ERC y JxCAT asumen ya que solo tendrán una amnistía limitada con la nueva ley

ERC y JxCAT ya tienen asumido que solo tendrán una amnistía de vía estrecha y que buena parte de los delitos que querían cubrir no serán posibles, como el caso de Tsunami Democràtic —que investiga el juez Manuel García-Castellón— o la causa de los CDR de la operación Judas, según reconocen fuentes de ambas formaciones. Ambos no entrarían con el actual redactado del proyecto de ley, lo que implicará grandes sacrificios, como que la secretaria de los republicanos, Marta Rovira, huida a Suiza, o el propio Carles Puigdemont no podrían volver de manera inmediata aunque se apruebe la medida de gracia.

La razón es que las enmiendas que han presentado por separado a la norma tanto JxCAT como ERC serán rechazadas, previsiblemente, en la Comisión de Justicia del Congreso. Sin embargo, fuentes parlamentarias apuntan que se seguirá negociando hasta el 30 de enero, cuando se discutirá el texto de la ley en el pleno del Congreso.

El PSOE no pactará las enmiendas de los independentistas, según fuentes del grupo socialista, porque en su día el secretario de Organización, Santos Cerdán, acordó con el secretario general de JxCAT, Jordi Turull, y con el propio Puigdemont que solo se aceptarían propuestas conjuntas. Como incluso se han presentado por separado entre ambos partidos, en el socialismo no lo consideran un incumplimiento.

Además, el PSOE considera que el texto ya está al límite de lo que puede ser dado por bueno por el Tribunal Constitucional, con lo que no se quiere forzar la máquina con nuevas modificaciones. De hecho, tampoco JxCAT y ERC lo están denunciando como un desencuentro público. Es algo que se vive de puertas para adentro con normalidad y que tienen más asumido en Esquerra. Por eso, por ejemplo, los republicanos ya han optado por Pere Aragonès como candidato para las próximas catalanas, conscientes de que poco podrán exprimir la amnistía en ese sentido.

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En el PSOE dan por hecho que JxCAT y ERC no darán la batalla por esto. Y que el signo fue cuando Junts votó a favor de las enmiendas de los socialistas de la ley de amnistía sin obtener un trato recíproco al respecto. Por tanto, dan por hecho que en el pleno de 30 de enero ambas formaciones acabarán votando a favor de la norma.

Contenido y propaganda

De nuevo se produce una constante de esta legislatura. ERC y JxCAT cierran acuerdos en Madrid que venden en Cataluña de manera propagandística, aunque luego el contenido real de los pactos dista mucho de lo que se anuncia en un principio.

Cada vez hay más distancia entre lo pactado en Madrid y lo anunciado en Barcelona

Está pasando con la amnistía lo que ocurrió con Cercanías, que ERC vendió como cesión histórica y luego será cogestión a través de un consorcio con el Estado que irá gestionando algunas líneas de manera paulatina. Lo mismo con el pacto sobre inmigración que alcanzó JxCAT y que los de Carles Puigdemont vendieron como una cesión en el control de fronteras, pero que ha acabado en una futura ley orgánica de inmigración que se ha de acordar esta legislatura y de contenido incierto.

Como la financiación

Lo mismo se ha vivido con la financiación autonómica. Pere Aragonès se apresuró a vender un acuerdo singular para Cataluña, mientras que la vicepresidenta de Hacienda, María Jesús Montero, solo acepta un cambio de modelo que no saque la región del régimen común.

Ahora le toca lo mismo con la amnistía. Aterrizaje en la realidad. Solo que los grupos independentistas en el Congreso no quieren llegar a la conclusión de que siguiendo su propia lógica tocaría derribar al Gobierno de Pedro Sánchez. Por eso esperan pasar de puntillas por la comisión de Justicia hoy y llegar al día 30 de enero con los menos daños colaterales posibles, conscientes de que cualquier alternativa a su pacto con el PSOE sería peor para ellos.