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Una querella en Logroño y con nocturnidad: el último y extraño paso de las monjas 'herejes'
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DOBLE PULSO AL VATICANO

Una querella en Logroño y con nocturnidad: el último y extraño paso de las monjas 'herejes'

A las 4.54 de la madrugada, la exabadesa de Belorado, otras dos hermanas de la orden y el falso obispo que hace de portavoz de la comunidad aparecieron en la comisaría de Logroño. El viaje no les servirá de mucho

Foto: José Ceacero, el portavoz de las clarisas de Belorado, mostrando la querella contra Iceta. (EFE/Santi Otero)
José Ceacero, el portavoz de las clarisas de Belorado, mostrando la querella contra Iceta. (EFE/Santi Otero)
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El caso de las monjas herejes de Belorado es un toma y daca. Si el miércoles, el arzobispo de Burgos, Mario Iceta, anunció que tomaba el control del monasterio por orden vaticana después de la rebelión de sus integrantes, la respuesta por parte de las religiosas no tardó en llegar. Y, en consonancia con todo el culebrón, llegó de una manera muy poco convencional.

A las 4.54 de la madrugada del jueves, con nocturnidad y sin previo aviso, aparecieron en la Jefatura Superior de la Policía Nacional de La Rioja, en Logroño, la exabadesa de las clarisas de Belorado, otras dos hermanas de la orden y José Ceacero, el antiguo barman de Bilbao que ahora hace de portavoz de las sublevadas después de que estas rompieran con Roma y se sometieran a los designios de Pablo de Rojas. Este último es un falso obispo excomulgado y ligado al prelado vietnamita Ngo Dinh Thuc, líder de una corriente cristiana de corte preconciliar y que, a su vez, guarda lazos con el Palmar de Troya.

Entre Belorado y Logroño hay 68 kilómetros por carretera. Entre Belorado y Burgos, únicamente 45. Este es el primer aspecto que sorprende de la maniobra. Lo más normal, y puesto que el conflicto está abierto en la provincia castellana, hubiera sido que la comitiva de religiosos se hubiera desplazado hasta una comisaría de Burgos para poner la querella. Pero no, cambiaron de comunidad autónoma, acudiendo a la Jefatura Superior de Policía de La Rioja. Además, lo hicieron en un horario muy poco ortodoxo: en plena madrugada. El portavoz justificó el traslado hasta Logroño en que intentaron personarse en un cuartel de la Guardia Civil para poner la querella, pero no hallaron ninguno que les atendiera.

Foto: Imagen exterior del Convento de Belorado. (Tomás Alonso/Europa Press)

Así se explica que pocas personas, más allá de los agentes que estuvieron de guardia en horario nocturno y que recogieron la declaración de la exabadesa para querellarse contra el máximo representante de la Iglesia católica en Burgos, fueran conscientes de la situación, al menos hasta que Ceacero anunció la denuncia en rueda de prensa.

El viaje, si los rebeldes trataban de evitar una hipotética inferencia eclesiástica, habrá resultado baldío. Como exponen las fuentes policiales consultadas por El Confidencial, los ciudadanos pueden acudir a cualquier comisaría del territorio nacional a poner una querella de este tipo, pero lo normal es que, posteriormente, se derive el procedimiento a la Jefatura de la provincia en cuestión. Y esto es lo que va a pasar, ya que fuentes cercanas al caso aseguran que se remitirá la querella a la Jefatura de la Policía Nacional de Burgos, que se hará cargo de ella a partir de ahora.

Foto: Una persona en el exterior del Convento de Belorado. (Europa Press/Tomás Alonso)

Las clarisas de Belorado, en su querella, apuntan directamente contra Iceta. Le acusan de abuso de poder, usurpación de la representación legal y vulneración del derecho de asociación. Iceta fue designado por Roma como encargado de sofocar este cisma y también recibió la encomienda de tomar el control de los monasterios de Belorado, Orduña y Derio, en el foco en este cisma.

Según se están desencadenando los acontecimientos, el trasfondo inmobiliario del caso gana cuerpo. De hecho, Ceacero, al que Iceta instó a abandonar el convento junto De Rojas al estar excomulgados, defendió que la propiedad de los inmuebles es de la comunidad de Belorado en lugar de ser de la orden de las clarisas, por lo que sería indiferente que las religiosas respondieran o no ante la Iglesia católica. La batalla legal, además de estar cada vez más enconada, está servida. Queda por ver el siguiente paso.

El caso de las monjas herejes de Belorado es un toma y daca. Si el miércoles, el arzobispo de Burgos, Mario Iceta, anunció que tomaba el control del monasterio por orden vaticana después de la rebelión de sus integrantes, la respuesta por parte de las religiosas no tardó en llegar. Y, en consonancia con todo el culebrón, llegó de una manera muy poco convencional.

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