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La abierta oposición de destacados miembros del PSOE como Alfonso Guerra y José Bono al texto del nuevo Estatuto catalán ha obligado a los máximos dirigentes del PSC a tranquilizar a sus socios en la Generalitat.
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La abierta oposición de destacados miembros del PSOE como Alfonso Guerra y José Bono al texto del nuevo Estatuto catalán ha obligado a los máximos dirigentes del PSC a tranquilizar a sus socios en la Generalitat.

El sprint final del Estatut se está llenando de sobresaltos. A las esperadas objeciones de CiU y PP se han sumado en los últimos días las

El sprint final del Estatut se está llenando de sobresaltos. A las esperadas objeciones de CiU y PP se han sumado en los últimos días las manifestaciones contrarias al mismo de dos destacados miembros del PSOE: el ex vicepresidente del Gobierno Alfonso Guerra -quien, como presidente de la Comisión Constitucional del Congreso, tendrá que dirigir precisamente el trámite parlamentario del texto- y el ministro de Defensa, José Bono.

Dichas declaraciones han obligado a los máximos dirigentes del PSC, con el ministro José Montilla a la cabeza, a tranquilizar a sus socios de gobierno en la Generalitat, ERC e ICV. En los últimos días, el mensaje que les han transmitido, según han reconocido a El Confidencial fuentes de uno de estos partidos, ha sido muy concreto: “No os preocupéis por lo de Guerra, [José Luis Rodríguez] Zapatero cumplirá su promesa y el Estatut saldrá adelante si nos ajustamos a la Constitución”.

Estas fuentes añaden que sus interlocutores socialistas les recalcaron que el “compromiso” del presidente del Gobierno es firme y “casi obligado” por sus deudas políticas con Pasqual Maragall y su partido. “Nos aseguran que Zapatero no ha olvidado que si llegó a la Secretaría General del PSOE fue gracias al apoyo del PSC, después de que los delegados de éste desoyesen los cantos de sirena que les lanzó Bono en el Congreso”, añaden. Ante sus interlocutores, los dirigentes del PSC llegaron a calificar las manifestaciones de Guerra y del ministro de Defensa como “parte del decorado” para restarles importancia.

Las explicaciones de Montilla se producen pocos días antes de que el líder de ERC, Josep Lluís Carod-Rovira, se reúna en el Palacio de La Moncloa con el presidente del Gobierno. En el encuentro, que tendrá lugar mañana viernes, el Estatut será, precisamente, el tema central, según fuentes cercanas al dirigente republicano. Éstas añaden que se trata una buena ocasión para comprobar si las promesas del ministro de Industria y los suyos son ciertas.

De cena para limar flecos

No es ésta, sin embargo, la única negociación sobre el polémico proyecto. El pasado domingo 3 de julio, Montilla, Maragall y el portavoz socialista en el Parlament, Miquel Iceta, cenaran con los dirigentes de ERC Carod-Rovira, Joan Puigcercós y Joan Ridao en un piso de Barcelona para limar varios flecos pendientes del Estatut. Según fuentes conocedoras del encuentro, en dicha reunión ERC aceptó, por ejemplo, sacar del texto el adjetivo “excluyente” al referirse a determinadas competencias para, así, allanar el camino del mismo tanto en Cataluña como en su futuro paso por Madrid.

No ha sido su única concesión. En anteriores reuniones, los republicanos también habían llegado a mostrar a sus socios socialistas su disposición a aceptar algunas enmiendas de carácter técnico al texto durante el trámite del mismo en el Congreso de los Diputados. “No habría problema, siempre que éstas no se refieran a aspectos fundamentales del proyecto”, reconocen a este diario.

Con la promesa de Montilla y los suyos de que el Estatuto Catalán contará finalmente con el apoyo de Moncloa y, por tanto, del PSOE en Madrid, la incógnita que queda por despejar es saber si CiU respaldará finalmente el proyecto en el Parlament. Algunos miembros del Gobierno de Maragall reconocen en privado su convencimiento de que el partido de Artur Mas finalmente dará sus votos al texto, “aunque no lo diga hasta cinco minutos antes del pleno”. Eso se verá el próximo 11 de septiembre, que es la fecha prevista en principio para celebrar el pleno del Parlament.

El sprint final del Estatut se está llenando de sobresaltos. A las esperadas objeciones de CiU y PP se han sumado en los últimos días las manifestaciones contrarias al mismo de dos destacados miembros del PSOE: el ex vicepresidente del Gobierno Alfonso Guerra -quien, como presidente de la Comisión Constitucional del Congreso, tendrá que dirigir precisamente el trámite parlamentario del texto- y el ministro de Defensa, José Bono.