Es noticia
Torra prepara un Govern de choque y sin gestores para su hoja de ruta rupturista
  1. España
  2. Cataluña
la prioridad, la gasolina ideológica

Torra prepara un Govern de choque y sin gestores para su hoja de ruta rupturista

Solo el favorito para la vicepresidencia, el republicano Pere Aragonès, tiene un perfil tecnócrata. En el resto prima el músculo ideológico antes que el cerebro para gestionar

Foto: El presidente de la Generalitat, Quim Torra, sale del edificio del Parlament ante la formación de gala de los Mossos d'Esquadra. (EFE)
El presidente de la Generalitat, Quim Torra, sale del edificio del Parlament ante la formación de gala de los Mossos d'Esquadra. (EFE)

El nuevo presidente de la Generalitat, Quim Torra, prepara un Gobierno de choque, ideológico. La prioridad no es la gestión, sino la ideología. Será un Govern para plantar cara al Gobierno español y que quiere aplicar a rajatabla la hoja de ruta rupturista que marcan no solo Puigdemont desde Alemania sino también la Asamblea Nacional Catalana (ANC). Se trata de estirar al máximo la cuerda. Y, si se rompe, echar la culpa a 'los otros'.

El mismo Torra dijo en su discurso de investidura que el suyo es un Gobierno provisional, por lo que implícitamente dejó ‘aparcado’ el tema de la gestión. Se trata de marcar perfil independentista frente a Madrid. Su gabinete se centrará en la cuestión ideológica e identitaria, fiel a la trayectoria supremacista intelectual del nuevo ‘president’. Será un Govern con mucho músculo, pero con poco 'cerebro' para gestionar.

Torra visitará a los independentistas presos este viernes

En el nuevo gabinete habrá antiguos consejeros, encarcelados o huidos, y habrá nombres nuevos que aportan, sustancialmente, gasolina ideológica al ‘procés’. Uno de los pocos consejeros que tienen un perfil de gestión es el que posiblemente será vicepresidente y consejero de Economía, Pere Aragonès, que ya era secretario de Economía en el anterior Govern de Puigdemont. Su perfil tecnócrata es una 'rara avis' en un gabinete que se caracteriza por primar lo racial y lo ideológico sobre lo administrativo y el plus de labor pública que debe tener cualquier Gobierno. En total, se rumorea que puede haber 14 departamentos, repartidos a partes iguales entre ERC y Junts per Catalunya (JxCAT). De ese modo, las huestes de Puigdemont tendrían un miembro más, al contar también con la presidencia.

La vigilante de Puigdemont en el Govern será Elsa Artadi, líder del grupo parlamentario de JxCAT y persona de confianza de Puigdemont. Ella podría asumir la cartera de Empresa y Conocimiento, además de ser la portavoz del Govern. Artadi se convierte, de ese modo, en la cara pública de la Generalitat. En cambio, la Consejería de Presidencia se dejaría, a modo simbólico, en manos de Jordi Turull, actualmente encarcelado, mientras que la de Territorio volvería a manos de otro preso, Josep Rull.

Un talibán al frente de los Mossos

En las quinielas se sitúa también a Miquel Buch como el nuevo consejero de Interior. Buch, expresidente de la Asociación Catalana de Municipios (ACM), es uno de los talibanes de Convergència, el núcleo duro del partido que siempre batalló por llevar a CDC hacia la senda rupturista. Fue alcalde de Premià de Mar y proviene de las Juventudes de Convergència, lo que le confiere un cierto pedigrí soberanista. Pero su peso le vino conferido por el hecho de que, desde 2012, cuando fue nombrado presidente de la ACM, llevó a esta asociación a participar en todas las movilizaciones encabezadas por la ANC y Òmnium Cultural. Con su nombramiento, la confrontación está servida: cuando tuvo que ir a declarar por el papel de la ACM, llevó simbólicamente un piolín, un gesto despectivo que, en su nuevo cargo, le puede pasar factura, por el enfrentamiento que eso supone con los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado. Si finalmente accede a la cartera de Interior, la tensión estará servida.

Foto: El mayor de los Mossos Josep Lluis Trapero, a su llegada en abril a la Audiencia Nacional para ser procesado por sedición y organización criminal por el 1-O. (EFE)

Los posconvergentes barajan también los nombres de Jordi Puigneró para Gobernación y de Lluís Puig (fugado en Bruselas) o Laura Borràs para Cultura. Borràs es la compañera de despacho (la ‘War Room’ o Sala de la Guerra) de Quim Torra en el Parlament. Uno de sus mayores méritos, aparte de compartir despacho con Torra, es la tensión creada en el Parlament, donde, junto a otra diputada convergente, se dedicaba a insultar a voz en grito a los empleados o trabajadores de los grupos soberanistas que osaban hablar con alguien de las filas constitucionalistas. Puigneró, por su parte, era secretario de Telecomunicaciones y fue el alto cargo de la Generalitat que dio plantón a Felipe VI en la recepción del último salón MWC celebrado en Barcelona. Sobre sus hombros descansaba la responsabilidad última de crear el embrión de los futuros servicios de inteligencia catalanes. Por eso, está siendo investigado por un juzgado de Barcelona.

El resto de consejerías pasaría a depender de ERC. Para Exteriores, que jugará un importante papel en el futuro, dada la intención de reabrir ‘embajadas’ y de impulsar una gran campaña internacional a favor de la independencia, suenan varios nombres: desde Raül Romeva, el anterior consejero, actualmente encarcelado, hasta Marina Falcó o el eurodiputado Jordi Solé.

Foto: El recién elegido presidente de la Generalitat de Cataluña, Quim Torra, en una rueda de prensa ayer junto a Carles Puigdemont. (EFE)

Esquerra pondrá a tres consejeros más en el gabinete: Ester Capella en Justicia, Teresa Jordà en Agricultura y Chakir El Homrani en Asuntos Sociales. Queda en el aire aún quién se encargará de Sanidad, cartera para la que suenan los nombres del fugado en Bruselas Toni Comín (tránsfuga de los socialistas a ERC), el republicano David Elvira o Joan Ignasi Elena, otro escindido del PSC que formó el pequeño partido Avancem, unido a las filas soberanistas. Para Enseñanza, tradicionalmente también en manos de ERC, suenan Mònica Palacín y Josep Bargalló, que en el primer Tripartito ya ocupó brevemente esta consejería antes de sustituir a Josep Lluís Carod-Rovira y ser nombrado ‘conseller en cap’ (consejero jefe), como el hombre fuerte de ERC en el Govern.

Foto: El recién elegido presidente de la Generalitat de Cataluña, Quim Torra, se reúne con Puigdemont en Berlín. (EFE) Opinión

Campaña de los CDR

Desde los círculos radicales se sigue con lupa la formación del Gobierno de Quim Torra. Los comités de defensa de la república (CDR) pondrán en marcha una campaña de apoyo a los posicionamientos rupturistas que pueda tener el nuevo gabinete. Esta campaña llevará por lema ‘Y, a pesar de todo, decidimos ser’.

En una comunicación de los comités a sus militantes, se recuerda: “Llevamos meses de criminalización: artículos y reportajes; citaciones y detenciones, con toda clase de medios y contra numerosos comités (…) No olvidamos ni un solo día a los presos y las presas políticas, a las personas exiliadas y a las decenas y decenas de encausadas (…) No olvidamos las acusaciones de violencia por expresarnos pacíficamente en las calles, las imputaciones de exaltación de odio por hablar de democracia en las aulas. No olvidamos el asedio policial y judicial contra políticos, periodistas, bomberos, docentes y camisetas y lazos amarillos (…) A pesar de todo, seguimos avanzando y estamos aquí (…) Sin jefes ni directrices (…) Es la consolidación de un pueblo digno, rebelde, alegre y combativo (…) Porque hemos perdido el miedo y nada nos para. Avanzamos”.

El nuevo presidente de la Generalitat, Quim Torra, prepara un Gobierno de choque, ideológico. La prioridad no es la gestión, sino la ideología. Será un Govern para plantar cara al Gobierno español y que quiere aplicar a rajatabla la hoja de ruta rupturista que marcan no solo Puigdemont desde Alemania sino también la Asamblea Nacional Catalana (ANC). Se trata de estirar al máximo la cuerda. Y, si se rompe, echar la culpa a 'los otros'.

Quim Torra
El redactor recomienda