Rivales dentro y fuera de ERC, a la caza de Oriol Junqueras para que no invista a Illa

El hasta ahora presidente de ERC, Oriol Junqueras, se ha convertido en una de las dianas políticas tras las elecciones autonómicas del 12-M. Su partido perdió 180.000 votos y 13 escaños, pasó a tercera fuerza política y perdió la Generalitat. Al día siguiente de los resultados, Junqueras dirigió una carta a la militancia anunciando que se veía “con corazón y fuerza para seguir trabajando por nuestro país desde el sitio que determine la militancia de ERC (…) Ahora toca luchar por el referéndum y nos dejaremos la piel”. Apenas unas horas más tarde de la misiva que traslucía una ausencia total de autocrítica, Junqueras anunciaba un paso al lado al mismo tiempo que se enfrentaba a un comité ejecutivo de ERC en el que los cuchillos volaban. A pesar de su dimisión en ese momento, anunció que piensa presentarse de nuevo a la presidencia de ERC en el congreso extraordinario del 30 de noviembre.

Pero hay gente que no está dispuesta a sus planes y lo quiere fuera de la escena política. Los damnificados de Junqueras están tanto dentro como fuera de su partido: son sus rivales políticos y sus examigos, a los que fue dejando en la cuneta en los 13 años que lleva presidiendo Esquerra.

Uno de ellos es Ramón Cotarelo, el profesor que llegó a Cataluña de la mano de ERC, que llegó a ser candidato por los republicanos y que ahora reconoce haber votado a Carles Puigdemont. Cotarelo, aparte de exabruptos como que Junqueras "está como una cabra, que ha enloquecido", añade que "1. Es una mala persona, cargada de odio; 2. Es el peor enemigo de la independencia de Cataluña”.

Enfermo, mala persona, no es un verdadero independentista... incluso ataques a su aspecto físico: todo vale para impedir que siga Junqueras

La definición de Cotarelo -influyente en ciertos sectores independentistas- es un paradigma de la situación política de Cataluña en general y de la controvertida figura de Junqueras en particular. Pep Torres, uno de los activistas cercanos a Junts que pueblan las redes, con casi 16.000 seguidores, respondió a Cotarelo: “El problema no es tan simple. Sí, Junqueras es un enfermo y una mala persona. Si alguien se lo sacase de encima nos haría un favor a todos y el escenario sería muy diferente”. O sea, dejaría el panorama despejado para bloquear la investidura de Illa e ir a nuevas elecciones en otoño con una ERC supeditada a los designios de Puigdemont.

Campaña de caza

El ingeniero Àngel Rútia también es categórico sobre Junqueras: “Prepotente pero acabado, poco empático, tronado, repetitivo, pesado”. Algunos le atribuyen el síndrome de Hybris (un trastorno narcisista de la personalidad, traslúcido en sensación de omnipotencia o confianza exagerada en uno mismo, imprudencia e impulsividad) y otros se meten con su físico para denostarle públicamente, especialmente sus rivales de otros partidos. Las plataformas radicales y las redes sociales hierven con mensajes anti-Junqueras y con acusaciones y comentarios de dudoso gusto hacia el presidente de Esquerra, en una campaña de caza al hombre como pocas veces se ha visto.

Alfred Bosch, historiador como Junqueras, excandidato de ERC a la alcaldía y exconsejero de Exteriores, antiguo protegido del presidente de Esquerra y luego apartado de cualquier círculo de poder, afila sus armas, aunque elegantemente. Es uno de los damnificados por el líder y se ha pasado al sector crítico, alineado con los que quieren moverle el sillón. “Cuando rechazas, ridiculizas y marginas a la tropa de incondicionales abnegados que toda causa necesita, el vacío se te llena con los incondicionales de la oportunidad -le recuerda Bosch a su examigo-. Si abandonas a los que están dispuestos a sacrificarse hasta hacer el ridículo por la causa, tiendes a quedarte con los que preferirán no arriesgar ni siquiera el ridículo por la causa. Y pierdes a los luchadores que toda lucha, social o nacional, necesita”. Y le dedica una frase lapidaria: “Si no pareces independentista, no hablas como un independentista y no te comportas como un independentista, pensarán que no eres independentista”.

TE PUEDE INTERESAR

La hostilidad entre Puigdemont y Junqueras complica el plan de Junts para bloquear la investidura de Illa

Marcos Lamelas. Barcelona

El exconsejero de Gobernación Joan Carretero es otro de los que cobra cuentas al dirigente republicano. Carretero fracturó Esquerra para fundar Reagrupament, que de corriente interna pasó a ser un partido radical que ahora se encuentra en la órbita de Junts. “ERC tiene una disonancia grave entre lo que piensan sus dirigentes y lo que votan sus electores, o una buena parte de estos electores”, decía este domingo en una entrevista en 'El Món'. A juicio de Carretero, el castigo electoral de este año ha sido porque “juegan a ser más de izquierdas que nadie y dejan de lado la parte no ya de la independencia, sino incluso la nacional. Abandonan la lengua, abandonan la cultura e incluso la menosprecian. Y pretenden que la gente se lo trague”. El exdirigente republicano asegura que Junqueras y sus compañeros de condena no se escaparon de España porque nunca pensaron que estarían cuatro años en prisión. “Hay veces que la gente hace mal los cálculos”.

“Ha pisado muchos callos”

“Junqueras se ha ganado muchos enemigos, porque ha pisado muchos callos y ha dejado tirada a mucha gente. Es la que ahora intentará tomarse la revancha y acabar de hundirle”, explica a El Confidencial una fuente interna de ERC. Esta fuente rememora que “Junqueras ascendió al torno de ERC en el Congreso de Girona en 2011. Llegó como salvador del partido y había llegado a decir que estaría cuatro años. Pero una vez en la cúspide, se olvidó de sus buenos propósitos y le cortó la cabeza a toda la vieja guardia de ERC. Desde entonces, no permitió más disidencias”.

En el partido, Junqueras ha dictado la estrategia y ha impuesto sus decisiones con el apoyo incondicional de un grupo de fieles encabezados por la secretaria general, Marta Rovira, ahora fugada en Suiza. Desde su llegada a ERC, quiso “ensanchar la base del partido” y comenzó una política de fichajes que dieron un vuelco a la organización. Entre ellos, el de Gabriel Rufián, un recomendado que pertenecía al colectivo Súmate, que pretendía ser un grupo de independentistas castellanohablantes. Luego, fichó al también independiente Alfred Bosch, que fue el candidato a la alcaldía de Barcelona y acabó siendo consejero de Exteriores. Más tarde, pilotó el trasvase de significados socialistas a sus filas, como Ernest Maragall, a quien situó en el Govern y, más tarde, en el Ayuntamiento.

Mas-Colell presiona por Illa

Los rivales políticos temen que la permanencia de Junqueras al frente de ERC propicie la investidura del socialista Salvador Illa y por ello tratan de defenestrarlo definitivamente y de restarle margen de maniobra. En ese escenario, el 'exconseller' de Economía, Andreu Mas-Colell, ha irrumpido para presionar por todo lo contrario. En plena campaña, Mas-Colell, que había sido el gurú económico de Artur Mas, se alineó con ERC y pidió el voto para el pragmatismo de Pere Aragonès. Este martes, escribió un artículo de opinión en La Vanguardia pidiendo a los republicanos que lo que deben de hacer es facilitar la investidura de Illa.

En amplios círculos de ERC, el razonamiento de Mas-Colell se ve lógico y coherente y tratan de eludir el bloqueo, justamente lo contrario que los rivales de Junts. “El bloqueo significa nuevas elecciones y eso es asomarse al abismo”, reconocen en Esquerra. La repetición electoral es la opción preferida por los círculos más extremistas del soberanismo y por la extrema derecha independentista. En ERC, el Collectiu Primer d’Octubre, partidario de la declaración unilateral de independencia y de acatar los resultados del referéndum ilegal, está a favor del bloqueo. Pero diversas fuentes confirman a este diario que Junqueras, en privado, se ha mostrado comprensivo con facilitar la investidura de Illa y evitar nuevos comicios en otoño, a los que ERC llegaría muy mermada debido a la crisis interna y, posiblemente, muy supeditada a los designios de Junts y de Carles Puigdemont. Por tanto, sus rivales y sus enemigos intentan defenestrarle cuanto antes y, especialmente, denostarle ante la opinión pública.