Ada Colau deja solo a Collboni y advierte al PSC de que nunca aceptará el apoyo del PP

La todavía alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, optó este jueves por dejar solo a Jaume Collboni en su intento de asaltar la alcaldía con un pacto con los comunes. La líder de Barcelona en Comú dejó claro que nunca haría alcalde al candidato socialista, que quedó por delante de ella en las elecciones, si eso supone recibir los votos del PP. La persona a la que Colau quiere como su heredero político, el regidor Jordi Martí Grau, aseguró que "no harán ningún tipo de acuerdo que implique el PP". Hace cuatro años, cuando la vara de mando fue para ella, no tuvo ningún problema en aceptar los apoyos de Manuel Valls.

El llamamiento del candidato del PSC a la alcaldía de la capital catalana jugaba con el modo en que serán recordados. En un entorno político en que casi nadie apoya a nadie, a un día de la votación de investidura, Collboni planteaba que Colau no fuera a ser recordada por la Historia como la política que en su último acto en el consistorio facilitó que Xavier Trias volviese a ser alcalde de Barcelona. Algo que en este momento parece lo más probable, por el microclima envenenado que se ha creado en la política municipal de la mayor ciudad de Cataluña a causa de la convocatoria de las elecciones generales el próximo 23 de julio.

Collboni ponía sobre la mesa dos cuestiones en su comparecencia: responsabilizar a Colau y los comunes en primera instancia de lo que pase en Barcelona. Y en segundo término, plantear que si Colau le votase en el pleno que tendrá lugar mañana sábado a las 17:00, el PSC contaría con la legitimidad reforzada para una oposición: 19 diputados contra los 11 concejales con los que cuenta Xavier Trias. La oferta de Jordi Martí ha sido seguir negociando con ERC para forjar un tripartito de izquierdas. Una alternativa cegada por los propios republicanos, que ya han cerrado un acuerdo con Trias sobre el que consultarán a las bases el mismo sábado en el que se constituye el Ayuntamiento.

Hay que recordar que 19 diputados no son suficientes para que Jaume Collboni llegue a alcalde; mientras que Trias, como quedó primero, puede hacerse con la vara de la alcaldía con solo 11 ediles, al haber sido el más votado. En cambio, el PSC precisaría de al menos dos votos prestados del PP. Pero Daniel Sirera y los suyos han encarecido el precio: de pedir la cabeza de Colau a exigir que los socialistas catalanes gobiernen en minoría sin dar entrada a los comunes. Collboni ya dejó claro este jueves que eso no sería posible. El PSC es un partido de gobierno. Y una ciudad tan grande como Barcelona no se puede gobernar con los 10 regidores con los que cuenta el socialismo catalán. Tampoco con los 11 que tiene Trias.

TE PUEDE INTERESAR

Xavier Trias lo fía todo a los vetos cruzados para ser investido alcalde de Barcelona

Marcos Lamelas. Barcelona

Sirera y el PP ponen una condición imposible. No basta con el sacrificio de Colau, sino con el harakiri de los comunes, que podrían desaparecer como partido si no acceden a puestos de poder. Pero también hay una astuta jugada de cálculo político: guardarse la carta de una moción de censura para después de las elecciones generales, en función del resultado que puedan tener estas. Sirera y sus cuatro regidores pueden derribar el Gobierno municipal cuando quieran. Más en un consistorio en el que se prevé que Colau se retire en un breve periodo de tiempo.

Apoyos complejos

Fuentes cercanas a JxCAT explican que ERC ya ha acordado el apoyo a Xavier Trias. El precio será que Ernest Maragall sea el primer teniente de alcalde. Xavier Trias también es consciente de que necesita a los republicanos, porque con 11 regidores no se puede gobernar en la capital catalana. Pero, como pasa con los comunes, todo el mundo calcula cuánto le costará el apoyo en términos de votos el 23 de julio. Y no hay nada gratis.

ERC ha decidido pactar las diputaciones de Tarragona y Lleida con el PSC

ERC, hasta ahora, había preferido negociar las diputaciones de Tarragona y Lleida con el PSC y no con JxCAT. Y eso que Pere Aragonès ha llamado a la unidad del independentismo para frenar a Vox. En clave interna, dar vida a Xavier Trias tiene riesgos para el pulso por la hegemonía del independentismo que lidera Oriol Junqueras. Pero, al final, ERC ha preferido hacer una excepción con Trias.

Colau y el diluvio

El planteamiento de Colau es diferente. Ha perdido la alcaldía, pero tras ella, el diluvio. En ningún momento ha planteado su marcha para facilitar un acuerdo de izquierdas. Al contrario, ha intentado conseguir en los tribunales un regidor más, aunque eso, de manera indirecta, podía favorecer a Vox, que también quería un regidor más.

La herencia del colauismo tampoco es clara. Ella quiere que tras su paso el grupo municipal de los comunes lo dirija Jordi Martí Grau, que venía del PSC. Pero la que durante mucho tiempo fue su segunda, Janet Sanz, no comparte ese criterio. Y eso dificulta el adiós. Si Colau al final se marcha, el partido es muy frágil. Y lo será más si al final quedan relegados a la oposición.