El empresario segoviano que está detrás de la nueva vida de las 'catedrales del campo'

El uso para el que nacieron ha evolucionado y los 173 silos que todavía se conservan en Castilla y León necesitan de una nueva vida para garantizar su perdurabilidad. Este patrimonio agrario tan característico de esta región, el auténtico skyline del campo, constituye uno de los elementos que más se familiarizan con los 148 municipios que cuentan con uno.

Con el objetivo de poder dotarlos de una segunda oportunidad, en el año 2015 dieron comienzo las subastas de silos pertenecientes al Estado por parte del Fondo Español de Garantía Agraria (FEGA). En este procedimiento, la empresa segoviana de Octaviano Palomo adquirió el silo de Pancorbo, en Burgos, el más grande de Castilla y León y el tercero de mayor extensión en España.

Una compra que tuvo lugar bajo un precio de 758.053 euros en el 2020. Ahora, cuatro años después, ha inaugurado unas instalaciones que han sido modernizadas y digitalizadas, convirtiéndose así en todo un referente a nivel europeo. Levantado en 1977, su situación es estratégica, ya que se encuentra entre las delimitaciones de Burgos, Álava y La Rioja.

Su capacidad inicial de 30.000 toneladas se ha visto incrementada hasta las 50.000 después de haber ampliado sus instalaciones, sumando hasta 63 celdas verticales. Una remodelación que ya ha creado 7 trabajos directos y más de 50 indirectos, por lo que se ha convertido en un nuevo polo dinamizador en la zona.

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Pero este no es el único silo al que esta empresa ha dotado de una nueva vida, ya que también adquirió los silos ubicados en la localidad abulense de Arévalo y la segoviana de San Cristóbal de la Vega. En los tres ha llevado a cabo una remodelación y adaptación a la era digital, pero conservando la función para la que fueron creados, el almacenamiento de grano.

"El tema de los silos de cereales me ha llamado la atención desde pequeñito. Son edificaciones que están por todo el territorio, por toda la geografía nacional y me encanta. Entonces, bueno, pues ese es el punto de partida. El de Pancorbo lo recuerdo desde que era pequeño, allí iba con mi padre, para mí es la Catedral del Grano", explica Pedro Palomo, CEO de Octaviano Palomo.

La elección de este silo dependió de su buena ubicación, afirma Paloma, ya que está cerca de los puertos de Bilbao y Santander y está ubicado en una de las mayores zonas de producción de cereales de España, que es la comarca de la Bureba, donde se dan unos excelentes rendimientos por hectárea.

"Me enamoró el silo, tiene incluso una terminal ferroviaria dentro para poder cargar y descargar mercancía. Lo compramos y sí que es cierto que el primer día que fuimos a verlo se me cayó el alma a los pies porque estaba todo muy abandonado. Le habían robado el cobre y no conservaba la instalación eléctrica", recuerda Palomo.

Nuevas naves

El nuevo silo cuenta con cinco naves adyacentes, diferentes naves horizontales para fertilizantes, fitosanitarios y también se ha habilitado un centro de selección de semillas para abastecer a los agricultores de la zona. De esta forma, el silo ha vuelto otra vez a sus orígenes, volviendo a almacenar grano.

"Hemos puesto sistemas de calibración de cereal para preservar la calidad, limpieza, hemos puesto todo, también tuberías para que no se cree polvo, e incluso este polvo que se genera lo hacemos pellet, tenemos una pequeña fábrica de pellets como economía circular también en este punto. Ha vuelto a su uso, pero con elementos diferenciadores de la actualidad", resume Palomo.

Un plan que también se ha llevado a cabo en los silos de Arévalo y San Cristóbal de la Vega, donde han adaptado estas grandes naves al uso para el que fueron diseñadas. En el primer caso, se han construido además un secadero de girasol y maíz y se han realizado nuevas naves horizontales, ampliando así su capacidad.

Los tres silos se adquirieron en 2020 para alegría de la Junta de Castilla y León, sostiene Palomo, donde estaban encantados de esta nueva oportunidad para uno de los grandes símbolos de la región. El silo de San Cristóbal, de menor dimensión, igualmente ha sido actualizado, "es más pequeño y ahí lo que hemos hecho ha sido modificarlo también, actualizarlo", agrega el empresario.

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"Para nosotros fue como un reto y una responsabilidad social, porque no entiendo cómo este edificio tan importante y grande se puede dejar olvidado de esa manera. Acometimos la remodelación del silo y lo que hicimos fue digitalizarlo completamente, le hemos cambiado muchísimas cosas y lO hemos dejado muy, muy actual, o sea, que muy moderno", concluye Palomo.

Una adaptación de la historia de estas construcciones que en España está ligada a la posguerra y a la posterior dictadura franquista. Los primeros silos en levantarse tuvieron lugar en el año 1944 y esta primera etapa se extendió hasta 1953 coincidiendo con la autarquía y autoabastecimiento que vivía el país.