Sentencia firme: anulan las elecciones a las cámaras de Comercio que ganaron los independentistas

Las aguas bajan revueltas en la Cámara de Comercio de Barcelona. La cúpula independentista de la entidad que encabeza Mònica Roca convocó un pleno para este miércoles por la tarde con la intención de desalojar de la institución a las tradicionales empresas que tienen representación fija en la institución debido a las aportaciones monetarias que hacen (y que coinciden con las firmas que no se alinean con el independentismo) y para aprobar una resolución de apoyo al Consell per la República, a Carles Puigdemont y a la ‘Asamblea de Representantes’.

Pero la fiesta se le puede aguar, porque el Tribunal Superior de Justicia de Cataluña acaba de dictar un auto en el que declara ya firme la sentencia que anulaba el proceso electoral de las últimas elecciones que ganaron los independentistas. Este auto, que ya fue revisado por el Supremo y recurrido por la Generalitat, no admite el recurso de casación de esta última institución a la sentencia que anulaba las elecciones de 2019. Tras esos comicios, la empresa Staff Pavillon presentó una demanda que ahora acaba de tener un resultado demoledor para los intereses independentistas. La sentencia lleva fecha de 28 de junio de 2022.

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El proceso para celebrar las elecciones a la Cámara de Comercio en 2019 fue orquestado por la Generalitat dictando normas ‘ad hoc’ para que ganase el independentismo. La entonces consejera de Empresa, Àngels Chacón, dictó un decreto convocando elecciones con carácter de urgencia (cuando esa premura no era necesaria) e impuso el recuento digital de votos, en el que se anularon miles de votos en una acción que fue fundamental para dar la victoria a la candidatura de Eines de País, que promocionaba la Asamblea Nacional Catalana (ANC). En 2020, el TSJC ya dictó una primera sentencia anulando el decreto 175/2018, que fue el dictado por Chacón, y dictaminó que la Generalitat omitió el trámite de participación ciudadana en un proceso opaco y limitando los derechos de participación. Hubo recurso de casación ante el Supremo, que no fue admitido y ahora se difumina el último cartucho legal.

Al margen, hay otras dos sentencias que explican cómo se hizo trampa en las elecciones para que los independentistas ganaran. Del relato de los hechos se desprende que hubo un enorme pucherazo que dio la victoria, por solo un puñado de votos, a la lista soberanista, puesto que, con el beneplácito del Govern (que entonces presidía Quim Torra), se anularon arbitrariamente los votos que hubieran dado la victoria a las candidaturas no independentistas.

Un manifiesto político

En su deriva política, la Cámara había previsto para este miércoles otro golpe de efecto: expulsar de los órganos de gobierno a las empresas que tienen asiento reservado porque son las que sostienen la institución económicamente, y firmar un manifiesto político. “En la defensa de este objetivo común —contar con un Estado propio—, trabajamos desde distintos ámbitos instituciones, administraciones, universidades, agentes sociales, asociaciones, clubs deportivos, empresas y ciudadanía. De ente todas ellas, hoy la Cámara de Comercio de Barcelona expresa el reconocimiento merecido al Consejo por la República —con el MHP Puigdemont al frente— por su apreciada tarea dirigida a alcanzar aquel objetivo, tan necesario como urgente para el tejido productivo de nuestro país, y a su Asamblea de Representantes, constituida recientemente en la Cataluña Norte, como órgano legítimo de representación”, dice el manifiesto de la cúpula.

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No deja de ser paradójico que una institución de esta naturaleza se alinee con una entidad que no tiene reconocimiento oficial, que está formada solo por extremistas soberanistas de una ideología y que es a la vez denostada por los independentistas de otro cariz político. La alusión a Carles Puigdemont no es tampoco casual, pues el anterior presidente de la Cámara, Joan Canadell, es hoy diputado en su formación, JxCat. Y es todavía más peligrosa la alusión a la ‘Asamblea de Representantes’, un órgano unicolor, sin legitimidad alguna, formada únicamente por independentistas y que pretende convertirse en un ‘Parlament’ paralelo que dicte leyes y legisle en la nueva Cataluña, sin permitir que las fuerzas políticas constitucionalistas tengan ni un solo representante. Esa supuesta ‘Asamblea’ tampoco tiene legitimidad, hasta el punto de que no es reconocida por ERC ni por la CUP como órgano de representatividad.

Fuentes de la oposición de la Cámara señalan a El Confidencial que estudiarán la posibilidad de denunciar por los cauces idóneos la denuncia de la insólita declaración. “Lo curioso del caso es que en el manifiesto aprobado dicen que la actual directiva tiene la representación expresada en las urnas por los electores en mayo de 2019, pero la Justicia ya ha dictaminado que el proceso es nulo y, además, hay dos sentencias en las que se dice que hubo tongo electoral, ya que los independentistas hicieron trampa para ganar los comicios”.

"Hay dos sentencias en las que se dice que hubo tongo electoral, ya que los independentistas hicieron trampa para ganar"

Ante este hecho, Staff Pavillon dirigió este miércoles una carta a Mònica Roca enviándole el último auto del TSJC. En la misiva, le exigen la suspensión del pleno y “que no se adopte ningún acuerdo que pueda afectar al funcionamiento y desarrollo de esta Cámara, ni a los intereses generales que ésta representa. El único acuerdo que en estos momentos ha de tomar a quien corresponda es el de la disolución de las cámaras y la convocatoria inmediata de nuevas elecciones. Por nuestra parte, le manifestamos nuestra voluntad de que la sentencia del TSJC se ejecute con todas sus consecuencias, directas e indirectas, y que actuaremos ante los órganos jurisdiccionales para que eso sea una realidad”.

Una carta similar le fue dirigida a Jaume Fàbrega, presidente del Consell de Cambres de Catalunya, para que las demás cámaras territoriales que también siguieron los mismos procesos en las elecciones de 2019 sean conscientes de que la Justicia ya ha dictado sentencia firme que ha de ejecutarse.