna que hay en la pequeña ciudad que alberga a los deportistas. El diputado popular agua en parte parte de la leyenda y destaca el nivel de concentración de los atletas que participan en unos juegos. Pero sobre todo la suerte de poder convivir con compañeros de todos los ámbitos y países.

Uno de los recuerdos que se lleva de aquel recinto australiano era la presencia de Marion Jones, que fue la estrella de aquellos Juegos, de los que salió con tres oros y un bronce. "Cuando entraba en el comedor, todo el mundo se callaba", relata Salvador, que también recuerda a Éric Moussambani, el nadador de Guinea Ecuatorial que se hizo célebre en aquellos Juegos porque apenas sabía nadar y acabó su serie de los 100 metros en 1 minuto y 52 segundos. Fue en ese contexto en el que coincidió con los reyes Juan Carlos I y Sofía, que almorzaron con el equipo de voleibol. "No sabía ni cómo comerme aquellos espaguetis", recuerda entre risas el jugador almeriense, que tiene una gran vinculación con Rafa Pascual, "el mejor jugador de la historia del voleibol español". "Nos faltó un poco de chispa, éramos un equipo bien preparado que necesitaba un poco de suerte para entrar en en las rondas finales", recuerda el ahora diputado del PP en el Parlamento andaluz.

Perdieron el pase a cuartos con Australia "en uno de esos partidos que recuerdas siempre". Y eso que Salvador tiene más partidos clave en su recuerdo. Fue campeón de Europa en 2001 con el Macerata italiano, con quien también ganó una copa en el país transalpino. También jugó en el AS Cannes, en Francia; y en los italianos Padua y Parma, desde donde volvió a Almería para una etapa de 8 temporadas en las que ganó tres Superligas, una Copa del Rey y una Supercopa. "El voleibol es muy complejo porque se practica en todo el mundo", afirma el diputado popular, aunque se atreve a colocar a Brasil como favorito para el voleibol masculino, junto con Italia, Cuba y Francia, que "tiene un equipazo" y es la anfitriona.

"Nos faltó un poco de chispa, éramos un equipo bien preparado que necesitaba un poco de suerte para entrar en en las rondas finales"

"Un deportista de alto rendimiento es diferente al resto de las personas, pero uno que ha participado en unos Juegos lo es mucho más", defiende Salvador, que admite que aunque el fútbol es "el deporte rey" en la villa olímpica "hasta el deporte más minoritario tiene la misma importancia o más que cualquier otro". Como jugador destacado de uno de esos deportes menos mediáticos, admite que la "recompensa" que se logra al practicar uno de esas disciplinas, el esfuerzo y el sacrificio, desembocan en una recompensa "diferente".

Una vez que ha acabado el curso político, Salvador mira el calendario de los Juegos de Paris emocionado con ganas de disfrutarlos con sus hijos después de acabar un curso político en un Parlamento que ya tuvo otro olímpico. Se trata del fallecido Javier Imbroda, diputado de Ciudadanos por Málaga en la pasada legislatura y después consejero de Educación y Deporte. Fue asistente de la selección lituana de baloncesto en Barcelona 92, el equipo de Arvydas Sabonis que logró el bronce, pero nunca fue a unos Juegos como seleccionador español. En Andalucía también hubo una directora de Promoción del Deporte en el Gobierno de Susana Díaz que había pasado por cinco juegos olímpicos, la esquiadora María José Rienda.

Fuera de la comunidad destacan los casos de Ruth Beitia, oro en Río 2016 en salto de altura y diputada del PP por Cantabria en 2011 que llegó a ser designada por Pablo Casado como candidata a presidir su comunidad en 2019. En Sidney, como Salvador, también estuvieron los atletas Marta Domínguez y Fermín Cacho, que fueron senadores por el PP en 2011 además de tener presencia en la política local en Palencia y Soria, de donde son originales. En esas mismas elecciones, la vallisoletana Miriam Blasco fue elegida diputada por el PP en el Congreso después de ser la primera española en lograr un oro olímpico, en Barcelona 92. Allí fue donde Theresa Zabell logró también el oro en vela, un éxito que repitió en 1996 en Atlanta, antes de ser elegida eurodiputada del PP en 1999.

En la cafetería del Parlamento de Andalucía a veces toma café un hombre que hace casi un cuarto de siglo almorzó un plato de espaguetis codo con codo con la Reina Sofía. Fue en la villa olímpica de Sidney, donde Juan José Salvador (Pechina, Almería, 1975) formaba parte de la última selección española de voleibol que se clasificó para unos Juegos Olímpicos. Entonces Salvador jugaba en Italia, una de las potencias mundiales de este deporte, aunque volvió a su Almería en la temporada 2002-2003 para volver a poner la camiseta del Unicaja, el equipo más galardonado de España. Y fue allí, en el año de su retirada, donde lo ficharon entre Javier Aureliano García y Gabriel Amat, que le metieron el gusanillo de la política. Hoy Salvador es uno de los 58 diputados que el PP tiene en la Cámara andaluza.

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