La ANC no acepta la Ley de la Amnistía y se prepara para un futuro unilateral

La Asamblea Nacional Catalana (ANC) estudió este fin de semana la Ley de Amnistía pactada entre PSOE, ERC y Junts per Catalunya (JxCat) y llegó a la conclusión de que "no soluciona el problema de fondo, que es el reconocimiento del derecho a la autodeterminación y el respeto por parte del Estado a la declaración de independencia de Cataluña".

La ANC pone, así, las bases de su estrategia futura y justifica la lista cívica independentista que prepara para dar el sorpaso a los partidos tradicionales (ERC, JxCat y CUP). La dirección de la ANC está en un proceso de consulta de las bases para saber si se presenta a las próximas elecciones con una lista cívica. Sus socios pueden votar telemáticamente desde el pasado 1 de marzo hasta el próximo jueves 14 de marzo. El sábado 16 de marzo se darán a conocer los resultados de la consulta.

Pese a todo, la postura de la presidenta, Dolors Feliu, y de su segundo, Uriel Bertran, es muy clara: está a favor de presentarse en las elecciones. Su estrategia se basará en la unilateralidad como única arma para plantar cara a España. Será el signo de distinción entre los independentismos que los extremistas califican de caducos, cuando no de traidores (es decir, los tres grandes partidos: ERC, JxCat y CUP), y el radicalismo soberanista que preconiza y reivindica la lucha callejera y la confrontación con el Estado a todos los niveles: el social, el institucional, el político y el económico.

"La ANC no acepta este punto y final ni esta rendición y mantenemos la voluntad intacta de hacer efectiva la independencia como continuación del referéndum del Primero de Octubre (sic) y de las mayorías absolutas en el Parlament de Cataluña en favor de la independencia", dice un comunicado de la entidad cívica que ha liderado las masivas manifestaciones soberanistas del último decenio.

"Una rendición"

Según la Asamblea, "esta amnistía es interpretada por parte del Estado como una rendición, 'una reconciliación', la 'pacificación' y la 'normalización' de Cataluña, como una ley de punto final del proceso político por la independencia que tuvo uno de sus puntos culminantes el 1 de octubre de 2017". De ahí que utilice la coyuntura para empezar a tira con munición de grueso calibre contra sus rivales políticos: "Los partidos catalanes que han pactado esta ley también están haciendo difusión de esta interpretación —la de la rendición—, aplazando sine die cualquier proyecto de independencia. Con esta intención, se vuelve a poner sobre la mesa un referéndum acordado. Quien más gana con esta amnistía es el Estado español, que pretende diluir el movimiento independentista, debilitarlo y liquidarlo. No lo permitiremos".

Según la entidad que preside Feliu, "esta amnistía de 2024 le saca responsabilidad al Estado español respecto a toda la represión desatada contra el independentismo. Quiere cerrar el falso el proceso político independentista y en la ANC no lo permitiremos. Es una ley trampa que implica que los más beneficiados puedan ser los policías españoles encausados, ya que para los independentistas se solicitarán numerosas prejudiciales al TJUE y muchos quedarán excluidos".

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A la ANC le queda la unilateralidad como principal arma y ese será el eje de su campaña electoral en las próximas elecciones autonómicas que previsiblemente se celebrarán en el primer trimestre de 2025. "Solo hemos avanzado desde la unilateralidad, como lo hicimos y ganamos en el 1 de octubre. Y solo con la unilateralidad conseguiremos una verdadera amnistía, haciendo efectiva la independencia".

La ANC arremete contra los partidos pactistas porque considera que con el pacto de la ley se debilitan "todas las causas en el Tribunal Europeo de Derechos Humanos justo cuando teníamos al Estado español contra las cuerdas en la justicia internacional y en ningún caso pone fin a la represión, voluntad clara del Estado español hacia nuestro movimiento". De este modo, critica y desmiente las afirmaciones del presidente de la Generalitat, Pere Aragonès, que tras el pacto final afirmó que con él se ponía fin a la represión del independentismo.

Enfado de los gurús

En las plataformas independentistas radicales, el enfado con los grandes partidos es evidente. Uno de los gurús mediáticos con más resonancia, Carles Vallbuena, dijo en un vídeo ampliamente difundido en sectores soberanistas el viernes pasado: "Hoy se ha desatado la euforia en los grandes partidos. Hoy nos han enseñado de qué pasta están hechos nuestros políticos". Criticó en concreto a la presidenta del Parlament, Anna Erra, por decir que "hoy, España es ya una democracia plena". Para el gurú extremista, "no ha aclarado si España es una democracia plena de mierda o de qué otra sustancia. Si tenéis algún problema, siempre podéis consultar al portavoz de JxCat en el Senado, su excelencia Josep Lluís Cleries. Su biografía está llena de momentos estelares. Mi preferido es cuando defendió que los consejeros destituidos en 2017, Joaquim Forn, Josep Rull y Jordi Turull, acatasen explícitamente la aplicación del 155". Cleries dijo en el Senado que "estamos en un momento clave, hay una amnistía por delante muy importante, una amnistía de reconciliación y al que no le guste que se aguante, porque la democracia es esto".

En los foros privados, los ataques a los grandes partidos son duros. "Otros que se han españolizado. Ratas de cloaca. Pronto llevarán la bandera española en la muñeca", señalaba un activista de Acció Antifeixista, un grupúsculo radical. El mensaje fue masivamente difundido, junto con fotografías de roedores en los foros independentistas.

Vallbuena desveló este viernes que hay varios colectivos que propagan la idea de que están trabajando para que cuando Carles Puigdemont vuelva a Cataluña "culminará su gran obra y declarará la independencia. Quiero mostrar mi apoyo a esta gran idea de bombero que seguro que es sincera y no pretende engañar a nadie". La ironía del activista solo es comparable a los exabruptos que le dedican a los pactistas en las redes internas soberanistas.

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El posicionamiento duro de la ANC se produce también a pocos días de que la exconsejera Clara Ponsatí y el excandidato de la propia ANC, Jordi Graupera, presentasen su nuevo partido, Alhora, para concurrir a los próximos comicios. El partido se presenta en la emblemática fecha del 23 de abril, Diada de Sant Jordi, en el teatro Borràs (otro nombre emblemático que llega cuando la presidenta de Junts, Laura Borràs, está en horas bajas y con solo un puñado de adeptos dentro de Junts) y en la plaza Urquinaona, nombre no menos emblemático que quiere conmemorar la llamada batalla de Urquinaona, es decir, los violentos enfrentamientos auspiciados por Tsunami Democràtic entre manifestantes y policías a mediados de octubre de 2019, tras la sentencia del 1-O.

En algunos círculos independentistas no se cierra la puerta a que Alhora pueda unirse a la ANC en la lista cívica que prepara Feliu junto a Bertran, para tener más fuerza y alguna opción a entrar en el Parlament, en la que también podrían entrar el exvicepresidente del Parlament, Josep Costa, y el exlíder de Podemos en Cataluña, Albano-Dante Fachín. Precisamente Josep Costa también puso a Clèries en su diana, retuiteando mensajes en su contra. También advirtió que, pese a lo que digan los pactistas, la Comisión de Venecia "quiere una definición más restrictiva de los hechos amnistiados, y que hayan de estar relacionados directamente con el 9-N y el 1-O. Es decir, que beneficien a menos gente. ¿Le harán caso?". Por último, sentenció: "La Ley de Amnistía es la ley de punto final de la carrera política de la clase autonómica del 1 de octubre. A la calle todos". Una visión que coincide con el posicionamiento de la ANC de este domingo. Los cimientos de la nueva estrategia ya están plantados.