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Turull dejará en minoría al sector de Borràs en JxCAT tras sumar militantes del PDeCAT
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El partido mira a la derecha

Turull dejará en minoría al sector de Borràs en JxCAT tras sumar militantes del PDeCAT

El poder de la presidenta en el partido vive sus últimos días. El plan pasa por incorporar más de 2.000 nuevos militantes y modificar así las mayorías y equilibrios dentro de la formación

Foto: Jordi Turull, entre Laura Borràs y Carles Puigdemont, en Bruselas. (EFE/Dani Rovirosa)
Jordi Turull, entre Laura Borràs y Carles Puigdemont, en Bruselas. (EFE/Dani Rovirosa)

El secretario general de JxCAT, Jordi Turull, guarda una carta secreta para dejar en minoría de manera definitiva al sector de Laura Borràs: incorporar más de 2.000 militantes de golpe en el partido, lo que cambiaría el actual sistema de mayorías en el que la presidenta pedía una consulta interna y conseguía arrastrar a toda la organización.

Pasó en 2022, cuando Borràs y los suyos forzaron la salida del partido de la Generalitat. Pero con este golpe de Turull la situación cambiaría de manera radical y reforzaría el giro de la formación hacia la derecha, tal y como ya avanzó Carles Puigdemont al líder del PP Europeo, Manfred Weber, en persona la semana pasada.

JxCAT cuenta con 6.465 militantes. La votación sobre la salida de la Generalitat fue la que tuvo más participación: 5.113 personas, el 79,1% del censo. De ellas, el 55,7% se inclinó a favor de salir del Gobierno catalán: un total de 2.847. Ese fue el momento álgido de los octubristas de Laura Borràs en el seno del partido. Y también da una idea de su peso entre las bases de la formación. Pero queda claro que si Turull se sale con la suya, los cerca de 2.000 inscritos, muchos provenientes del PDeCAT, cambiarán la actual estructura de mayoría en las bases. Borràs perdería así su principal arma: el recurso a la democracia interna.

Estos cerca de 3.000 nuevos militantes serían concejales y dirigentes que ya se presentaron por JxCAT en las municipales pero sin militar en el partido, como el alcalde de Igualada, Marc Castells. Turull espera que el próximo Consell Nacional de JxCAT, que ha de celebrarse el 13 de enero, incorpore a esta nueva masa. La cita cambió de fecha tras cancelarse el cónclave previsto para el pasado sábado, cuando Turull tuvo que reunirse con el secretario de Organización del PSOE, Santos Cerdán, en Ginebra.

Foto: Jordi Turull en un acto electoral de JxCAT. (EFE)

La propuesta que Turull y su ejecutiva llevarán al Consell Nacional es que a estos cargos municipales se les ofrecerá la alternativa de disfrutar de todos sus derechos políticos en el seno de organización, también el de participar en un congreso desde que se incorporen, sin esperar a los seis meses previstos en los estatutos.

Jordi Turull es un político que engaña. En su imagen pública, parece un hombre que solo se come sapos. Pero es tesonero. Ya tejió los pactos por los que esos independientes o directamente militantes de PDeCAT optaban por presentarse bajo el paraguas de su partido en las últimas municipales, lo que básicamente afectaba a Lleida y el Penedès. Eso sirvió para que Junts lograse un total de 334 alcaldías y salvase los muebles en las municipales.

Un paso más

Ahora da un paso más. Turull mantuvo a Borràs en la presidencia después de su condena por prevaricación. También permitió su protagonismo, pese a que tenía escaso peso en el grupo parlamentario y que sus afines apenas supusiesen el 20% en la ejecutiva. Las iniciativas y los mensajes de los octubristas de Borràs provocaban que, a menudo, la formación pareciese más un grupo de influencers independentistas que un verdadero partido político.

Turull está haciendo coincidir la estructura de JxCAT con el giro político del partido

Ahora, el partido de Puigdemont vira a la derecha. Eso no quiere decir que vaya a pactar una moción de censura con el PP, pero cuestiones como la recuperación de la relación con el PNV o el volver a ser interlocutor de la patronal Foment del Treball vuelven a colocarlo en un rol de formación conservadora moderada, sobre todo para la agenda económica.

Si añadimos la renuncia a la unilateralidad y la negociación con el PSOE, lo que está haciendo Turull es adaptar la estructura de esta formación independentista al giro político que ya ha dado el partido y que está avalado desde Waterloo por Puigdemont en persona.

Personas descolgadas

En este nuevo entorno, los principales apoyos de Borràs se están viendo descolgados. Es el caso de Aurora Madaula, a la que la presidenta del Parlament, Anna Erra, ha invitado a dejar su puesto de secretaria segunda en la Mesa de la Cámara catalana por contar con la oposición de su propio grupo parlamentario. El ocaso de Madaula, con un perfil político fronterizo con la CUP, se une al de otro de los más estrechos colaboradores de Laura Borràs, Francesc de Dalmases.

Es otro truco de Turull. Mientras el público mira a Madaula, él hace aparecer en el escenario el elefante: más de 2.000 militantes con un perfil más conservador y que harán que JxCAT vuelva a parecerse, al menos en parte, a lo que era la antigua Convergència. Es la magia de la política. Y si el partido no se rompe, el truco pasará a los anales.

El secretario general de JxCAT, Jordi Turull, guarda una carta secreta para dejar en minoría de manera definitiva al sector de Laura Borràs: incorporar más de 2.000 militantes de golpe en el partido, lo que cambiaría el actual sistema de mayorías en el que la presidenta pedía una consulta interna y conseguía arrastrar a toda la organización.

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