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Aragonès se acerca al nuevo referéndum de la CUP como modo de salvar sus presupuestos
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Hacia un fin de semana de infarto

Aragonès se acerca al nuevo referéndum de la CUP como modo de salvar sus presupuestos

El fin de semana, las asambleas de los anticapitalistas vuelven a deliberar. JxCAT los califica de socio preferente y así lo dejaron claro en una reunión en el Parlament este jueves

Foto: El presidente de la Generalitat, Pere Aragonès. (EFE/Quique García)
El presidente de la Generalitat, Pere Aragonès. (EFE/Quique García)

Último intento de Pere Aragonès de confluir con la CUP y salvar los presupuestos de la Generalitat para 2022. Fuentes de ERC explican que hoy la Generalitat trasladará una propuesta a la CUP que se aproxima a su idea de un nuevo referéndum en Cataluña, recogiendo la idea de una comisión que prepare una nueva consulta unilateral. Sin embargo, Aragonès se niega a fijar un fecha, mientras que la CUP pretende que sea en 2023, coincidiendo, en teoría, con el referéndum sobre la independencia de Escocia, aunque en realidad no está claro que los escoceses vayan a llevar a cabo una consulta ese año.

El nuevo grupo integraría a miembros de ERC, JxCAT y la CUP, pero no del Ejecutivo. Y se reuniría a la vez que se iría celebrando la mesa de diálogo, donde sí participarían el propio Aragonès y 'consellers' de la Generalitat. El principal problema radicaría en que JxCAT podría negarse a participar, ya que en esta formación consideran que del 1-O emana un mandato democrático que no puede ser cuestionado por una reedición de una nueva consulta que sería tan unilateral como la que tuvo lugar en 2017. La presidenta del Parlament, Laura Borràs, sería la representante más significativa de esta corriente dentro del partido.

Foto: El presidente de la Generalitat, Pere Aragonés. (EFE/Andreu Dalmau)

Conscientes de la fragilidad de todo, en ERC han sacado a Marta Rovira, que es como sacar a la virgen de procesión para que llueva. Sabedores de que el precio del sí a las cuentas será político porque presupuestariamente ya se lo han dado todo, Marta Rovira ha propuesto en una entrevista a 'NacióDigital' constituir un grupo de trabajo para avanzar en el proceso de autodeterminación y en el “embate con el Estado”. No es la fecha que están exigiendo los 'cupaires', pero supone un avance, que además, como lo hace Rovira desde Ginebra, no compromete a la Generalitat. Lo mismo que la constitución de una comisión de seguimiento para tutelar la mesa de diálogo. La CUP no ha respondido a ninguna de estas propuestas todavía, ya que la entrevista no se ha publicado aún en formato íntegro.

En la práctica, la Generalitat estaría alimentando en paralelo un plan B por si fallaba el plan A, por si la mesa de diálogo nunca fuese a dar luz verde a una consulta legal y acordada con el Gobierno español. Está por ver si la existencia de esta dinámica debilitaría la credibilidad del lado catalán en la mesa de diálogo. Esta oferta de Aragonès busca que el lunes por la mañana, final de plazo para ello, la CUP retire la enmienda a la totalidad a los presupuestos.

La dirección de la CUP quiere apoyar los presupuestos de la Generalitat para 2022 que ha preparado el 'conseller' de Economía, Jaume Giró. Pero Carles Riera y los suyos también comprenden que sus bases desean tumbarlos, no tanto por una cuestión racional, sino para compensar la frustración de unos años en que se trabajó mucho por una independencia que luego en octubre de 2017 la clase política no supo defender. Así que la CUP se ha convertido en este momento en los anticapitalistas de Schrödinger: a la vez optan por salvar las cuentas y por oponerse a ellas. Por eso han registrado una enmienda a la totalidad que bloquearía la tramitación, pero realmente nadie sabe qué votarán el próximo jueves.

Pere Aragonès tampoco sabe qué pasará. Por eso ha abierto conversaciones con los comunes, que encabeza Jèssica Albiach. En este momento, la Generalitat negocia en paralelo con En Comú y con la CUP, cumpliendo la máxima de Giró, “o presupuestos o presupuestos”. A los anticapitalistas se les ha dado todo y se les ha ofrecido más, pero ante las dudas el Govern quiere asegurarse la aprobación. El problema es que JxCAT no avala ese acercamiento con los morados. Prefieren de socio a los anticapitalistas pese a ser más de izquierdas que los Comunes, ya que así se garantizaría la mayoría soberanista en la Cámara catalana, que en cambio se rompe con los de Colau. Cosas simbólicas. Las conversaciones están más avanzadas con los comunes, pero Aragonès sigue prefiriendo a la CUP.

Está previsto que Aragonès envíe hoy a la CUP esta nueva propuesta, que no incluirá el grado de concreción sobre el 'procés' que quería la CUP, pero se complementará también con las mejoras de vivienda que exige la extrema izquierda y que implican elevar la inversión en vivienda hasta los 1.000 millones.

Lo que no es simbólico es el resultado de las deliberaciones en las asambleas de la CUP: 462 votos de 11 organizaciones que lo integran. De media, han participado unas 40 personas por colectivo. Una implicación muy, muy baja para un marca política cuyo motor es la movilización callejera. No solo eso. La formación cuenta con 335 regidores en toda Cataluña. Entre sus representantes municipales, sus diputados y sus asesores, prácticamente solo han votado los que perciben un salario o de las administraciones o del partido. Y ese es el temor de la dirección, que sus bases hayan desconectado de la actuación que están desplegando sus cargos.

JxCAT entra en juego

Consciente de que están perdiendo el foco, y en un intento de arrinconar a los comunes, JxCAT ha entrado en juego. Ayer por la tarde se reunieron en el Parlament Elsa Artadi, Jordi Turull y Jordi Sànchez con los diputados Eulàlia Reguant, Dolors Sabater, Carles Riera y Montserrat Vinyets, por parte de la CUP.

Entre sus nuevas peticiones, la CUP aspira a subir el tramo catalán del IRPF

Una reunión sin Aragonès y sin Giró a estas alturas vale poco. Pero sirve para que Junts no pierda visibilidad mediática en un momento clave de la legislatura. Es muy posible que estos sean los únicos presupuestos que apruebe Aragonès durante su primer mandato. La negociación crítica será este fin de semana para intentar llegar a un acuerdo el lunes y que se retire la enmienda a la totalidad. En lo político, fin de semana de infarto.

Foto: La diputada de la CUP Eulàlia Reguant. (EFE)

Las nuevas pretensiones de la CUP: subida del tramo autonómico del IRPF a rentas medias y altas, 1.000 millones de euros en políticas de vivienda y una fecha para el nuevo referéndum. Esto último es lo más problemático para Aragonès y su Ejecutivo. Nada de esto justificaría el veto a unas cuentas de las que ya se ha caído el casino del Hard Rock Café en Salou, en que se retrasa la candidatura de los Juegos Olímpicos de Invierno, se cambian los protocolos de los Mossos o la internalización de los servicios del 061 y del 112. Las nuevas exigencias tienen poco sentido, más allá de incrementar la apuesta. Es el caso de las subidas de impuestos, carente de toda lógica un año en que llega un manguerazo de dinero desde Europa sin precedentes vía los fondos Next Generation.

Nuevas asambleas

La Coordinadora Abierta Parlamentaria (COP) agrupa a diputados y representantes de las 11 formaciones que confluyen en la CUP. La COP se reúne hoy viernes para valorar el estado de las negociaciones con la Generalitat y decidir de nuevo cómo trasladar la pregunta a las bases, que deberían decidir antes del lunes, cuando además se estará juzgando a Pau Juvillà, que se negó a retirar lazos amarillos en el Ayuntamiento de Lleida.

La partida sigue. Algunas fuentes apuntan que la intención es alargarla lo máximo posible: hasta el 22 de diciembre. Que nadie sepa si hay un gato o no en la caja. Para eso, una solución sería no votar el jueves a favor de la enmienda a la totalidad que la propia CUP ha presentado, permitir la negociación y así seguir conversando durante un mes más.

Último intento de Pere Aragonès de confluir con la CUP y salvar los presupuestos de la Generalitat para 2022. Fuentes de ERC explican que hoy la Generalitat trasladará una propuesta a la CUP que se aproxima a su idea de un nuevo referéndum en Cataluña, recogiendo la idea de una comisión que prepare una nueva consulta unilateral. Sin embargo, Aragonès se niega a fijar un fecha, mientras que la CUP pretende que sea en 2023, coincidiendo, en teoría, con el referéndum sobre la independencia de Escocia, aunque en realidad no está claro que los escoceses vayan a llevar a cabo una consulta ese año.

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