Pere Aragonès pide unificar las mesas de diálogo para la crisis política catalana

El presidente catalán Pere Aragonès ha propuesto unificar las tres mesas de diálogo que creó Pedro Sánchez con el independentismo para asegurar su investidura. Está la mesa de diálogo existente entre el Gobierno y la Generalitat y ahora se ha creado la del PSOE-ERC y la de PSOE-JxCAT, que se ha de reunir este mes de noviembre en Ginebra con la presentación estelar de un verificador internacional. Aragonès ha pedido anoche en una entrevista en TV3 que a la mesa de diálogo Gobierno y Generalitat “se una el resto del independentismo”.

A las once de la noche, JxCAT respondió en un airado comunicado que Aragonès no los había invitado. Es decir, que se habían enterado por la televisión. “Junts desmiente que haya recibido ningún ofrecimiento del presidente Aragonés por participar en la mesa de diálogo con el Gobierno español”, aseguraban desde JxCAT.

La invitación de Aragonès fue recibida como una declaración de guerra por los de Carles Puigdemont, recordando que “el partido fue vetado por parte del presidente Aragonés a formar parte de la mesa de diálogo. De hecho, fue una de las razones de la salida del Gobierno de la Generalitat, junto a la falta de una estrategia coordinada del independentismo y la unidad de acción en Madrid”.

“Junts siempre ha considerado improductiva la estrategia del diálogo y ha apostado por la negociación bilateral y con un mecanismo de verificación internacional, como el que ahora el PSOE ha aceptado”, aseguraban desde el partido independentista, con lo que estaban insinuando que el verificador no extendería sus tareas a la mesa Gobierno–Generalitat, algo que desde el Palau de la Generalitat nunca han querido aclarar.

La portavoz de la Generalitat ha replicado que la petición para configurar la nueva mesa se le había hecho a los partidos tanto en público como en privado. El propio Pere Aragonès le propuso a Albert Batet, portavoz de JxCAT, que ya que estabab negociando la investidura, "se sentasen al mismo lado de la mesa", durante una réplica del debate de política general de Cataluña en el Parlament.

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Pere Aragonès cambió de criterio adelantando que "abro la puerta a que aquellos con los que compartimos objetivos, que es el resto del independentismo y todos aquellos que defienden también el referéndum, formen parte de la delegación que defienda la posición de Cataluña". Aunque formalmente también se invita a la CUP, el interpelado es JxCAT, que sí que ha aceptado sentarse con el PSOE.

"La negociación debe representar a ambos países, Cataluña y España, ambas sociedades. Y quienes lo representa son las instituciones, no un partido. No es un conflicto entre el PSOE y ERC, o un conflicto entre el PSOE y Junts. Es un conflicto entre Cataluña y el Estado español, y, por lo tanto, lo tienen que resolver las instituciones que representan los ciudadanos de los dos territorios", planteó Aragonès en su entrevista.

Nueva bronca

La invitación ha servido para una nueva bronca en el seno del independentismo, que ni siquiera haciendo lo mismo, apoyar la investidura de Pedro Sánchez a cambio de una amnistía a los independentistas con causas legales pendientes, son capaces de aunar posiciones.

Aragonès recordó que, en JxCAT, “hace unos meses creían que la negociación no era la estrategia adecuada. Hoy la defienden”. Su invitación se debe a que, en breve, según anunció ayer, se reunirá la mesa de diálogo Gobierno-Generalitat para inaugurar la nueva etapa que supone esta legislatura y que, por tanto, ya debería arrancar con este nuevo formato. En JxCAT entienden que ese formato diluiría el protagonismo de Puigdemont, quien quiere participar personalmente en las reuniones de Ginebra.