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Una policía acusada niega que traficara con drogas y su expareja asume tres años de cárcel
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Una policía acusada niega que traficara con drogas y su expareja asume tres años de cárcel

La vista oral, en la que la Fiscalía reclama penas que suman diez años y nueve meses de prisión para la procesada, ha comenzado en la Audiencia Provincial de Valladolid

Foto: Un coche de Policía en una imagen de archivo. (Europa Press/Carlos Castro)
Un coche de Policía en una imagen de archivo. (Europa Press/Carlos Castro)

Una agente de la Policía Nacional acusada de tráfico de drogas y de revelación de secretos ha negado que cometiera los hechos, mientras su expareja sí ha asumido un delito contra la salud pública, con atenuante de drogadicción, por el que ha sido condenado a tres años de prisión.

La vista oral, en la que la Fiscalía reclama penas que suman diez años y nueve meses de prisión para la procesada, ha comenzado en la Audiencia Provincial de Valladolid, donde el magistrado presidente ha leído el fallo condenatorio del acusado, Carlos A.G.G., después de que Fiscalía y defensa pactaran una sentencia de conformidad.

Además de los tres años de prisión, la sentencia impondrá el pago de una multa de 3.300 euros al acusado, quien ha dicho que no se siente perjudicado porque la acusada buscase datos suyos a través de una aplicación profesional, ha manifestado que la perdona y que no reclama nada.

Foto: Foto de archivo de la Guardia Civil. (EFE/Jorge Zapata)

Antes de abandonar el banquillo de los acusados, Carlos A.G.G. ha respondido a preguntas del letrado de la procesada que en la vivienda en la que supuestamente se cometieron los hechos, en la calle Mieses de Valladolid, la encausada, O.R.G., y él dormían en habitaciones separadas.

Ha reconocido que las visitas que iban a su domicilio acudían a verle a él, no a la agente de policía, y ha sostenido que él tenía su propia bolsa de basura -los policías hallaron dentro de varias bolsas restos de cocaína- y que la procesada a veces bajaba a tirarla a petición suya sin saber su contenido.

Foto: Un guardia civil desvía el tráfico. (EFE)

Durante su declaración, la acusada, que solo ha contestado a preguntas de su letrado, ha expuesto que desde que rompió la relación sentimental con el encausado dormían en habitaciones separadas y que, cuando acudían visitas a ver al acusado -se supone que a comprar droga- ella cerraba la puerta de su habitación.

Ha admitido que accedió a datos a través de una aplicación de la Policía pero lo ha achacado a que habían cambiado el sistema de acceso y a que lo hizo por "curiosidad" y para saber cómo funcionaba, sin haber revelado información a nadie. La acusada ha mantenido que nunca ha traficado con droga y que tampoco consumía sustancias.

Un modus operandi típico

Un policía de la unidad de Asuntos Internos que instruyó la causa sobre la procesada ha declarado en el juicio por videoconferencia y ha comentado que la investigación comenzó tras recibir informaciones de que se podía estar traficando con droga en una casa de la calle Mieses.

Durante unos cuatro meses de vigilancia, los agentes observaron a varias personas entrando y saliendo del domicilio, donde permanecían muy poco tiempo -al parecer acudían a adquirir cocaína- e identificaron a varias de esas personas.

Foto: Foto de archivo de un coche de la Policía Nacional. (Europa Press/Carlos Castro)

En el volcado de los teléfonos que intervinieron, los policías constataron la existencia de conversaciones en las que se pedía a la acusada un litro, litro y medio, barra o barra y media, un lenguaje que los agentes consideraron que equivale a un gramo o gramo y medio de droga. El modus operandi era el característico de la "venta al menudeo de droga", ha declarado otro policía que participó también en las averiguaciones y que ha comparecido como testigo.

La Fiscalía pide para la encausada 7 años y 6 meses de prisión, además del pago de 11.000 euros de multa, por un delito contra la salud pública, y 3 años y 3 meses de prisión, junto a 21 meses de multa a razón de 10 euros al día, por descubrimiento y revelación de secretos, mientras la defensa solicita la absolución.

Una agente de la Policía Nacional acusada de tráfico de drogas y de revelación de secretos ha negado que cometiera los hechos, mientras su expareja sí ha asumido un delito contra la salud pública, con atenuante de drogadicción, por el que ha sido condenado a tres años de prisión.

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