Intereses partidistas frustran una protesta conjunta contra el Papa

Los críticos con la visita del Papa a Barcelona no han podido ponerse de acuerdo para realizar campañas conjuntas de protesta, aunque la concentración del pasado jueves a última hora de la tarde, convocada por el Movimiento Laico y Progresista, fue respaldada por unas 70 organizaciones y colectivos. Las conversaciones que hubo durante las pasadas semanas y parte de ésta no se plasmaron, al final, en una respuesta unitaria. De esta manera, diferentes asociaciones llevarán a la calle su protesta individualmente. “Cada uno pretendía que su estrategia debía tener preferencia”, escenifica a El Confidencial una fuente que participó en varias reuniones.

 

De esta manera, el fin de semana se cerrará con tres grandes acciones de protesta. La primera de ellas es la convocada por la Confederación General del Trabajo (CGT). Este sindicato había convocado una huelga de autobuses como protesta por la visita de Benedicto XVI, pero retiró la propuesta porque la empresa había anunciado su intención de acudir a los tribunales por tratarse de una huelga ilegal, ya que no estaba convocada por motivos laborales. La CGT, consciente de que podía perder el pleito, retiró la convocatoria.

Pero no se quedará de brazos cruzados, ya que ha convocado una concentración de protesta ante la Catedral para hoy sábado a las 3 de la tarde. “Tenemos nuestra propia convocatoria, al margen de que militantes nuestros vayan a acciones de protesta convocadas por otros colectivos -señala a El Confidencial una fuente de la CGT-. Pero queremos dejar patente nuestro rechazo a la visita. Las religiones no son de este tiempo. Sus ritos son arcaicos. La llegada del Papa lo que hace es coartar la libertad de la gente para poder moverse. Es un auténtico abuso de poder. Barcelona está en estos momentos copada y paralizada. Y es increíble que para ir a trabajar a los alrededores de la Sagrada Familia la Policía junte a los trabajadores y los escolte hasta su puesto de trabajo”.

El sindicato ha editado un cartel en el que se ve al Pontífice con un ojo morado, pelo alborotado y sin un diente, además de con una ficha de identificación policial en brazos. “Consideramos que la religión es una traba para conseguir la libertad y, por lo tanto, haremos todo lo que esté en nuestra mano para que el lema Ni Dios, ni amo ni patria sea una realidad”, dice también un comunicado de la central anarquista.

El mismo domingo, mientras el Papa consagra la Sagrada Familia como basílica, el casal feminista Ca La Dona realizará una manifestación en la plaza Universidad bajo el lema Las mujeres no te esperamos. En realidad, Ca La Dona es la plataforma que ha solicitado el permiso, pero el acto es apoyado por diversos colectivos de mujeres para “hacer sentir la voz de las mujeres y feministas por la laicidad, el derecho al propio cuerpo y contra la misoginia de la jerarquía católica”. Para Ca la Dona, lo que quieren hacer público con su protesta es “nuestra apuesta en defensa de la laicidad, un conjunto de valores que comprende la libertad de conciencia, la autonomía del individuo, la separación entre el Estado y las iglesias de cualquier signo, y la búsqueda de la justicia y del bien común de toda la ciudadanía”. Casi a la misma hora, a dos manzanas de distancia, el Ateneo Popular del Eixample, el barrio del centro de Barcelona, ha convocado también una manifestación de protesta bajo el lema Dejémonos de hostias. Las fuerzas de seguridad vigilan también con lupa a los movimientos antisistema por si se deciden a realizar alguna acción espectacular aprovechando la visita del Pontífice.

Morreos a la vista del Papa

El mismo domingo, a las 9 de la mañana, el grupo Queer Kissing Flashmob ha convocado una concentración frente a la catedral y al Arzobispado, donde pernoctará el Pontífice, para que la gente se bese. “Morréate ante el Papa”, invita la propaganda del acto. “Queremos hacer una acción que exprese nuestro descontento pero no desde la violencia, sino desde la pasión, la sensualidad y el amor. Por lo tanto, esperamos que de manera espontanea la multitud frente al Papa se convierta en una multitud dándose morreos entre personas del mismo sexo que durante dos minutos creen un ambiente de picante sensual y divertida rebeldía”. Algunas de las convocatorias que se envían por Internet terminan con un vídeo de la cantante Sinéad O’Connor cuando rompió ante las cámaras una fotografía de Juan Pablo II.

El controvertido cómico Leo Bassi ha sido el último en sumarse a las protestas. Fue él quien clausuró la manifestación del pasado jueves con una performance después de la concentración del Movimiento Laico y Progresista, donde presentaba a Benedicto XVI como payaso. Y ayer volvió a las andadas con otra performance en la plaza de Cataluña. Pero no es que Bassi sea un activista que persigue al Pontífice a donde éste vaya para ridiculizarle. En realidad, ha sido contratado por Blackie Books, que reedita el libro La tournée de Dios, de Enrique Jardiel Poncela. La oportunidad del evento, eso sí, le da pie al cómico italiano para explicar con su ácido humor la visita a Barcelona del representante de Dios en la Tierra.

Quienes no pierden comba tampoco son los vecinos de la Sagrada Familia. La Plataforma AVE pel Litoral (AVE por el Litoral), que se opone a la construcción del túnel del AVE por el subsuelo barcelonés casi debajo del templo, ha colgado ya pancartas de protesta en balcones estratégicos con lemas contra la obra. “Otro trazado es posible” o “No al AVE por el centro de la ciudad” son algunos de los lemas de las pancartas. Y ello para “recordar que los riesgos anunciados siguen ahí”. Entre otros, y a pesar de los informes positivos de los técnicos, los vecinos denuncian que pueden provocarse efectos como “el incremento del nivel freático, la interrupción de las rieras naturales [los regatos subterráneos que fluyen desde la montaña del Tibidabo hacia el mar y cuyo curso podría quedar interrumpido con el túnel], los reasientos del terreno (subsidencia), posibles vibraciones al paso de más de un centenar de trenes, etcétera”.