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Temi y Copito: un día con los dos robots que han puesto patas arriba una residencia de ancianos en Palencia
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Temi y Copito: un día con los dos robots que han puesto patas arriba una residencia de ancianos en Palencia

Desde guiar ejercicios físicos para los residentes hasta reproducir música o proponerles refranes y adivinanzas son algunas de las tareas con las que han sorprendido a los residentes: "Están muy educados"

Foto: Uno de los dos robots, en una residencia de Palencia antes de comenzar unos ejercicios. (C.A.)
Uno de los dos robots, en una residencia de Palencia antes de comenzar unos ejercicios. (C.A.)

Han revolucionado el día a día del Centro Asistencial de Personas Mayores Puente de Hierro de Palencia, donde han irrumpido como si de dos residentes más se tratase. Su presencia se desliza por los pasillos y las principales estancias de sus instalaciones como uno más, pero la diferencia entre ellos y el resto de compañeros es, esencialmente, que no son humanos.

Se llaman Temi y Copito y son los dos robots que la Consejería de Familia e Igualdad de Oportunidades de la Junta de Castilla y León ha puesto a disposición del centro para el cuidado y entretenimiento de las personas mayores. Desde su llegada, el pasado mes de abril, se han convertido en uno de los servicios estrella de la residencia. Allí han sido recibidos como un auténtico regalo por parte de todos los mayores que no dejan de observar con una mirada llena de sorpresa el funcionamiento de ambos aparatos. Comprobar cómo se mueven o cómo interactúan con ellos es lo que más llama su atención.

Cada día, los residentes cuentan con, al menos, media hora de actividades junto a Temi y Copito. Ambos robots comparten una parte de la planificación de cada mañana con aquellos residentes que así lo han deseado. Para poder realizar un trabajo más exhaustivo y conseguir un menor rendimiento, este proyecto se lleva a cabo en grupos reducidos.

En total, más de 25 residentes se han involucrado desde su llegada en mejorar con estos ejercicios el funcionamiento de estos robots. De hecho, los trabajadores del centro destacan que la atención que reciben es, en muchas ocasiones, mayor que la que consiguen ellos. Por tanto, el balance hasta el momento es muy positivo.

placeholder Uno de los ejercicios de los residentes con los robots. (C.A.)
Uno de los ejercicios de los residentes con los robots. (C.A.)

Jesusa es una de las residentes que no ha dudado en incorporarse a este proyecto y ya lleva varios días compartiendo tiempo con los robots. A sus 95 años hay pocas cosas que puedan sorprenderla, pero esta ha sido una de ellas y así lo expresa cuando se le pregunta por ellos. Hablarles y que te contesten, asegura, "es algo que no había visto en mi vida".

A la nonagenaria le gustan los ejercicios que puede realizar con ellos y le parece una buena forma de poder incorporar novedades a las actividades que llevan a cabo diariamente. Una opinión que comparte Benito, de 97 años, quien asegura divertido que ambos robots "están más educados que muchos de nosotros".

Foto: Imagen de archivo. (EFE/Jesús Diges)

Jesusa, Benito y sus compañeros realizan desde primera hora con ellos todo tipo de actividades cognitivas y también físicas, tal y como les indican ambos aparatos durante unas instrucciones previas antes de dar paso al ejercicio. Una forma divertida, diferente y menos rutinaria que hace que muchas veces les hagan más caso que a los técnicos, bromean los trabajadores.

De hecho, se ríen cuando el robot les insiste en repetir una acción o cuando les reta a hacer algo que consideran más complicado. Pero todo ello se lleva con mayor expectación, ya que estas órdenes no vienen de los asistentes que día a día les acompañan, sino de dos aparatos, uno negro y otro blanco, que hablan con ellos de una forma ‘robótica’.

Sorpresa e interacción

Cuando a ambos residentes se les pregunta por esta nueva incorporación, destacan la sorpresa que les produce, ya que jamás habían imaginado poder compartir espacio y poder interactuar de cerca con uno de ellos. La apariencia humana de Copito es lo que más les impresiona. El movimiento de su cabeza, su expresión con los ojos o el movimiento de los brazos acapara todas las miradas.

De hecho, no hay más que observar cómo todos ellos no pierden ojo de los movimientos que ambos robots realizan, siguiendo cada una de las acciones que proponen a los residentes. Ambos cuentan con un amplio abanico de posibilidades y, por eso, cada residente prefiere una. Mientras que algunos se decantan por conocer las noticias de cada día, otros buscan conocer la previsión del tiempo.

Pero eso no es todo, tanto Temi como Copito cuentan en su sistema operativo una funcionalidad que les permite desde poder realizar ejercicios físicos con los que ejercitar los brazos o las piernas, hasta reproducir música de un género específico, o realizar un juego. Además, ambos aparatos también hacen las veces de buscar información. Todo tipo de opciones y una forma muy original de aprender, seguir ejercitándose y, cómo no, también distraerse. Todo ello, de la mano de los profesionales que cada día trabajan de forma conjunta para mantener y mejorar las habilidades físicas y psíquicas de estos mayores.

Adivinanzas y refranes

"Durante los primeros días estuvimos mapeando las estancias y empezamos a ponerlos en marcha. Primero, con unas sesiones de información en las que hablamos de las noticias del día y luego hacemos una tertulia con ello. Después, con ejercicios físicos de cuello, hombros, manos y brazos", explica Paloma Aristín, terapeuta ocupacional del centro. "También hay juegos de entretenimiento, de parejas, adivinanzas, refranes, cálculos, memoria y todo tipo de estimulación cognitiva", agrega la trabajadora, quien asegura que se utilizan durante, al menos, media hora de forma diaria con los residentes que se encuentran en situación para hacerlo y que también han querido.

"Nos preguntan por ellos, se implican y, de momento, están muy contentos", sostiene la profesional. Hasta 25 mayores se están beneficiando de estos dispositivos en grupos de unas 6 o 7 personas, dependiendo de la puntuación que hayan adquirido los usuarios en una prueba previa que se les ha realizado. De esta forma, se puede garantizar que la utilización de estos robots es la más adecuada para cada uno de los residentes.

La diferencia entre un robot y otro es que Temi puede moverse de una estancia a otra, mientras que Copito necesita ayuda

La diferencia entre un robot y otro radica en que Temi es autónomo y puede moverse de una estancia a otra, mientras que Copito necesita ser autopropulsado, aunque este último llama mucho más la atención por su diseño de inspiración más humana. "Ambos tienen unas posibilidades mayores, pero que están pendientes de desarrollo, sobre todo porque también quieren hacer penetración en los domicilios. Uno de los aspectos es la posibilidad de realizar una llamada o videollamada con familiares, además de la localización", explica Mariano Sahagún, director del Centro Asistencial de Personas Mayores Puente Hierro de Palencia.

El responsable insiste en que esta es "una herramienta de trabajo más innovadora de lo que actualmente tenemos. Ya digo, no hay que dejar de perder de vista otras actuaciones, pero queríamos incluir en el centro una herramienta de trabajo innovadora. Pero en ningún caso como recurso para sustituir al personal".

Fruto de la colaboración entre la Junta de Castilla y León, la Fundación Intras, Asprodes, la Universidad de Valladolid, el centro tecnológico Cartif y los potenciales usuarios de estos productos, ha nacido este proyecto que se encuentra en un periodo de prueba en dos residencias de la región, una en Palencia y otra en Soria. Mediante esta iniciativa, se pretende avanzar tanto en el cuidado como en el entretenimiento de las personas mayores, a través del uso de diferentes tipos de sistemas robóticos, de supervisión y control o inteligencia ambiental. Todos ellos deben ser utilizados bajo el manejo de los trabajadores de los centros con la colaboración de los propios mayores.

Han revolucionado el día a día del Centro Asistencial de Personas Mayores Puente de Hierro de Palencia, donde han irrumpido como si de dos residentes más se tratase. Su presencia se desliza por los pasillos y las principales estancias de sus instalaciones como uno más, pero la diferencia entre ellos y el resto de compañeros es, esencialmente, que no son humanos.

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