La CUP baja el listón para el pleno de este jueves y da oxígeno al pacto ERC-JxCAT
Esta marcha atrás de la CUP se debe a la presión del Gobierno de Mariano Rajoy, ya que los Servicios Jurídicos del Estado están estudiando la responsabilidad de la Mesa del Parlament
La CUP, siempre la CUP. Los anticapitalistas catalanes han evitado este miércoles dinamitar el pacto alcanzado por ERC y JxCAT en el que habría un entorno autonomista en Cataluña —Jordi Turull— y otro internacionalista en Bruselas —Carles Puigdemont, como presidente del Consell de la República—. La CUP por ahora compra. Ha rebajado el nivel de exigencia y la propuesta de resolución que se votará este jueves deberá incluir una referencia vaga a la declaración de independencia, pero en ningún caso una revalidación de la DUI.
Con sus cuatro diputados, Carles Riera, líder de la CUP en el Parlament, no ha querido asumir la responsabilidad de hacer saltar por los aires un pacto que ha costado semanas forjar. En una reunión en el Parlament con JxCAT la tarde de este miércoles, la CUP ha rebajado sus expectativas y se ha pactado una fórmula de consenso.
Esta marcha atrás de la CUP se debe en buena parte a la presión del Gobierno de Mariano Rajoy. Los Servicios Jurídicos del Estado están estudiando las responsabilidades en que pudieran incurrir los miembros de la Mesa del Parlament de Cataluña si al final admiten a trámite las enmiendas de la CUP, una iniciativa que se considera ilegal y contraria a la Constitución y al Estatuto de Cataluña.
Por tanto, en caso de que se aprobara una resolución que diera un nuevo espaldarazo a la DUI, se prevé que el Tribunal Constitucional volvería a recurrirla. Y eso colocaría a la Mesa, de nuevo, en un marco de ilegalidad.
JxCAT quiere dos cosas de los anticapitalistas: que este jueves voten la propuesta de resolución que legitime la figura de Puigdemont y que el lunes viajen a Bruselas para crear el Espacio Libre de Bruselas, con una Asamblea de Representantes que nombre a Puigdemont presidente del Consell de la República. No tiene valor jurídico alguno, pero Puigdemont aspira a esa legitimidad, pese a que la misma no pasaría más allá del simbolismo.
Fuentes de la CUP apuntan a que la estructura internacional con la que JxCAT quiere arropar a Puigdemont no es lo que molesta a los anticapitalistas. Lo que les inquieta es el tufillo autonomista que desprende la presidencia efectiva de Jordi Turull en Cataluña. El pacto de ERC con JxCAT carece de hoja de ruta. Habrá Govern, se han repartido las carteras pero no se sabe lo que va a hacer. No hay programa de gobierno, más allá de gestionar el día a día y levantar el 155. Autonomismo puro. Demasiado conservador para lo que el votante de la CUP puede soportar.
Riesgo para Riera
Transigir este jueves le puede resultar caro a Riera. El próximo sábado se reunirá el consejo político de la CUP y votará el pacto para investir al encarcelado Jordi Sànchez para que al final el presidente de la Generalitat acabe siendo Jordi Turull. Con estos mimbres, el principal riesgo para Carles Riera es que el Consell Polític vote en contra y el grupo parlamentario de los antisistema se encuentre desautorizado. Eso dinamitaría el acuerdo de JxCAT y ERC, ya que después Riera no podría votar la investidura del candidato que surgiese de las negociaciones.
Puigdemont y otros tres diputados decidieron retener sus actas pese a sus problemas legales, y eso ha dado alas a la CUP
En el entorno de ERC ya se habrá de retrasar el viaje de los diputados independentistas a Bruselas para este lunes. Ganar tiempo para garantizar el apoyo de los 'cupaires'.
Pocos pero valiosos
Los diputados de la CUP son pocos. Pero pueden explotar su posición de fuerza gracias a las decisiones que tomaron los otros partidos independentistas. La CUP cuenta con cuatro diputados en el Parlament. Los mismos que perdieron ERC y JxCAT al decidir que Puigdemont, Oriol Junqueras, Jordi Sànchez y Toni Comín no renunciaban a su acta de diputado. No han renunciado, pero tampoco pueden votar este jueves. Así que la CUP puede tener pocos escaños, pero son vitales para sacar adelante la propuesta de resolución y, también, la legislatura entera.
Por tanto, el dilema para JxCAT y ERC es el siguiente: o la CUP o elecciones. Y la CUP vuelve a jugar a lo que jugó la pasada legislatura, a empujar a los diputados independentistas hacia las puertas de la cárcel.
La CUP, siempre la CUP. Los anticapitalistas catalanes han evitado este miércoles dinamitar el pacto alcanzado por ERC y JxCAT en el que habría un entorno autonomista en Cataluña —Jordi Turull— y otro internacionalista en Bruselas —Carles Puigdemont, como presidente del Consell de la República—. La CUP por ahora compra. Ha rebajado el nivel de exigencia y la propuesta de resolución que se votará este jueves deberá incluir una referencia vaga a la declaración de independencia, pero en ningún caso una revalidación de la DUI.
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