JxCAT y ERC se enredan y hacen de la inmigración tema de precampaña catalana

JxCAT y ERC se han enredado con el problema de la inmigración y han convertido la cuestión en el gran tema de la precampaña catalana. Mientras cada vez hay más dudas sobre el pacto de JxCAT con el PSOE sobre la delegación de competencias, ERC también se ha visto salpicada por este clima de bronca generalizado y ha acabado abriendo un expediente de expulsión del partido a la portavoz del grupo municipal de Ribera d’Ondara (Segarra), Elisabet Jové, por negociar una moción de censura con Aliança Catalana con la voluntad de desbancar al Gobierno del PSC.

Junts ha colocado la inmigración en el centro del debate. Y los republicanos ha caído, primero por sus propias críticas a JxCAT. Así, el conseller de Interior, Joan Ignasi Elena, aseguró en Catalunya Ràdio que "el discurso de Jordi Turull busca intentar combatir el riesgo de que Aliança Catalana y Sílvia Orriols, la alcaldesa de Ripoll, les quiten votos. Lo que ha conseguido es colocar a Orriols y su discurso en el centro del debate".

Orriols ni ha participado en la polémica. Le basta con quedarse en Ripoll acariciando un gato. Turull salió hablando de expulsiones de criminales reincidentes, también vinculando el catalán a las políticas migratorias. Al poner el foco en la inmigración, JxCAT intenta cerrar el paso a un posible intento de Orriols de presentarse a las catalanas, pero también a la ANC, que el próximo mes de marzo lanza una consulta a sus socios con la pregunta: "¿Estás de acuerdo en que la ANC impulse la Lista Cívica para la Independencia en las próximas elecciones al Parlament para hacer efectiva la independencia?".

JxCAT conecta con diversos debates, pero todos alrededor de la inmigración. ERC, culpando a los inmigrantes de los malos resultados del informe PISA en educación, o el alcalde de Calella, Marc Buch, de JxCAT, pidiendo la expulsión de los delincuentes multirreincidentes.

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Calella es un pueblo del Maresme, una comarca donde los fundadores de JxCAT siempre ha hecho fortuna a costa de la inmigración. Aunque Cataluña esté mirando a Ripoll, el verdadero laboratorio para estas cuestiones sociales es el Maresme. En 2003, María Jesús Fanego, del PSC, ya perdió la alcaldía de Premià de Mar contra CiU por una inflada polémica sobre una mezquita. De alguna manera, JxCAT está conectando con una pulsión latente en su votante, que atraviesa buena parte del independentismo y que está ahí aunque no gusta al movimiento cuando se mira en el espejo.

Ripoll y la base convergente

En Ripoll, los 1.400 votos que logró la formación ultraderechista Aliança Catalana son casi la mitad de los que logró JxCAT en 2019. Hay una transferencia de votos por una identidad catalana que se siente amenazada a causa de la inmigración, pero al mismo tiempo la necesita para que el PIB catalán siga creciendo. La preocupación por introducir la inmigración en la agenda política refleja más bien la frustración de una base social por el final del procés que un problema real en una sociedad catalana que, por ejemplo, integra mucho mejor que Francia.

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JxCAT, en 2021, se estaba manifestando contra los Centros de Internamiento de Emigrantes (CIE). Ahora ya no sabe si los cerraría. Tampoco presentan el documento que han firmado la portavoz en el Congreso Míriam Nogueras y que ahora el partido ha optado por no querer hacer público.

Una Administración al margen

Lo más irónico es que la Administración que ha de aplicar esta “gestión integral de la inmigración” permanece al margen del pacto. Aunque JxCAT y ERC son las dos formaciones independentistas. Lo ha manifestado hoy la portavoz del Ejecutivo catalán, Patrícia Plaja, en la rueda de prensa tras el Consell Executiu.

“Hay versiones contradictorias”, ha lamentado Plaja, que ha asegurado que ni JxCAT ni el propio Gobierno español les han comunicado el alcance del pacto. Plaja se ha referido a las “recientes declaraciones del Gobierno español”, como si la Generalitat tuviese conocimiento del tema solo por la prensa. JxCAT y ERC no se hablan, tampoco sobre esta cuestión, pese a ser considerada tan relevante por el independentismo.

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Según Plaja, "sobre el tema de la inmigración" hace falta un debate sereno para estudiar las medidas a tomar. “Al final, son temas que se han de negociar de Gobierno a Gobierno”, se ha limitado a señalar la portavoz.

“Yo no opinaré sobre el relato de JxCAT ni sobre el relato de ninguna otra formación. Si cuando hablamos de inmigración estamos hablando de un discurso simplista que solo ve la inmigración como un problema de seguridad y no se ven las bondades socioeconómicas, estaremos haciendo un flaco favor a la sociedad. Hoy no podemos concretar la llegada de estas competencias”. Así que en el fondo nadie sabe nada, excepto que la inmigración será el gran tema de la precampaña catalana.