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Nueva traición de Mascarell: el PSC contaba con él para retener la alcaldía de Barcelona
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LOS SOCIALISTAS QUERÍAN UNAS PRIMARIAS PARA DESBANCAR A HEREU

Nueva traición de Mascarell: el PSC contaba con él para retener la alcaldía de Barcelona

Triple carambola de Artur Mas, el nuevo presidente de la Generalitat de Cataluña. El máximo líder convergente se ha revelado como un estratega fino, que sabía

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Nueva traición de Mascarell: el PSC contaba con él para retener la alcaldía de Barcelona

Con ello, Artur Mas hacía una triple carambola. Primero, porque cumplía su promesa electoral de incorporar al Ejecutivo a personas no sólo independientes, sino que estuviesen en otros partidos. Segundo, porque con ello infligía un duro golpe a la imagen de su ancestral rival, el PSC. Y tercero, porque dinamitaba, al mismo tiempo, la estrategia de los socialistas catalanes para retener la alcaldía de Barcelona en las próximas elecciones municipales.

El último punto es el que ha levantado las iras tanto de los dirigentes como de las bases del PSC. Si en algo coinciden la mayoría de miembros del partido es en que Mascarell, a día de hoy, es un “traidor”. Un miembro de la dirección señala a El Confidencial que “sabíamos que Mas había tonteado durante tiempo con Mascarell, pero no esperábamos que éste aceptase ser consejero. Es más, comprendíamos que se dejase querer para revalorizar su valía y que finalmente diría que no, pero nos ha traicionado a todos”.

Esta fuente destaca que “no se puede comprender cómo puede formar parte de un Gobierno cuyas tesis están en contraposición con el hecho cultural del PSC. No es lo mismo realizar una política clientelar, como la que tendrá que llevar a cabo, que buscar complicidades en un Gobierno progresista, ayudar a los sectores emergentes o impulsar lo que llamamos la cultureta más progre”.

Unas primarias en ciernes

Pero el tema se agrava al hablar de la batalla de Barcelona. El actual alcalde, Jordi Hereu, ha de aplicarse mucho para levantar su imagen. Las últimas encuestas, además, le dan la alcaldía a su principal rival, el convergente Xavier Trias. El PSC había pensado en su sustitución y quería una personalidad de peso para relevarlo como cabeza de lista. Viendo la que se avecinaba, Hereu se atrincheró en la corporación local y en la Federación de Barcelona para postularse como el candidato oficialista, aprovechando el varapalo de las autonómicas y la supuesta debilidad de la dirección del PSC. Es más, sabía que Ferran Mascarell podía ser quien le descabalgase de ese caballo e incluso llegó a ofrecerle ser su segundo.

En la dirección del partido, según manifestaron algunas fuentes a este diario, ya se había previsto la posibilidad de forzar unas elecciones primarias en Barcelona para elegir al candidato a las municipales. Y Mascarell era el candidato idóneo para plantar cara a Xavier Trias y alejar la posibilidad de perder un consistorio que ha estado en las mismas manos desde 1979. Las encuestas de que dispone CiU apuntan a que su candidato podría obtener entre 17 y 19 concejales (la mayoría absoluta está en 21) frente a los 12 que tiene en la actualidad, mientras que el PSC bajaría en intención de voto y se quedaría con 10 u 11 ediles en vez de los 14 actuales.

En las filas convergentes, están convencidos de que si Hereu no repite y alguien de la talla de Mascarell coge las riendas, Trias no lo tendría tan claro para ser alcalde. De todos modos, subrayan que “la oferta de Artur Mas a Mascarell no fue realizada en absoluto en clave municipal, sino porque es una persona muy bien conectada y considerada dentro del mundo cultural catalán”.

Con ello, Artur Mas hacía una triple carambola. Primero, porque cumplía su promesa electoral de incorporar al Ejecutivo a personas no sólo independientes, sino que estuviesen en otros partidos. Segundo, porque con ello infligía un duro golpe a la imagen de su ancestral rival, el PSC. Y tercero, porque dinamitaba, al mismo tiempo, la estrategia de los socialistas catalanes para retener la alcaldía de Barcelona en las próximas elecciones municipales.

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