El conflicto del Opus Dei con la Iglesia que llega a Roma y deja en el limbo a Torreciudad

El santuario de Torreciudad está en disputa. Este lugar de peregrinaje de miles de fieles, ubicado en Huesca ,a orillas del embalse de El Grado, es conocido por ser el centro espiritual del Opus Dei, la prelatura de la Iglesia que goza de poder y autonomía como ninguna. Sin embargo, la autoridad y derecho sobre el santuario está en entredicho: la Iglesia reclama su propiedad y el Opus Dei rechaza esta apropiación jurídica. El lío está en manos de la Justicia y no hay visos de que haya ningún acuerdo. El asunto tiene tantas aristas que incluso el papa Francisco ha tenido que tomar posición.

Las negociaciones siguen enquistadas desde hace tres años y no se espera que se resuelvan pronto. En el fondo, el asunto estriba en la revisión del contrato (firmado en 1962) por el que se determina que el Opus Dei tiene en cesión perpetua el santuario. Esto tiene, a juicio de la Iglesia, varios fallos formales desde el punto de vista jurídico.

El obispado de Barbastro-Monzón ha declarado nulo de pleno derecho el citado contrato y considera Torreciudad como de su propiedad, así como el uso de la talla de la Virgen de Torreciudad y terrenos y equipamientos vinculados al santuario.

Una situación anómala entre la Iglesia y su principal prelatura que ha llegado a oídos de la Curia Vaticana y reconoce la transformación del futuro de Torreciudad como espacio de uso y bien de la Iglesia. E incluso, el rector de Torreciudad ha sido nombrado por la diócesis de Barbastro-Monzón y no por el Opus Dei, por primera vez en la historia. Un extremo que la Obra no reconoce y considera al rector actual del santuario como un extraño.

Torreciudad, los cimientos del Opus se tambalean

Este capítulo de tensiones entre la Iglesia y el Opus Dei es uno más de tantos, pero desde luego es el único que tiene en la encrucijada al bastión religioso de la prelatura fundada por el aragonés Josemaría Escrivá de Balaguer.

La disputa se precipitó hace pocas semanas, cuando el actual obispo de Barbastro-Monzón, Ángel Pérez Pueyo, promovió un acto de conciliación en el Juzgado N.º 2 de Barbastro, para buscar una solución amistosa al conflicto jurídico. Sin embargo, nunca se celebró por la incomparecencia del Opus Dei.

Desde siempre la Prelatura del Opus Dei ha mostrado su sorpresa por tanta vehemencia de la Iglesia y la puesta a disposición judicial de un asunto que se remonta a hace más de 50 años.

De hecho, en defensa propia, la Obra siempre ha insistido en que su interés ha sido actualizar la enrevesada situación jurídica, civil y eclesiástica del templo mariano.

Además, han acusado extraoficialmente al obispo Pérez Pueyo de ser excesivamente conflictivo en asuntos judiciales, como la disputa eclesiástica con Cataluña por los bienes de la Iglesia que yacían secuestrados en el Museo de Lérida y fueron requeridos por la fuerza y de madrugada por la Guardia Civil en 2017.

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Pero ¿cuáles son las dudas que tiene la Iglesia sobre la propiedad de Torreciudad? El origen nace de un contrato firmado en 1962 entre la diócesis y una sociedad mercantil con pasado inmobiliario llamada Desarrollo Social.

El objeto de este acuerdo era la cesión a perpetuidad de la ermita original, antes del gran edificio de Torreciudad. La cesión, de hecho, propició que se levantara el actual templo de ladrillo en 1975. Pero fue en 2020 cuando todo se intensificó.

En ese momento el Opus Dei solicitó actualizar aspectos jurídicos del santuario y el contrato de cesión. Un hecho que levantó la liebre. La Iglesia, por parte de la diócesis de Barbastro-Monzón, respondió instando a resolver el contrato por motivos de nulidad contractual y solicitando la restitución de las propiedades que explotaba el Opus Dei, como la ermita y santuario, la hospedería y dependencias anexas.

El debate jurídico civil… y eclesiástico

Hasta que se decida la cesión y explotación única del templo mariano de Torreciudad, donde más de 200.000 fieles visitan su santo suelo cada año, el debate jurídico no pone de acuerdo a ninguna de las partes. Tanto es así que, ante la inquietud que se vive en la zona, el obispo Ángel Pérez Pueyo publicó una carta a todos los feligreses donde explicaba los motivos de tal decisión.

Con el título "Aunque duela", Pérez Pueyo reconoce que "con total sencillez y humildad" la decisión ha sido “acorde a derecho, en comunión eclesial y con transparencia”. "Nuestra Diócesis, aunque pobre, envejecida, despoblada... sigue teniendo dignidad como pueblo milenario, mariano, misionero y martirial" recalca.

"Hemos aguardado pacientemente a que las aguas se serenaran para expresaros nuestros sentimientos, motivaciones y modo de proceder en relación con Torreciudad", escribe el obispo de Barbastro-Monzón, y recuerda que "siempre hemos tratado de tender la mano a la Prelatura y ayudarles a regularizar su situación jurídica, canónica y pastoral".

Fuentes de la Prelatura del Opus Dei reconocen a El Confidencial que siempre han querido lograr un entendimiento pero no comparten la "insistencia y exigencia" de la diócesis y su planteamiento de que "todo lo que hay en Torreciudad es ilegal o irregular". Desde la Obra buscan un encuentro y una actualización del listado de bienes en discusión pero insisten en que "todo es legal". Y, por tanto, lo consideran de su plena propiedad.

El proceso de negociación entre la diócesis y el Opus Dei tiene una arista jurídica difícil de superar. O que es casi irreconciliable porque en todo este lío la Iglesia se siente profundamente engañada.