Raül Romeva lanza un mensaje de "libertad" tras su condena: "Su miedo somos nosotros"

Aplausos y celebraciones frenta a manifestaciones y protestas. Esta mañana el Tribunal Supremo ha anunciado las sentencias contra los presos independentistas por el 'procés' soberanista catalán del 1 de octubre, con penas de entre nueve y 13 años de cárcel para la mayoría de ellos. El 'exconseller' de Exteriores acusado, Raül Romeva, condenado a 12 años de cárcel y a otros tantos de inhabilitación por los delitos de sedición y malversación, ha querido enviar un mensaje de "esperanza y libertad" tras conocer su sentencia. "Hace meses que nos sentenciaron preventivamente. Hoy, a los presos y presas políticos nos utilizan para cronificar problemas políticos", arranca el que fuera responsable de Exteriores en Cataluña.

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"Quieren sentenciar a todo un movimiento, pero se equivocan", ha continuado. Romeva ha señalado que se trata de una "prisión injusta" pero que es una "herramienta política que, combinada con la firmeza de la ciudadanía", determinará aún más a los independentistas en "esta lucha por los derechos colectivos".

"Reivindiquémonos, seamos conscientes de nuestras fortalezas. La primera de todas, un objetivo noble: la libertad desde la radicalidad democrática y el civismo", ha seguido en su mensaje. Asimismo, Raül Romeva ha apuntado que "ninguna sentencia cambiará" sus aspiraciones políticas ni las de "millones de ciudadanos", ni la que recientemente ha anunciado el Tribunal Supremo ni ninguna que venga en el futuro. "No dejaremos de insistir, de ir, de aprender". "Porque tan claro tenemos que el camino y la mirada serán largos, como que su miedo somos nosotros", ha escrito, antes de defender que los independentistas se mantengan "en pie, combativos y dignos".

El texto ha sido publicado desde el perfil de Twitter del 'exconseller' tras conocer la condena que lo inhabilita de manera absoluta y lo envía doce años a prisión por los delitos de sedición en concurso medial y de malversación. En la sentencia, el Tribunal rechaza el delito de rebelión por el que le acusaba l aFiscalía y se decanta por el de sedición que recogía la Abogacía del Estado y que prevé penas más bajas.