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Satisfacción interna en ERC por el flojo acuerdo obtenido por Puigdemont
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El Gobierno también celebra el pacto

Satisfacción interna en ERC por el flojo acuerdo obtenido por Puigdemont

En las filas de los republicanos de Oriol Junqueras se ha recibido con alborozo el pacto de JxCAT con el PSOE por considerarlo muy por debajo del que lograron ellos con los socialistas

Foto: Pere Aragonès, Meritxell Serret y Oriol Junqueras. (EFE/Andreu Dalmau)
Pere Aragonès, Meritxell Serret y Oriol Junqueras. (EFE/Andreu Dalmau)

ERC este jueves de la Almudena es como aquellas discotecas de los 80: dos salas, dos ambientes. De puertas a afuera ERC le dice a JxCAT: "Bienvenidos a la negociación". De puertas adentro hay risas por el resultado "político" del acuerdo, según fuentes de los republicanos. JxCAT ha pactado una mesa de negociación, como ERC… hace tres años, con la mesa de diálogo. JxCAT ha pactado un verificador internacional, como ERC hace una semana. No hay ni rastro del reconocimiento nacional de Cataluña. Lo único tangible es amnistía por investidura, lo que plantearon el PSOE y Pedro Sánchez hace tres meses. Que Carles Puigdemont no haya aceptado preguntas en su comparecencia en Bruselas, algo que sí ha hecho el secretario de organización del PSOE Santos Cerdán, resulta sintomático de la situación de JxCAT.

Solo el veterano Joan Tardà se ha atrevido a expresar el regocijo interno de los republicanos en un tuit en X, antes Twitter, dirigido a JxCAT y personalmente a Puigdemont: "Vosotros sí que sabéis y no como los botiflers —traidores— de ERC". Pero, de manera formal, la Generalitat ha recibido el pacto con la declaración oficial de que es "una buena noticia".

El pacto no es malo para el independentismo, que arranca una amnistía que para el PSOE, también para el PSC, será muy costosa en términos electorales. El problema radica en el planteamiento inicial del independentismo en la negociación. ERC desde el principio dio por sentada la amnistía, con lo que le restó valor. Por su parte, Puigdemont advirtió que la amnistía era la condición previa para empezar a negociar, lo que apuntaba a que la parte de león iba a venir ahora. Pero, en vez de cabeza de león, ha salido cola de ratón.

Otro de los motivos de sorna en el seno de ERC es la aspiración de JxCAT a negociar una salida de Cataluña del sistema de financiación autonómico cuando ya existe una mesa de diálogo en la que participan la propia Generalitat y el Gobierno español. Advierten que algo de tanto calado y que afecta a las dos administraciones no puede pactarse en lo que ya denominan "la mesa de los niños", en alusión a aquel espacio reservado a la chiquillería en los banquetes de boda.

Foto: Riera, diputado de la CUP, durante una sesión del Parlament. (EP/David Zorrakino)

Tampoco entienden en ERC por qué ha retrasado JxCAT una semana la firma de su acuerdo para obtener resultados tan escasos. Y más cuando aún se están negociando flecos de la amnistía que, en teoría, iba a ser la condición previa a cualquier pacto.

No ha logrado el catalán en Europa, no hay reconocimiento de Cataluña como nación y todo lo fían a una negociación posterior, advirtiendo que lo que en su día denominaron "pacto histórico" no es ahora sino más adelante, cuando se acabe la negociación. Y la amnistía tardará más de un año en ser efectiva. Respecto al referéndum, las condiciones de salida que se reconocen en el documento hacen que las conversaciones que se inicien carezcan de mínimas perspectivas para prosperar. A cambio, Pedro Sánchez será presidente de España la semana que viene.

Alusión a ERC

No solo en ERC hay críticas internas hacia JxCAT. También Puigdemont ha deslizado pullas hacia los de Oriol Junqueras cuando ha asegurado que ellos han establecido "una metodología de trabajo en la que habrá mesas de para hablar de temas como Cercanías, para su traspaso de verdad, o la identidad de Cataluña y su reconocimiento como nación". Como si la cesión lograda por los republicanos fuese de pega.

Puigdemont lanzó una pulla contra la cesión de Cercanías logradas por ERC

En JxCAT se han pasado estos dos meses asegurando que ellos sí que sabían negociar y que ERC eran unos inútiles. Según Puigdemont, se ha llegado al acuerdo "sin renuncias". Pero tampoco se ven los frutos de esa supuesta firmeza.

Las cosas de comer

Puigdemont se negó a tratar cuestiones prácticas para la Generalitat para no caer en el autonomismo. Pero al final resulta que ERC ha conseguido la cesión de Cercanías, en unos términos muchos menos exitosos de cómo lo habían vendido los republicanos, y la condonación de casi 15.000 millones de euros de deuda autonómica ahora en manos del FLA.

Y, además, ERC ha obtenido victorias políticas, como el juego de las dos legitimidades, equiparando el derecho emanado de la Constitución a las acciones que llevó a cabo el Parlament en 2017. En el documento de JxCAT, el PSOE no reconoce ni la legalidad del 1 de octubre de 2017 ni tampoco la DUI del 21 de octubre de ese año. Los republicanos se frotan las manos, pero temen que la ANC acelere con la puesta en marcha de su propia candidatura independentista.

El Gobierno coincide

En el Gobierno la sensación concuerda con la satisfacción que experimentan los republicanos. Mientras que el pacto con ERC incluye un gesto tangible, esa condonación de la deuda, el texto cerrado con Junts es más una constatación de diferencias que podrán abordarse en las negociaciones que se darán durante la legislatura. Pero no un compromiso. "No nos hemos movido del marco", expresan fuentes del Ministerio de Hacienda respecto a los dos acuerdos. Pero el documento rubricado este jueves en Bruselas es más laxo que el que firmó Félix Bolaños en Barcelona con Oriol Junqueras.

El reconocimiento de un "diálogo singular" con la Generalitat para revisar la financiación autonómica, apuntan en el equipo de María Jesús Montero, se puede articular a través de organismos ya existentes, como la Comisión Mixta de Asuntos Económicos, donde, por cierto está representada la Generalitat, pero no JxCAT. El otro punto de este apartado del acuerdo, que apela a la "autonomía financiera y el acceso de Cataluña a los mercados" es precisamente el epígrafe incluido en el acuerdo con ERC en el que se blindó la quita de la deuda del 20% para compensar los efectos de la gran recesión de la pasada década. Además, en Hacienda consideran llamativo que en las peticiones de Junts no incluyan el denominado "pacto fiscal", sino una cesión del 100% de los impuestos que se recaudan en Cataluña, aunque sin sacar a la comunidad del régimen común. Tanto es así que la propuesta pasa por remodelar la Ley Orgánica de Financiación de las Comunidades Autónomas.

ERC este jueves de la Almudena es como aquellas discotecas de los 80: dos salas, dos ambientes. De puertas a afuera ERC le dice a JxCAT: "Bienvenidos a la negociación". De puertas adentro hay risas por el resultado "político" del acuerdo, según fuentes de los republicanos. JxCAT ha pactado una mesa de negociación, como ERC… hace tres años, con la mesa de diálogo. JxCAT ha pactado un verificador internacional, como ERC hace una semana. No hay ni rastro del reconocimiento nacional de Cataluña. Lo único tangible es amnistía por investidura, lo que plantearon el PSOE y Pedro Sánchez hace tres meses. Que Carles Puigdemont no haya aceptado preguntas en su comparecencia en Bruselas, algo que sí ha hecho el secretario de organización del PSOE Santos Cerdán, resulta sintomático de la situación de JxCAT.

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