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Puigdemont trastoca los planes de Moncloa para el arranque de curso de la legislatura
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El atraso de las catalanas daña a Sánchez

Puigdemont trastoca los planes de Moncloa para el arranque de curso de la legislatura

El Gobierno necesita sacar adelante los Presupuestos y no se podrá contar para ello con ERC, que estará enfrascada en su lucha con JxCAT para imponerse en las urnas en Cataluña

Foto: El expresidente de la Generalitat Carles Puigdemont. (Reuters)
El expresidente de la Generalitat Carles Puigdemont. (Reuters)

Carles Puigdemont ha alterado todos los planes que tenía Pedro Sánchez para el reinicio del curso esta legislatura. Todo pintaba bien: se había cerrado un acuerdo con la UE, iban a llegar los fondos de la Comisión Europea y se iban a hacer unos Presupuestos para no seguir dependiendo de las cuentas de Cristóbal Montoro. Ahora, el retraso de las catalanas hasta febrero deja fuera de juego a ERC y sus 13 diputados y convierte las intenciones presupuestarias de Sánchez en papel mojado a menos que Cs o el PP se sumen. Y el resto de socios, como Compromís o PNV, no quieren un acuerdo parlamentario de alto espectro.

Seguir con los Presupuestos prorrogados con el PIB cayendo un 22% a causa del coronavirus se parece mucho a un suicidio económico del que ningún gobernante podría salir indemne. ERC ya se había excluido por la retirada del tercer grado a Oriol Junqueras, pero ahora, literalmente, los republicanos no tendrán opción, según apuntan fuentes de este partido.

La intención de JxCAT es, por un lado, culpar a España de toda la crisis que provoque el coronavirus en Cataluña. Y la maltrecha situación de la monarquía no ayuda.

Foto: El 'expresident' Carles Puigdemont, por videoconferencia con el 'president', Quim Torra. (EFE)

Para ERC, la nueva postura de Puigdemont es un caramelo envenenado. Tendrá la presidencia de la Generalitat, pero mermada de funciones, y sus 13 diputados en el Congreso no pintarían nada. Solo podrían votar en contra de los Presupuestos de Pedro Sánchez, por cierto, lo mismo que hará JxCAT, pero también Vox y el PP.

En los planes que trazan en Waterloo, la jugada es perfecta. Se desestabiliza el Gobierno de España y en los dos meses que el Parlament tendrá que reunirse para escoger un nuevo 'president' se podrá escenificar que no hay un nuevo presidente catalán independentista por culpa de ERC, que además estará ocupando la presidencia en funciones, ya que Pere Aragonès ahora es el vicepresidente. ERC lleva meses pidiendo elecciones, porque ve justo lo mismo que Puigdemont: que retrasarlas les perjudica.

Además de culpar a los republicanos, JxCAT también quiere acusar al Tribunal Supremo de la inhabilitación de Torra. La clave es explicar que no es que ellos renuncien a convocar elecciones, sino que Torra es inhabilitado en lo que denominan “un 155 judicial”. El recurso que se presentó ayer tiene sentido, sobre todo para apuntalar esta peculiar versión de los hechos.

ERC tiene dos cartas para jugar: o sigue el juego a Puigdemont para que no la acusen de traidora o se implica en la gestión por el covid-19

Este es el territorio político en el que JxCAT se siente cómodo: el bloqueo. Un Gobierno central sin Presupuestos y una Generalitat que también se quedará sin cuentas, ya que aunque Pere Aragonès nombre un nuevo 'conseller' de Economía, difícilmente podrá aprobar unas cuentas públicas que le pueden obligar a recortes, a subidas de impuestos o a las dos cosas. Los comunes difícilmente jugarían a ese juego.

Ventana de oportunidad

Pero algunas fuentes cercanas al PSC también apuntan que puede ser una oportunidad si ERC y Pere Aragonès encuentran espacio de maniobra. La clave es que no sigan la pista que marca Puigdemont. Si recorren esta senda, estarán muertos. Si se dedican a gobernar, tienen una carta en un momento que buena parte de la ciudadanía vive como una emergencia nacional: miles de muertos, una pandemia que impide la vida normal y una economía en una crisis sin precedentes. En una situación así, sería más importante que nunca que hubiese un Gobierno y no renunciar al mismo, tal y como pretenden hacer en JxCAT.

Foto: El expresidente de la Generalitat, Carles Puigdemont, junto a otras figuras del independentismo. (EFE)

Además, algunas fuentes parlamentarias de Madrid apuntan que a Pedro Sánchez le quedará la carta de que Bildu se abstenga y que el PNV y resto de formaciones que respaldaron la moción de censura a Rajoy acaben votando los Presupuestos con Cs, algo que ahora puede parecer difícil pero que es posible aritméticamente. Además, el mejor Pedro Sánchez siempre se ve en las situaciones políticas más endiabladas. En caso de conseguirlo, ERC volvería a ser marginal en Madrid. Ya pasó en mayo con el estado de alarma. En ese sentido, los republicanos de Gabriel Rufián ya le han visto las orejas al lobo.

Cataluña, en el centro

La pandemia ha hecho que el problema catalán pase a un segundo plano en la agenda de los medios de comunicación. Pero sigue ahí latente. Dos millones de catalanes quieren romper con España y votan en ese sentido, aunque lo hagan a tres partidos diferentes. El problema sigue ahí. Es la gran cuestión irresoluta de la política española.

Carles Puigdemont ha alterado todos los planes que tenía Pedro Sánchez para el reinicio del curso esta legislatura. Todo pintaba bien: se había cerrado un acuerdo con la UE, iban a llegar los fondos de la Comisión Europea y se iban a hacer unos Presupuestos para no seguir dependiendo de las cuentas de Cristóbal Montoro. Ahora, el retraso de las catalanas hasta febrero deja fuera de juego a ERC y sus 13 diputados y convierte las intenciones presupuestarias de Sánchez en papel mojado a menos que Cs o el PP se sumen. Y el resto de socios, como Compromís o PNV, no quieren un acuerdo parlamentario de alto espectro.

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