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¿Son tan importantes las bicis públicas para Barcelona? La huelga "discreta" que lo pone en duda
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¿Son tan importantes las bicis públicas para Barcelona? La huelga "discreta" que lo pone en duda

La huelga del Bicing en Barcelona ha afectado poco a los usuarios, que critican las deficiencias: "Es prácticamente un capricho para no tener que coger el transporte público"

Foto: Esta semana hubo huelga de Bicing en Barcelona. (Cedida: Ayuntamiento de Barcelona)
Esta semana hubo huelga de Bicing en Barcelona. (Cedida: Ayuntamiento de Barcelona)

La huelga del Bicing en Barcelona ha afectado poco a los usuarios. Los incondicionales de los pedales aseguran que, durante la semana de paros, encontraban bicicletas en las estaciones, mientras que aquellos que lo usan de forma más ocasional han buscado otros medios de transporte. "Como hay alternativas a Bicing, al conocer que había huelga ya no busqué una bici por miedo a encontrarme problemas, me he movido en transporte público", explica Martí Villegas, usuario habitual del servicio de bicicleta público.

"Usamos el servicio sabiendo que había huelga y no notamos ninguna diferencia", comenta una joven mientras deja la bicicleta en la estación. "El Bicing es prácticamente un capricho para no tener que coger el transporte público en hora punta", añade a su lado Marina F, que es usuaria desde hace tres años. Los paros de la semana pasada abren un debate cada vez más presente entre los ciudadanos: cómo de necesario es un servicio de bicicleta pública como Bicing en una ciudad como Barcelona. "Si hubiese más carriles bici en la ciudad, seguramente usaría más la bicicleta", explica Mar Torrens, usuaria habitual de Bicing. Los clientes además reclaman más seguridad en estos carriles, que comparten calzada con los coches y motocicletas que ya han causado accidentes.

Durante la semana pasada, con todos los turnos y servicios afectados por la huelga, incluidos los de reparto de bicicletas, mecánicos y mantenimiento, 29 de las 519 estaciones de Bicing quedaron fuera de servicio. Sin embargo, los usuarios no notaron muchos más problemas que los que ya son habituales al acceder a este transporte.

Foto: Un ejemplo de los carriles bici de Castellón. (Cedida)

Una de las principales quejas de los usuarios sobre el servicio de Bicing es la falta generalizada de bicicletas eléctricas en los puntos de anclaje. "La gente coge las (bicis) eléctricas desde el mar hacia la montaña, luego se quedan en esos anclajes y en los barrios más cercanos a la costa nos quedamos sin", explica Joan C., vecino de Poblenou.

Barcelona es una ciudad en cuesta, va del mar a la montaña de Collserola y por ese motivo los usuarios escogen mayoritariamente las bicicletas eléctricas en sus desplazamientos hacia arriba. En general, los clientes eligen entre las máquinas eléctricas y las mecánicas en función de lo empinado que sea el trayecto, aunque otros apuestan únicamente por las eléctricas. "A veces quiero hacer un trayecto en descenso y no encuentro ni una bici mecánica, pero esto ya pasaba antes de la huelga", comenta Mar Torrens.

El Bicing nació con la idea de que puede regularse solo: un usuario coge una bici en una estación, la mueve hasta otra y allí queda a disposición de otro usuario, y así sucesivamente. El problema empieza cuando la concentración de bicis se centra en una misma ubicación. Ahí entran los trabajadores, a veces invisibles, de la UTE Pedalem Barcelona que se dedican a redistribuir en furgonetas las unidades por toda la ciudad para asegurar el equilibrio y el buen funcionamiento del servicio y que la semana pasada se pusieron en huelga.

La flota del Bicing de Barcelona cuenta con 7.000 bicicletas, 4.000 de las cuales son eléctricas. El servicio cuesta 50 euros al año, más los 30 céntimos extras de cada vez que coges una bicicleta eléctrica. Aun así, estas son las más solicitadas.

Vandalismo sin solucionar

Otra de las principales reclamaciones de los usuarios son los problemas que se encuentran a la hora de recoger la bicicleta. "Hay veces que has reservado una bicicleta, llegas y no te deja cogerla porque alguien ha rayado el código o porque no funcionan", explica una Gisela B, y añade que además es común encontrarse con frenos que no frenen, bicicletas sin batería y problemas en la aplicación.

Uno de los más repetidos entre los usuarios son los actos vandálicos que están sufriendo las bicicletas desde hace un año. Cuando van a coger la máquina, las bicicletas de las estaciones aparecen con los códigos QR que permiten su activación rayados, cosa que impide la identificación de la unidad y, por ende, su uso.

Cada una de las bicicletas están bloqueadas en las estaciones de Bicing de la ciudad, para liberarlas, hay que escanear el código QR, que lleva la bicicleta cerca del manillar, con la aplicación de Bicing. Los fallos en la aplicación SMOU son comunes. "Hay bicicletas que constan como disponibles y luego no están y al revés, piensas que no hay, llegas y te llevas la sorpresa", añade Biel Ibáñez. "Siempre ha habido problemas, pero da la sensación de que últimamente siempre me los encuentro", añade.

Servicio público sin servicios mínimos

El Bicing no está considerado un servicio esencial para la ciudadanía, como el transporte público de bus o metro, y una prueba de ello es que el Departament de Treball no dictó servicios mínimos durante la huelga. En 2022, el servicio de Bicing registró un total de 16,2 millones de viajes y contaba con 147.704 usuarios suscritos a este servicio que presta la UTE Pedalem Barcelona, una filial Serveo del Grupo Ferrovial.

El pasado martes el sindicato y la empresa Pedalem llegaron a un acuerdo que da respuesta a las principales reivindicaciones de los trabajadores: mejoras salariales, creación de nuevos pluses e incorporación de rotaciones al turno de fin de semana. Uno de los puntos que reclamaban y que el preacuerdo no incluye es el incremento de la plantilla, que se mantendrá en 155 trabajadores. Los sindicatos CGT y CCOO suspendieron la huelga indefinida del servicio de bicicleta municipal tras ocho días de huelga indefinida. Aunque la huelga indefinida ha terminado, los sindicatos amenazan con nuevos paros si la empresa no firma un convenio para los próximos cinco años que incluya las medidas acordadas en la negociación.

La huelga del Bicing en Barcelona ha afectado poco a los usuarios. Los incondicionales de los pedales aseguran que, durante la semana de paros, encontraban bicicletas en las estaciones, mientras que aquellos que lo usan de forma más ocasional han buscado otros medios de transporte. "Como hay alternativas a Bicing, al conocer que había huelga ya no busqué una bici por miedo a encontrarme problemas, me he movido en transporte público", explica Martí Villegas, usuario habitual del servicio de bicicleta público.

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