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Golpes bajos en Belorado: las exmonjas atacan al arzobispo y hacen de la ciberlimosna economía de guerra
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CALMA CHICHA EN EL CISMA

Golpes bajos en Belorado: las exmonjas atacan al arzobispo y hacen de la ciberlimosna economía de guerra

La tormenta judicial no tardará en desatarse y mientras en el arzobispado liman los últimos flecos, las clarisas cismáticas disparan con balas de fogueo en forma de cartas contra Iceta

Foto: El arzobispo de Burgos, Mario Iceta, al anunciar la excomulgación de las exmonjas. (EP/Tomás Alonso)
El arzobispo de Burgos, Mario Iceta, al anunciar la excomulgación de las exmonjas. (EP/Tomás Alonso)

Calma chicha en torno al caso Belorado, a la espera de vientos judiciales que devuelvan la calma espiritual al convento de las clarisas en el que, desde el 13 de mayo, se han hecho fuertes diez de monjas cismáticas que pelean con toda la munición a su alcance, que no es mucha, pero distrae, contra el comisario pontificio designado por el Papa para deshacer lo que parecía otra fractura en la comunión con el pontificado de Francisco —a quien, dicho sea de paso, le crecen los sedevacantistas "como hongos", en expresión suya—, pero que va camino de convertirse en un sainete al que no le faltará ni la pareja de la Guardia Civil llamando a los portalones para anunciar un desahucio.

Pero es también una calma tensa, agitada por las escaramuzas de las rebeldes lideradas —de momento— por la exabadesa, quien tras incursiones furibundas a través de las redes sociales contra la Iglesia católica posterior al Vaticano y su actual máximo representante, Jorge Mario Bergoglio, apuntan ahora a la línea de flotación de la honorabilidad del comisario pontificio y arzobispo de Burgos, Mario Iceta, actual administrador del patrimonio del convento burgalés y a quien le recuerdan sus tiempos de consejero en Cajasur, la entidad bancaria ligada a la Diócesis de Córdoba intervenida por el Banco de España en 2010.

En los cuarteles del comisario Iceta la calma es solo aparente. Con la ley, en principio, de su parte —desde luego la canónica, que lo autoriza a las medidas tomadas hasta ahora, y esta refrendada civilmente por los Acuerdos Iglesia-Estado de 1979—, el servicio jurídico puesto en marcha específicamente para tratar este caso "está trabajando a destajo" para presentar la denuncia en los juzgados que sirva para desalojar a las ya excomulgadas y, por tanto, sin vínculo alguno con la Iglesia católica, que las permita seguir residiendo como lo hacen en el convento.

Foto: La única vía para las clarisas excomulgadas es la de la vía civil y el probable desalojo a instacias judiciales. (EFE/Iratxe Rodríguez)

Tras pensar que podrían poner en marcha la maquinaria legal en la primera quincena de julio, ahora el equipo de Iceta se afana para llegar a tiempo antes de agosto, mes inhábil judicialmente, aunque todavía no está claro que pueda lograrlo para entonces dado que, según señalan las fuentes a El Confidencial, "hay cuestiones previas que se tienen que resolver antes de presentar nada".

¿Hay o no hay asociación?

En este punto, hay una clave a tener en cuenta: la anunciada creación de la denominada Asociación Monasterio de Santa Clara de Belorado, "que resulta de la transformación de la entidad religiosa Monasterio de Belorado" en una entidad civil, según anunció la exabadesa Laura García de Viedma, erigida en representante de la misma. Sin embargo, aunque ella ya dispara su munición contra Iceta bajo esa denominación, aún no consta su inscripción en el Registro Nacional de Asociaciones, dependiente del Ministerio del Interior, en cuya Subdirección General de Asociaciones, Archivos y Documentación tienen un plazo de resolución de tres meses desde la entrada del preceptivo expediente de inscripción…

placeholder Exterior del convento en el que están las exmonjas clarisas cismáticas. (EFE)
Exterior del convento en el que están las exmonjas clarisas cismáticas. (EFE)

Al creer, pues, en el Arzobispado que las monjas disparan de momento con munición de fogueo —no les consta que esté registrada ni se han seguido los pasos pertinentes para la transformación de una entidad religiosa en una asociación civil— ayuda también el hecho de que el bufete de abogados que asesora a las exmonjas no ha cruzado ni media palabra ni intercambiado una sola línea con el equipo jurídico del comisario pontificio. Calma expectante para ganar tiempo, por ambos lados, presente todavía la variable del Caballo de Troya en el grupo cismático, y a ver quién da el primer paso y a qué pueden agarrarse para armar el contrataque. "Se está intentando confundir a la opinión pública", dicen desde Burgos

Pero, aunque sean de fogueo, las misivas de la exabadesa van cargadas con la suficiente intención como para no dejar impasible al arzobispo de Burgos. Se ha visto de manera muy clara en el último fogonazo de la papisa, donde le acusa de "usurpación ilegítima de cuentas bancarias pertenecientes a nuestra comunidad (hoy asociación)" y de que "no solo nos está asfixiando económicamente, sino que también nos está proyectando ante la opinión pública como deudoras y caprichosas".

Apelan al Banco de España

Y por ahí no parecen querer pasar, por lo que, "ante la autoridad competente", la ex sor Isabel de la Trinidad, que firmó el Manifiesto Católico con el que rompían amarras con este Vaticano, además de pedir que se "restablezca la legítima titularidad y gestión de nuestras cuentas bancarias", pone en guardia hasta al mismísimo banco central al recordarle que "resulta especialmente alarmante que la persona ahora a cargo de nuestras cuentas haya sido previamente sancionada por el Banco de España debido a irregularidades en la gestión de cuentas de terceros". Por ello, advierte: "Consideramos pertinente que el Banco de España tome conocimiento de esta situación, dada la gravedad de la sanción impuesta anteriormente" a Iceta.

La respuesta desde el cuartel del arzobispo llegó en cuestión de horas. Se negaba la mayor y reivindicaba, desde "la más estricta legalidad", todas las actuaciones realizadas por el comisario pontifico y la comisión gestora en la que se apoya Iceta. No las llamaba "caprichosas" (fueron antiguos proveedores de las exclarisas los que reclamaron facturas de casi 7.000 euros por seis juegos de sábanas de seda, nórdicos de pluma y cubrepiés de terciopelo, al parecer para "un cardenal" que iba a visitarlas), pero desde la oficina del comisario se respondía que "obran en nuestro poder facturas que llevan meses sin ser abonadas por la gestión de la exabadesa (aproximadamente, y con exclusión de los préstamos, solo en facturas se adeudan unos 42.000 €, algunas de las cuales tienen hasta 2 años de antigüedad), y que ella misma nos ha remitido" para que las abonasen quienes ahora controlaban las cuentas…

Aunque realmente donde se vio que había hecho mella el impacto de la exabadesa era en la honorabilidad del comisario pontificio. Blanco en el flanco Cajasur, la caja andaluza controlada por la Iglesia, donde Iceta fue consejero de 2004 a 2008, que tuvo que ser intervenida por el FROB y por cuya responsabilidad en la gestión de una entidad que acabó al borde de la bancarrota fue multado ­—junto con otros exconsejeros y exdirectivos— con 30.000 euros.

Foto: José Ceacero, el falso religioso que actúa como portavoz de las monjas excomulgadas de Belorado. (EFE/Santi Ollero)

Esa referencia a la sanción al comisario pontificio —dispararon desde Burgos— "constituye un intento de calumniarle utilizando argumentos ad personam y describe bien la cualidad moral de la Sra. García de Viedma". Acusando el golpe, se puntualiza que aquella "sanción administrativa no se debió a irregularidades de dichos consejos de administración en la gestión de cuentas de terceros, ni conllevó inhabilitación alguna ni limitación de ningún tipo para el Comisario Pontificio". Y además, se advierte que "estas declaraciones sin escrúpulos y calumniosas" pueden acabar (también) ante un juzgado.

Pero la calma también es angustiosa. Sobre todo, para las monjas cismáticas. Intervenidas las cuentas (aunque sospechan que han abierto otras con las que siguen operando), con proveedores que ya no se fían y con su principal medio de vida, el obrador de dulces, en horas bajas, han decidido recurrir a la ciberlimosna y han iniciado una campaña de recaudación de fondos en PayPal, con el objetivo de recaudar 20.000 euros en 30 días.

"Insultos, calumnias, desamparo, aniquilación de la buena fama, coacciones, intentos de usurpación de Administración y propiedades, amenazas de desahucio y una campaña de odio y desprestigio público en medios de prensa y televisión", justifican las exmonjas el objeto de su crowdfounding para su economía de guerra. "Pedimos ayuda para subsistir económicamente, dado que se nos han intervenido las cuentas bancarias y no podemos hacer frente a los gastos ordinarios de nuestra comunidad religiosa", apela en la justificación de la petición la propia Laura Gil de Viedma.

Pero a falta de menos de 20 días para que se cerrase automáticamente la campaña, si no se conseguía antes la cantidad deseada, el cepillo digital, con medio centenar de donantes y menos de 3.000 euros, no estaba teniendo el eco esperado. Ni apelando a un "Dios se lo pague".

Calma chicha en torno al caso Belorado, a la espera de vientos judiciales que devuelvan la calma espiritual al convento de las clarisas en el que, desde el 13 de mayo, se han hecho fuertes diez de monjas cismáticas que pelean con toda la munición a su alcance, que no es mucha, pero distrae, contra el comisario pontificio designado por el Papa para deshacer lo que parecía otra fractura en la comunión con el pontificado de Francisco —a quien, dicho sea de paso, le crecen los sedevacantistas "como hongos", en expresión suya—, pero que va camino de convertirse en un sainete al que no le faltará ni la pareja de la Guardia Civil llamando a los portalones para anunciar un desahucio.

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