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Nadie es profeta en su tierra: los vaivenes electorales en el pueblo de Oriol Junqueras
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ELECCIONES EN CATALUÑA

Nadie es profeta en su tierra: los vaivenes electorales en el pueblo de Oriol Junqueras

Sant Vicenç dels Horts (Barcelona) es un pueblo socialista de ida y vuelta, en el que en los últimos años han ganado en las distintas elecciones tanto Ciudadanos, como ERC y Junts

Foto: Oriol Junqueras, en un mitin de esta campaña electoral. (Europa Press/Kike Rincón)
Oriol Junqueras, en un mitin de esta campaña electoral. (Europa Press/Kike Rincón)
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Cataluña se acerca de nuevo a unas elecciones autonómicas y el resultado es más incierto que nunca. Con las últimas maniobras del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y los regates desde el exterior de Carles Puigdemont, toca mirar hacia atrás para intentar afinar las apuestas. Esta tarea se hace extremadamente difícil en algunos municipios en los que prácticamente en cada votación autonómica ha ganado un partido distinto.

Entre los municipios que más veces han cambiado de opinión en los últimos veinte años se encuentra el pueblo del presidente de ERC, Oriol Junqueras: Sant Vicenç dels Horts (Barcelona). Esta localidad, de la que Junqueras fue alcalde durante cuatro años, se caracteriza por la volatilidad de los electores, que pasan de votar de una formación a otra en un breve espacio de tiempo muy fácilmente.

Junqueras encabezó el gobierno municipal durante cuatro años y fue durante esta etapa cuando los republicanos consiguieron su único triunfo. En las elecciones autonómicas de 2012, ERC alcanzó el 23% de los votos de los vicentinos y vicentinas, gentilicio con el que se conoce a los habitantes de la población. Gracias a su "carisma" y gestión municipal, consiguió pasar por encima de PSC, PP y CiU, últimos ganadores de los comicios tan solo dos años antes.

Pero el efecto Junqueras fue solo un espejismo de la consolidación del independentismo en la comarca del Baix Llobregat, el denominado "cinturón rojo" en el que históricamente siempre ha dominado el PSC. Tras la victoria de los republicanos, en 2015 fue Junts pel Sí quien se impuso en Sant Vicenç y, solo dos años después, en 2017, Ciudadanos arrasó con el 35% de los votos. Es decir, en tan solo dos décadas el pueblo ha ido y vuelto al PSC, pasando por Cs, ERC y Junts. Un enigma del electorado cambiante que no es ninguna excepción.

A simple vista puede parecer que los vicentinos y vicentinas son gente indecisa, que cambia de opinión en cada elección y que no sabe si apostar por la independencia o por el constitucionalismo. Pero la realidad es que la clave para explicar este fenómeno está en la participación.

Del tripartito al choque de bloques

El asesor político Ferran Fernández divide la explicación en tres etapas: el tripartito, Artur Mas y el procés. Durante la etapa del tripartito, formado por PSC, ERC y Iniciativa per Cataluña, el PSC quedó como primer partido en las elecciones autonómicas, lo que permitió la presidencia de Pasqual Maragall y la consolidación del socialismo en el área metropolitana de Barcelona.

Tras siete años de tripartito, en 2010 Artur Mas sucedió al socialista José Montilla como presidente de la Generalitat. En esas elecciones, fue Convergencia la vencedora de las autonómicas, pero para desgracia de los nacionalistas, la crisis financiera los llevó a tener que realizar políticas de recortes que conllevaron la aparición de Podemos en el panorama político.

Ante la situación de crisis, el presidente de CiU acudió a Moncloa para reclamar un aumento de la financiación para Cataluña y ante la negativa del entonces presidente, Mariano Rajoy, Mas inició una carrera hacia adelante que se acabó convirtiendo en el procés.

El punto de inflexión

Sin embargo, el punto de inflexión es 2015, cuando el presidente catalán se juega un órdago, convoca elecciones convencido de alcanzar la mayoría absoluta, y fracasa en su intento, traspasando el poder a Carles Puigdemont. En ese momento es cuando se divide el panorama político catalán en dos bloques: el independentista y el constitucionalista.

Desde entonces los votos fluctúan entre partidos de un mismo bloque, no hay trasvase de uno a otro, sino dentro de cada tendencia. La gente que votaba al PSC o al PP pasó a votar Ciudadanos, y los de Convergencia, a Esquerra y a Junts.

Sant Vicenç dels Horts tan solo es una representación muy gráfica de lo que lleva años ocurriendo en la política catalana. Una irrupción de partidos que demuestra que la política es fluctuante. Fernández, experto en campañas electorales, afirma que la dinámica que observamos repasando los resultados de este municipio es un "comportamiento general en el área metropolitana de Barcelona".

Un 82% de participación en 2017

Entre los años 2000 y hasta 2017, en Cataluña los porcentajes se han mantenido muy estables, con una media del 65%, hasta la llegada del procés. Sin embargo, en las autonómicas de 2017 se dispararon los indicadores de participación, rozando el 80%. Un sector de la población que no iba a votar nunca en las elecciones catalanas decidió acudir a las urnas en respuesta al independentismo.

En el caso de Sant Vicenç dels Horts, el porcentaje de población que fue a votar está por encima de la media catalana. Tras una participación relativamente baja en 2012 y 2015, con un 55% y un 58% respectivamente, llegó 2017 y la participación alcanzó un estratosférico 82%. Casi 30 puntos de diferencia que explican por qué tras cinco años de partidos independentistas siendo los más votados, las opciones constitucionalistas recuperaron la victoria en el municipio.

En ese año Ciudadanos consiguió el 35% de los sufragios y Junts tan solo un 5%. Inés Arrimadas le sacó 30 puntos a Puigdemont. En cambio, en las últimas elecciones autonómicas en 2021 el PSC ganó por apenas 300 votos a ERC, eso sí, con una participación que en esta ocasión alcanzó récords a la baja: solo un 48%. "La gente se moviliza cuando hay algo que les preocupa realmente, van a votar o no en función de lo que está en juego", explica el asesor político Ferran Fernández.

Foto: El presidente de ERC, Oriol Junqueras (c), pasea por Sant Vicenç dels Horts, tras salir este viernes de la prisión de Lledoners. (EFE)

Hoy parece que el constitucionalismo ya no siente el independentismo como una amenaza real y existe riesgo de desmovilización. Igual que algunos votantes de Junts y ERC se han ido desencantando de sus propios partidos, algunos votantes constitucionalistas pueden decidir quedarse en su casa.

Según Ferran Fernández, en los últimos años las dinámicas del procés están retrocediendo: los votantes de ERC están volviendo a Junts, los votantes de Ciudadanos con la entrada de Pedro Sánchez en el gobierno se dividen, unos se van hacia el PSC o hacia el PP, incluso a Vox.

"Las elecciones que vienen ahora son muy interesantes porque el terremoto que ha habido en el panorama político catalán en los últimos diez años se comenzará a sedimentar y, probablemente, volverá a haber dos grandes partidos como hubo hasta principio de los 2000", dice Ferran Fernández.

Cataluña se acerca de nuevo a unas elecciones autonómicas y el resultado es más incierto que nunca. Con las últimas maniobras del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y los regates desde el exterior de Carles Puigdemont, toca mirar hacia atrás para intentar afinar las apuestas. Esta tarea se hace extremadamente difícil en algunos municipios en los que prácticamente en cada votación autonómica ha ganado un partido distinto.

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